En uno de nuestros habituales artículos de
análisis sobre la Crisis Europea,
mencionábamos a Kenneth Morse en referencia a sus siempre inteligentes
observaciones de la realidad: “Para
mantener nuestro estilo de vida,
nuestro estado de bienestar, debemos crear el doble de empresas año tras
año, que luego de transcurridos 20 años valgan 1.000 millones de dólares cada
una. Hoy en los EEUU, esa circunstancia se da en 20 empresas al año y haría falta
40 empresas que anualmente iniciaran ese ciclo exitoso, para conservar el
estilo de vida y el grado de bienestar del que gozamos hoy”.
Lo que destacamos, es que se refiere a
“mantener el estilo de vida y grado de bienestar”, ni siquiera se habla de superarlo,
por lo que estamos ante un punto de inflexión en nuestra historia económica
mundial; no producimos bienes y servicios eficientemente, nuestros costes
laborales son enormes, etc.; la globalización nos encontró con poblaciones
envejecidas y el grado de bienestar que habíamos alcanzado y que sentimos como
un derecho de ser europeos, estamos con un serio riesgo de comprometerlo, al
menos por un largo período. Nos aferramos a él, porque le consideramos una conquista
social y un derecho al que no debemos renunciar, sin admitir que hemos agotado
el crédito que nos permitió derrochar recursos y ahora debemos pagar la cuenta.
Presentar a
Kenneth Paul Morse es tarea sencilla: fundador del mayor centro de
emprendedores del mundo, que es el Centro de Emprendedores del Massachusetts
Institute of Technology, con sede en Boston. Con estas cartas, está todo dicho.
El pensamiento de Morse se basa en principios
muy simples, como que en una economía dinámica es necesario que los jugadores
sean gente con ambición y ésta escasea. En
cierto aspecto, Morse viene a señalar las grandes diferencias entre el modelo
empresarial europeo y el estadounidense: exceso de regulaciones el primero;
prima el riesgo y el espíritu emprendedor en el segundo. O sea, facilitar o no
la innovación tiene directa relación con los impedimentos burocráticos, amén de
otras circunstancias que analizamos en este post, como la educación de los
emprendedores.
Es evidente que el mundo se ha hecho más pequeño gracias a las NT’S, por
lo que ampliar la cuota de mercado de una empresa requiere de entrar
necesariamente en los mercados internacionales, lo que necesita de redes para
poder llevarlo a cabo.
Justamente como
Coordinador Académico de la Red
de Conocimiento Académico y Profesional GlobApp de reciente creación, en la
carta de bienvenida decía José Luis Zunni:” Nada hay mejor para lograr el éxito, que seguir la senda
de los que lo han logrado con anterioridad. Seguirlos implica emularlos, buscar
lo mejor de sus enseñanzas y experiencias, tratando de evitar cometer los
errores que ellos mismos han contado en sus libros, memorias, conferencias,
etc.
Este es el caso de Naveen Jain, que es
emprendedor, filantropista y pionero en la innovación tecnológica, fundador del
World Innovation Institute, Moon Express, Intelius and InfoSpace que afirma que
a veces no somos capaces de interpretar qué es un fracaso y también fallamos a
menudo en reconocerlo cuando se produce. Pero antes de definir qué es fracaso,
necesitamos discutir qué es el éxito.
El éxito no consiste en la acumulación de
riqueza, sino cuántas son las vidas que hemos impactado o influido justamente
por haber sido exitosos”. Y la influencia que se pueda tener en la vida de
otras personas, sean más próximas –equipo de trabajo, personal de una empresa-
o más lejanas, la sociedad en general gracias a las acciones de una
organización, es una de las características de un buen liderazgo efectivo.
Por eso hoy creímos conveniente que el primer
post de enero de 2012 se basara en los grandes precursores, que no
necesariamente tenemos que buscarlos en la física cuántica o en la
biotecnología. Conviven mucho más próximos a nosotros, en el diario batallar de
la creación de empresas que a su vez crean riqueza, que son las que en
definitiva mueven la economía del mundo, permitiendo que aquellos científicos
puedan seguir investigando.
Sin creación de riqueza no habrá
investigación. Es verdad que sin
I+D+i tampoco se impulsarán nuevas tecnologías que sean creadoras de puestos de
trabajo y riqueza. Una es inseparable de la otra. Pero es seguro que no habrá
más investigación, o habiéndola, se limitará a niveles no convenientes para el
desarrollo de una sociedad moderna, si no se genera riqueza. Así es la economía
global, así funcionan las sociedades modernas: no deben existir límites para la
investigación y el libre pensamiento, más allá de lo que las restricciones
morales y legales impongan; al mismo tiempo, no deben ponerse trabas
burocráticas al espíritu innovador que deriva en nuevas empresas que generarán
empleo.
Naveen Jain y Kenneth Morse vienen a sostener
lo mismo: que equivocarse forma parte del proceso de todo emprendedor. Que hay
que seguir estimulando e impulsando este mecanismo generador de riqueza. Que no
debe la política afectar este manantial de creatividad. Por el contrario, han
sido los grandes políticos, mejor dicho los estadistas, los que siempre han
abierto el camino de la creación y la investigación.
En el estado actual en la que se encuentra la
sociedad española, es imperativo crear puestos de
trabajo de valor añadido y seguramente los generarán las compañías que sean
creadoras o tengan acceso a la alta tecnología. Obviamente basadas en el
conocimiento. De esto podemos deducir, que en los próximos años la mayoría de
empleos en España vendrán de la mano de start-ups (empresas de nueva creación y
emprendedores en general).
Israel es el país
con mayor star-ups del mundo.
