Quien no conoce el desierto de
Atacama no se puede hacer la idea de su enorme potencialidad energética, de sus
riquezas gigantescas, de sus extensas mesetas que suben hasta la cordillera en
la parte más ancha de Chile, con una distancia de mar a frontera de
aproximadamente 400 km. Mi trabajo se desarrolla en esta rica Región de Atacama
y he constatado cómo van surgiendo proyectos de inversión que hacen de esta
Región la de mayor crecimiento a nivel nacional, con importación masiva de mano de obra
especializada.
Recorriendo este territorio casi a diario, me remonto a su historia del siglo XIX, cuando
Chile terminaba en Chañaral, desde donde se controlaba los puertos de Pan de
Azúcar, Taltal y Paposo, puertos desde donde salieron las primeras exportaciones
metalíferas de la joven República de Chile. Desde esa época Atacama debió lidiar con la
visión centralista, estrecha y egocéntrica, que desmereció el “despoblado de
Atacama” tal como lo hizo con la Patagonia.
En el Norte, un pionero
desconocido fue el Administrador de Aduanas de Pan de Azúcar, Don Máximo Villaflor, que estuvo por 20
años, de 1860 a 1880, a cargo de la Aduana de Pan de Azúcar; contemporáneo y
correligionario de Pedro León Gallo, y que, además de aduanero, fue experto en
Minería, columnista permanente del Mercurio, donde pudo publicitar sus ideas,
abogando por la colonización del desierto y la industrialización de la minería.
Villaflor fue un adelantado para su época y, al igual que tantos, no fue
escuchado por Santiago. En sus cartas consta cómo la Aduana de Chile ejercía
soberanía hasta la Caleta de Mejillones, desde los años treinta, mucho antes
que Bolivia bajara a instalar la caleta de Cobija, con la que ha argumentado su
pretendida soberanía marítima en el Pacífico. Los pioneros chilenos de entonces
incursionaron en el desierto, construyeron los puertos de Paposo y Taltal,
acompañados en la aventura por la Aduana de Chañaral, que era a la fecha una
especie de Superintendencia de Aduanas, y
brazo del Estado para dar la cobertura legal y protección de los emprendedores
en esta frontera. Aduanas era por entonces, lo que son hoy Correos, Carabineros
e Impuestos Internos.
Hago referencia a esa historia
que en el centro y sur del país se desconoce, porque, en general, apenas se
tiene conciencia del Chile actual, con sus actuales límites y esto obedece, a
mi juicio, a ese sesgo capitalino que tanto daño le ha causado a las
provincias. Pero hoy Atacama no es la región rebelde que entró en guerra con
Chile, que apostó al federalismo, que tuvo su bandera y sus héroes, los mismos
que después, en la guerra del Pacífico fueran los más aguerridos soldados
defendiendo a la patria. Hoy Atacama es una región aún invisible – se la saltan
hasta los reportes del tiempo- que crece en forma acelerada, combinando la
minería con la agricultura y la acuicultura. Uno de sus problemas medulares es
el agua.
Estrategias Asociativas
Y respecto a ello, una reflexión
de cara al desierto es la que sigue. ¿Cómo
lograr que se realicen inversiones en el litoral para obtener agua y a la vez
generar energía de manera sustentable?
Al respecto, dejo unas primeras ideas, para abrir el debate
y seguir conversando. Si gusta conocer más de las estrategias BOT locales le
invito a leer el ensayo Concesiones
y Transparencia que fuera publicado el año 2003 por la Revista Probidad, de
Periodistas Frente a la Corrupción, PFC.
Si se rompiera el dogma impuesto
constitucionalmente respecto a la subsidiaridad del Estado, éste podría
acometer con plenas capacidades una planificación indicativa que marcase ejes
de desarrollo a los que se pueda convocar al sector privado, con un manejo
transparente y efectivo de los contratos de concesiones BOT, Building, Operate
and Transfer, que permiten un crecimiento en infraestructura que los Estados no
pueden encarar con recursos propios.
