“El amor es lo
único que crece cuando se reparte”. Antoine de Saint Exupéry.
Decía un teólogo que los amigos son caricias de Dios. A través de
ellos, Dios también nos manifiesta su amor. La comprensión, los abrazos, el
cariño, la aceptación de los amigos que tenemos y hemos tenido a los largo de
nuestras vidas es, sin duda, una manifestación del amor divino que Dios nos
tiene. Yo me siento muy afortunada de tener en mi vida a esas personas con
quienes me he cruzado, con las que he coincidido y a las que llevo en mi corazón.
A veces creemos que para ser amigos tenemos que ser iguales, tener los
mismos gustos, compartir ideas idénticas, hacer cosas similares. Cierto
es que los hay de esa manera y que parecen nuestra alma gemela. Sin embargo,
existen los amigos completamente diferentes en todo y saben celebrar esas
diferencias, lejos de considerarlas factores de desunión. La aceptación, la
empatía y la tolerancia enmarcan un contexto de amor y comprensión muy
enriquecedor.
Recuerdo a la mayoría de amigos y amigas a lo largo de la vida. Los
momentos que disfrutamos, las conversaciones que compartimos y los sentimientos
que expresamos. Las emociones vividas y las nostalgias entrelazadas. Lucy fue
mi mejor amiga en la secundaria. Ya no nos vemos, pero cuando coincidimos,
una sonrisa se dibuja en nuestro rostro solo de recordar lo “padre” que
la pasamos. Bailábamos toda la música disco de la época. Éramos las
más aplicadas en inglés. Y ¿cómo no? si cantábamos todas las canciones de los
Bee Gees, de Olivia Newton John, de Diana Ross y Gloria Gaynor.
Con Coquis, Mireya y Melis, pasé una juventud inolvidable. De todo hacíamos
una fiesta. Todo era motivo de una gran celebración. La vida misma era un
motivo importante de festejo. Estudiábamos juntas, reíamos sin parar de
cualquier chiste; todas las tardes salíamos a la plaza principal. Pasamos
juntas la época de universidad. Ellas en Guanajuato y yo en León. Eso no fue
impedimento para seguir unidas. Ya egresadas, también viajamos juntas.
Hasta la fecha, son mis amigas entrañables.
Luego llegó la hora de trabajar: Paulina no sólo fue mi compañera en la
carrera, al igual que Laura y Tere. Paulina y yo compartimos también la pasión
por el periodismo. Con frecuencia recordamos esos años de “reporteo” y de
largas horas escribiendo notas periodísticas. Precisamente hicimos nuestra
tesis profesional sobre periodismo de investigación. Hemos compartido
momentos tristes como alegres, pero siempre con un corazón comprensivo.
Con Jaime y Juan compartimos a Joan Manuel Serrat. Hicimos nuestro al
cantautor catalán. Nos dio mucha tristeza la pérdida irreparable de Juan. Con
Ernesto y su hermano Chuy, nos unió la música de Joaquín Sabina, Víctor
Manuel y Ana Belén. No terminaría de contar anécdotas, momentos,
historias compartidas con las personas que son y han sido mis amigos. No se
diga de mis hermanas Vicky, Lulú y Lucero que siguen siendo grandes amigas,
además de hermanas.
Con mi amiga Lulú no sólo comparto la natación, sino la edad de nuestros
respectivos hijos: nuestras preocupaciones, las alegrías que nos brindan, los
consejos. Ah!, con ella también intercambio recetas de cocina. Cada
semana me reúno con mis amigas a cenar. Ahí veo a Coquis, a Mireya y a Connie,
así como la Claudia, a Lety, a Esther, y a Lilí. Platicamos, comemos, nos
reímos, pero sobre todo, nos acompañamos. Extrañamos a Raquelín, a Payt, a
Clemen y a Lizy.
Tengo el privilegio de contar con amigos y amigas que son religiosos
consagrados. Algunos de ellos son mis compadres, padrinos de mis hijos. Al
contactarlos y platicar con ellos, siento también esa presencia Divina
que acompaña nuestras conversaciones y toca nuestros corazones. Hablo del padre
Puma, de Manuelito, de Rogelio, de Lalo, de Chava y de Rodolfo. Algunos
de ellos se encuentran en África, otros en los alto de la montaña de Guerrero,
pero todos realizando una bella misión.
La vida me ha dado muchos amigos conforme voy interactuando en diferentes
ámbitos. Por ejemplo, mis amigas con las que tomo talleres, vamos a
conferencias, asistimos a cuanto curso o seminario se nos pone enfrente y
con las que ocasionalmente de reúno a tomar café . Nos
acompañamos espiritualmente: Cibele ( que regresó a Brasil), Gely,
Tere, Mary Tere, Adriana y Rosy. Ahora, en mi nuevo trabajo, he conocido gente
muy valiosa y que también le abona a mi crecimiento como ser humano, la
maestra Jose, a Lety , a Vero, Karla y Mireya.
A todos mis amigos y
amigas, (los quiero mencionar a todos) les deseo que todos los días sean
día del amor y la amistad.
Oscar Garcia Shelly, Ingeniero
Pues mira Cecy, no andas lejos, de hecho los amigos y la pareja son seres que escogemos nosotros. A nuestros hijitos, padres, hermanos, primos, tios y abuelos nos lo manda Dios, no los seleccionamos nosotros, nos los selecciono un ser Poderoso y que al final del dia la familia es lo mas importante que tenemos. Que tal de grande el corazon que tenemos que damos aun asi cabida a esos otros que les damos la bienvenida y que al ser reciproca la generosidad de nuestras alegrias y tristezas se convierten en amigos. Muy bonita tu columna y que bonito que se la hayas dedicado a tus amigos. Ojala que te lean este homenaje escrito a ellos. Un saludo afectuoso. @ogshelly