Hace una semana leímos en diversos periódicos del mundo un artículo
interesante que hablaba sobre el tercer lunes del mes de enero, llamado
coloquialmente "Blue Monday" (lunes azul). La nota se refería al estudio
de un matemático británico que, tomando en cuenta ciertas variables,
concluyó que este lunes era el día más triste del año y también, el más
deprimente. Según este científico -Cliff Arnall- esto se debe a los
excesos que dejó el mes de diciembre y las fiestas de fin de año, que
podrían verse traducidos en algunos kilos de más; la falta de dinero en
los bolsillos, y especialmente, los visos de realidad de que los
propósitos que nos hicimos en la Noche Vieja para encarar el nuevo año
comienzan a fallar y nos damos cuenta que será mucho más difícil
llevarlos a cabo de lo que creíamos. Más allá del sustento empírico de
sus afirmaciones, lo que me queda claro es que los elementos que toma en
cuenta para deducirlas son ciertos y todos hemos experimentado esta
tendencia.
Después de leer este reportaje, le pregunté a algunos
amigos cuáles eran sus propósitos para 2012 y dos de ellos coincidieron
en el ejercicio y reducción de peso, y otro más me comentó que su
objetivo era reconectarse con personas con quienes tenía un vínculo
sentimental, pero se había alejado. Y posteriormente comenzamos a
discutir sobre el nivel de cumplimiento de esas metas, cuando ha
finalizado prácticamente el primer mes de este año. Y aquí es donde los
tres estuvieron de acuerdo en que no estaban siguiendo su plan al pie de
la letra, o que les estaba costando mucho trabajo. Parece sostenerse la
tesis del matemático Cliff Arnal cuando establece que este factor nos
deprime y nos entristece.
En lo personal, si me hago un propósito
y posteriormente no logro cumplirlo, me siento profundamente frustrado.
Incluso hasta culpable. En ocasiones lo vivo como una pequeña derrota.
¿Cuáles fueron mis propósitos para 2012? Creo que caigo en lugares
comunes, pero definitivamente reducir mi peso (otra vez). De entre todos
los objetivos, este es uno importante que me significa mucho. Creo que
es similar a una cadena: si logro cumplir la meta de que la ropa vuelva a
quedarme, equivaldría a dar el primer paso y con ese, vienen todos los
demás detrás. Pero hay que hacerlo. Lo difícil es "engancharse" de
inicio, porque el resto prácticamente sale por sí solo.
Mis
amigos, cuando pregunté un buen tema para escribir hoy, me sugerían que
elaborara mi colaboración semanal sobre este tópico, y dado que me gusta
comparar al país con una persona y atribuirle ciertas características
similares, también decidí que sería una idea interesante pensar en
cuáles podrían ser los propósitos de México para este año. Hablaré de la
vida política, esencialmente y diré que 2012 es un año complicado para
los mexicanos. No tanto por el cambio de Gobierno y la renovación del
Congreso de la Unión, sino porque ronda un espíritu parecido al "Blue
Monday". Probablemente nos sintamos frustrados con nosotros mismos
porque no hemos logrado cumplir nuestros propósitos cabalmente, a
sabiendas que tenemos los elementos para hacerlo, y tal vez también lo
vivimos como una derrota nacional. No obstante lo anterior, tengo la
convicción de que es algo normal, natural y hasta cierto punto, todos
nos sentimos así, especialmente cuando fallamos en nuestras metas.
El
secreto es justamente lo que viene después. La actitud que tendremos al
momento de enfrentar estos retos, perfila en gran medida, los
resultados que obtendremos. No creo que nadie esté condenado al fracaso,
ni siquiera aunque haya fallado, porque por cada éxito, hay muchas
derrotas que lo anteceden. Como digo, el asunto tiene más que ver con
lograr "engancharnos" con nuestro objetivo, por más lejano o difícil que
parezca. El secreto es aceptar la frustración como algo natural, pero
tener la suficiente madurez para saber que tiene remedio y poner manos a
la obra.
www.federicoling.com y @fedeling
*Maestro en Análisis Político y Medios de Información