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La
expectativa de nuevos referentes en las elecciones municipales es difícil que
se alcance en forma orgánica. Sin embargo, hay corrientes de trabajo que
podrían dar pie a nuevos rostros, en mayoría jóvenes, que podrán intentar
nuevos estilos de gestión.
Se
percibe la caricaturesca imagen de parlamentarios, alcaldes y concejales,
abrazados a sus sillones como monos porfiados. La realidad de nuevos vientos de
cambio se apreciará en los próximos 2
años. La pregunta es ¿Cómo reencantar a los
ciudadanos con la política?
¿Cómo es el chileno de entre 18 y 30 años,
cuáles son sus parámetros, que piensa del país, qué piensa de la política?
La
Encuesta Chilescopio de Collect- Adimark
ha dado luces sobre la forma cómo han cambiado las nuevas generaciones
en relación a los grupos etarios de 40 a 60 años, es decir a los que se
identificaron con los 80 y que vivieron la recuperación democrática, con protestas
y toque de queda incluido.
Somos
un país de 17,1 millones de habitantes con una fuerza laboral de unos 7
millones. El 87% de la población es urbana. En la distribución de ingresos, un
6% es ABC1 con ingresos al año 2006 superiores a 4900 dólares; un 16% es C2,
con un ingreso sobre 1860 dólares. El sector más amplio de la población es C3-D
con un 55% de la población e ingresos menores a 950 dólares. El 40% de la población vive en la Región
Metropolitana, la cual concentra el 49% del PIB.
En
los hábitos de los chilenos, la actividad de tiempo libre de mayor frecuencia
es ver televisión, 70%, hablar por teléfono, 42% y navegar por Internet, 32%.
En las actividades de menor frecuencia están participar en algún grupo social,
11%, o en alguna actividad de voluntariado, 10%. En las actividades deseadas
con mayor frecuencia están dormir siesta, 13%, hacer deportes, 11%, y disfrutar
en familia, 11%.
En
los temas de interés personal, en el menor ranking destaca la política, con
sólo un 24%. Los de mayor frecuencia son
Música, 85%; Naturaleza y Vida al aire libre, 79%, y Bienestar, vida
sana, ejercicio físico, también con 79%.
En
cuanto a valores de las personas, los más altos son Familia, Salud y Amor,
sobre el 70%. Les siguen Honestidad, 66%, Seguridad, 65%, Justicia y Libertad con un 59%. Entre los de
menor frecuencia está el Poder con 20%, el Prestigio Social con 22% y la Religión
con 41%.
En
el ranking de motivaciones para vivir destacan: tener buena salud, tener una
familia unida, lograr que sus hijos completen la educación, tener un trabajo
estable y una buena relación de pareja, todas sobre un 85%.
Con
estas pinceladas que dan el perfil del joven chileno, con un sesgo de clase
media dentro de América
Latina, que ahora se suma a los
registros electorales, se puede especular sobre el éxito que tendrá la ley de
registro automático y voto voluntario.
No basta con la promulgación de la ley, acto que ha alegrado a los
pocos a quienes la política interesa. Si
se quiere que la Ley se internalice en la sociedad, será preciso llegar a estos
segmentos por los medios que más les identifican, la televisión y la Internet.
Si
se asume la realidad de chilenos que no tienen utopías de cambiar el mundo -
salvo grupos minoritarios que están en la posición rupturista con el sistema-
sino que quieren mayor tranquilidad, vida de familia, descanso, seguridad,
estamos describiendo cualitativamente un universo de ciudadanos bastante
apáticos de una vida social que implique compromisos con la comunidad.
Quizás
por eso surjan líderes mediáticos que reciben adhesión de personas más pasivas
y que se instalan fácilmente porque despliegan una cuota de trabajo que hace
que los demás les sigan, pero de lejos, sin llegar a participaciones de largo
plazo, cuidando siempre que esa actividad de grupo no entorpezca las
prioridades de juntarse con los amigos, disfrutar el deporte o la vida en
pareja.
Son así, grosso modo, los nuevos votantes
potenciales. Si no hay una campaña mediática fuerte, si no se ven
representados ´por liderazgos que sintonicen con lo que ellos tienen como
motivaciones, valores y prioridades, el representante político que llegue con
discursos desfasados rebotará en la indiferencia. Hay temas motivadores y
transversales en cuanto a convocatoria y tienen que ver con la salud, con la
calidad de vida, con el respeto a la naturaleza, con la seguridad.
Por lo tanto, sin aspirar esos nuevos segmentos a
cambios estructurales del sistema de mercado, quieren una mayor seguridad, que
terminen los abusos. En la medida que las personas jóvenes sientan que esas
necesidades van siendo atendidas, la motivación por comprometerse con la
sociedad tenderá a crecer.
La
Encuesta Chilescopio refleja que los chilenos de estratos ABC1-C2 son más
felices, con formación universitaria en su mayoría y han ocupado posiciones más
altas en sector privado y público. El amplio segmento C3, abarca un 21% de la
población, sólo el 9% tiene educación
universitaria, presenta una situación de alto endeudamiento y sus demandas son
más urgentes. El segmento D tiene un nivel educacional limitado y sólo un 56%ha
terminado la enseñanza media, representando un 34% de la población total.
Finalmente,
para poder descifrar las tendencias que tendrán los nuevos ciudadanos, habrá
que segmentar por estratos, tomando en consideración que mucho más convoca un
mal rapero que un buen político. Invertir en una campaña parecida a la del NO de
1988 será una necesidad y en ella deberán competir las visiones de sociedad que
entran en la competencia. Comunicar inteligentemente, atendiendo estratos y
segmentando, es una necesidad.
Si
a los 4,5 millones de nuevos ciudadanos se les aplicara el trasluz y
tendencias de Chilescopio, podríamos
tener un entretenido juego de apuestas en relación a la reacción que ellos
tendrán frente al derecho que les ha sido facilitado por la ley, la cual
eliminó el deber de votar, lo que puede ser una pésima señal.
Mi impresión es que si el Gobierno no
quiere que se frustre esta ampliación de la participación popular en las
próximas elecciones, debe reimplantar en forma urgente la educación cívica en
todas las escuelas y liceos y difundir por TV y las redes la convocatoria a
votar; a votar y a botar, si así viene al caso,
al que resulte indeseable como representante popular, democráticamente
hablando.
Periodismo
Independiente, Hernán Narbona Véliz, 1
de febrero de 2012.
Una
mirada libre a nuestro entorno