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El CODIGO....DE GUINDOS

Si podemos salvar a una sola familia de perder su vivienda, bienvenido sea al código de Guindos, pero analizándolo, la verdad, es que no reporta grandes novedades. 

 


No deja de ser un código de buenas prácticas, para el que las entidades  financieras deben adherirse,  y aunque la mayoría lo harán por quedar bien, hay que recordar que desde hace más de  tres años las entidades para poder presentar buenos balances y quedar bien con el consumidor, han venido haciendo cosas “buenas” para los ciudadanos que hoy leemos en el código.

Por ejemplo, se adjudicaron miles de viviendas, sobre todo de población inmigrante que se marchó de España, y claro, ante esa amenaza, con la demora que puede llevar la ejecución hipotecaria de esa vivienda y lo colapsados que están los juzgados, prefirieron ejercer la dación en pago.

En otros casos, a través de sus propias inmobiliarias, compraron las viviendas por la deuda hipotecaria, y claro, los vendedores a la fuerza se encontraron que al año siguiente debían tributar por la venta de ese inmueble en su declaración de la renta. Hoy, casi 5 años después del inicio de la crisis nos encontramos este código, que viene a solicitar entre otras cosas, moratorias en el pago de intereses, y claro, ahí está la banca diciendo que ya lo ha hecho, cierto, pero erró en sus cálculos, y ahora, dos años después de esas moratorias se encuentran con que posiblemente, tal y como dice  el código, sea recomendable conceder una nueva moratoria de otros dos años, aunque por el camino que vamos haría 4 años.

Habrá un periodo de carencia para el desalojo de la vivienda que podría situarse en dos años, prorrogable en determinadas circunstancias, en los que el deudor satisfaría una renta a la entidad. No hay que olvidar que esto se está haciendo en muchos casos, no está inventado nada nuevo antes y después de la ejecución hipotecaria.

Es curioso leer en ese código la reseña de Economía en cuanto a la relación de los bancos adheridos  que se hará pública, por lo que aquellos que no lo hagan deberán asumir el coste reputacional de no atender el problema de las familias sin recursos que no pueden pagar la hipoteca. La verdad, jamás he visto a la banca llorar por este tipo de situaciones. Creo que en esta situación que vivimos todos somos conocedores de la reputación de la banca.

Con este código, tan solo se está poniendo un decálogo a todo cuanto está haciendo la banca por interés y el bien de ella y no trae muchas cosas nuevas, lo que es necesario y urgente es reformar la ley hipotecaria y dar cabida, evitando la picaresca y los abusos a figuras jurídicas que no harán temblar el sistema financiero. Porque si realmente, como versa un anuncio en estos días, tenemos un futuro juntos, que sea en común, no en beneficio único de uno de los dos, y siempre, casualmente, es la banca. 

UNETE



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