Generar un portafolio de proyectos regionales o comunales que pudiesen
ingresar a la oferta de coinversiones, debiera ser una tarea prioritaria
para generar alianzas estratégicas público privadas. Pero es allí donde es
necesario agregarle al planeamiento un valor adicional, que signifique integrar
a la sociedad civil, a sus organizaciones de base, a los usuarios y
consumidores. En este sentido, abrir los proyectos a la capitalización de los
usuarios le da fortalezas al proyecto, pues neutraliza conflictos y direcciona
los esfuerzos en armonía con la institucionalidad y las personas. He conocido
experiencias asociativas que dan forma a proyectos sustentables que anulan los
riesgos de conflictos desgastadores, integrando en la mesa y el negocio a todos
los interesados. En Galicia el desarrollo de la energía eólica ha ido de la
mano y en alianza con la industria láctea, principal usuario y consumidor de
las energías renovables, que han pasado a tener participación en ese otro
negocio de la energía. Las negociaciones por proyecto buscan un calce de los
intereses de los diferentes actores para un diseño de ingeniería financiera que
permita darles forma, con equilibrios de poder, con controles recíprocos y
planes de gestión auditables.
Cuando se plantea una estrategia asociativa y descentralizada de las
concesiones, lo que se busca es colocar en valor los espacios locales,
relevando los potenciales proyectos en los que se pueda invitar a
inversionistas que aporten tecnología, know how, recursos financieros y
humanos, que puedan completarse con los aportes del Estado y de la propia
comunidad organizada, llámese corporaciones, universidades, gremios, colegios
profesionales, juntas de adelanto, asociaciones de consumidores, actores de
hecho que expresan sensibilidades de barrios y comunas.
En materia de agua para Atacama,
pienso que la solución pasaría por un rediseño del actual sistema de
concesiones a las sanitarias. Porque se podría convocar, fijando el Estado las
bases técnicas y los lineamientos integrativos mencionados anteriormente, para
que se instalen “llave en mano” proyectos de generación mareo motriz y de
desalinización de agua de mar, con definiciones territoriales previas, a cargo
de los organismos pertinentes, para poder llamar a licitaciones con un trabajo
previo coordinado, que asegure fluidez y celeridad a los proyectos. Si se
evalúa estos proyectos con criterios de Estado, donde el factor geopolítico
debe ser relevante, podría el Gobierno articular un mega plan de coinversiones
y contratos BOT con plena participación de las fuerzas vivas locales. Por experiencia
local, un proyecto desalinizador RO (osmosis inversa) con sus estaciones de
bombeo e hidroductos alcanza valores del orden de los 200 millones de dólares,
de acuerdo a la distancia donde se requiere dejar el agua. Las tecnologías de
osmosis inversa han alcanzado una calidad de depuración tal que para
potabilizar posteriormente el agua, la sanitaria que la distribuya tendría que
clorarla y fluorarla, ya que sale como agua industrial, casi destilada. Por su
parte, en materia de energía mareo motriz también ha habido una flexibilidad de
las plantas, que pueden ser pequeñas como para abastecer una industria o una ciudad, o mayores, con capacidad de
aportar excedentes al sistema interconectado norte o central.
Trabajar con mente abierta, dejando de lado la subsidiaridad del Estado
como dogma de fe, permitiría, con similar pragmatismo que el que han
aplicado otros países, captar tecnologías de punta, dar un salto cualitativo
para colocar en valor territorios de una riqueza potencial insospechada. Si se
mira en un escenario de desarrollo sustentable a 30 años, una estrategia como
la planteada podría dejar al país con una infraestructura energética y de agua
a todo evento, ganando en seguridad nacional, facilitando una mejor
distribución de la población a nivel nacional.
Para todo esto, se requiere de un Estado emprendedor, proactivo que
oriente la inversión privada hacia los ejes que interesan como país.
De esta forma, si Chile actuara con criterios estratégicos de Estado, tomaría
una actitud coherente y fomentaría, para el caso en comento, coinversiones público
privadas con participación de usuarios, en proyectos de plantas desalinizadoras
y centrales de paso mareomotrices en el litoral norte, dinamizando con ello
potencialidades enormes de este macro territorio de Atacama.
Periodismo Independiente, Hernán
Narbona Véliz, 11 febrero 2012.