Entre 2002 y 2005 se registraron en Israel 7.652 patentes industriales, o
sea una media de 1953 por año. Es la nación con el mayor sector de capital
riesgo privado del mundo, para convertir patentes en proyectos empresariales
viables que se traducen en ingresos para los creadores y los consecuentes
beneficios para la sociedad israelí en su conjunto.
Sólo 30 % de esos emprendedores israelíes llega a tener éxito, pero los
que no han podido triunfar, son igualmente respetados porque se asume que
quiénes fracasaron ahora tienen más experiencia, saben más, especialmente lo
que no se debe repetir.
Un dato relevante: Israel es el país que más invierte en el mundo en
innovación en relación a su PIB y ocupa el segundo puesto en las compañías tecnológicas
del índice NASDAQ de Wall Street. Si se considera a todas las firmas europeas
que cotizan en éste índice tecnológico, no le pueden desbancar de ese segundo
puesto; ello da una idea de la importancia que le ha dado Israel a las nuevas
tecnologías de la era del conocimiento, como generadoras de valor y de riqueza.
Hacia una Europa
líder en innovación tecnológica y espíritu emprendedor
Esto quiere decir que el Pacto de Lisboa debe re-fundarse sobre la base
de promover una Europa que se convierta en la región más dinámica del mundo,
porque el tren de la innovación tecnológica se ha perdido hace unos años frente
a Asia-Pacífico y Estados Unidos.
La competencia se ha intensificado a medida
que las empresas se ven obligadas a competir con uñas y dientes por cada venta.
Ya no es una cuestión geográfica, sino la respuesta al comportamiento de la
oferta y la demanda.
Es importante para un emprendedor, encontrar
algo que lo diferencie del resto de su competencia. De ahí que el personal
branding (posicionamiento personal) de esa start-up y de su máximo responsable,
sea el arma secreta.
Una fuerte posición personal catapulta a
estos nuevos empresarios como expertos en su campo, permitiéndoles atraer más
negocios sin recortar los precios, facilitando su nivel de competitividad. Ganar
en competitividad es ganar por mejora en los precios, además de la calidad de
los productos y servicios.
No se puede ganar en competitividad si no se
asume que hay que ir en busca de la demanda, adaptándose a los nuevos modelos
de hacer negocios.
Un gran volumen de incorporación mensual de
nuevas patentes y nuevos negocios de la mano de cientos y miles de emprendedores,
es el único camino del éxito para empujar el empleo hacia niveles compatibles
con una economía sana y estable.
Porque más allá de la crisis o de que por
ejemplo, en 2012 se esté alertando de que España y la mayoría de estados
miembros de la UE
estarán en niveles de crecimiento próximos a cero o incluso con crecimiento
negativo, habrá que buscar en el sector emprendedor la flexibilidad de
adaptación a las nuevas exigencias de mercados cada vez menos sensibles al
factor precio, por la falta de crédito, la caída del consumo y la dichosa
incertidumbre respecto al futuro.
Entonces es momento de formularse la
siguiente pregunta: ¿Cuál es el mejor camino para enseñar a ser emprendedor? O
es que los emprendedores se van “a caer de los árboles” como una fruta madura a
punto de ser comida. Sin duda que el factor incertidumbre es un poderoso
elemento de disuasión para la iniciativa emprendedora. Ahí es dónde se requiere
de la urgencia de las actuaciones políticas de un gobierno encaminadas a
facilitar que, aunque en niveles bajos, no se pierda del todo dicha iniciativa,
o sea que hay que romper con las burocracias que ponen trabas.
No menos cierto es que el sistema financiero
tendrá que poner su “granito de arena” para que el crédito fluya. Pero cuando el
clima social en general a pesar de la grave crisis, puede reforzarse
estimulando la confianza y el espíritu emprendedor, de parte de las autoridades
y demás instituciones, el factor financiero no será el único decisivo. Es más,
si hay confianza, habrá espíritu de riesgo, incluso de los proveedores que les
interesará apoyar al nuevo emprendedor, porque en su cadena de valor, pueden
incorporar un nuevo producto que puede comercializar y que hasta ahora no lo
podía hacer, justamente por haber restringido sus gastos operativos. Si en vez
de realizar un esfuerzo propio lo canaliza a través de un proveedor de ese
nuevo producto y/ o servicio del cual sabe que cuenta con la demanda, habrá
lugar para ese nuevo emprendedor.
Efecto multiplicador:
Las nuevas iniciativas que conformen
emprendimientos comerciales, al igual que sus clientes que le darán sustento
financiero, al encargar sus productos, tendrán que contar con otras empresas y/
o emprendedores para derivar alguna parte de la producción o del servicio.
Los acuerdos empresariales afloran cuando se
observa que la confianza vuelve a los mercados, que la demanda se fortifica y
que el consumo se reubica en puntos de equilibrio más próximos a ciclos
normales de crecimiento.
En definitiva, cuando la economía crece, se
ha debido a que la intervención de cientos de situaciones como la descrita, se
han sucedido en semanas y meses, lo que en el camino de este éxito emprendedor,
habrá repercutido positivamente en la creación de puestos de trabajo.
Rieva Lesonsky que es la directora editorial
de “Entrepreneur Magazine” en Estados Unios (revista de los emprendedores) afirma que la pasión es una palabra
frecuentemente asociada con los emprendedores. Dice que es habitual haber
escuchado la expresión “Siga su pasión (intuición diríamos nosotros) e inicie
su negocio”. Pero agrega: “Si bien la pasión es un elemento crítico, si
solamente contamos con ella, no es suficiente para construir con bases sólidas
un negocio exitoso”.
Por lo que refiere que en un reciente
ENCUENTRO celebrado en Washington sobre “El futuro de la educación de los
emprendedores”, una de los ejes sobre los que versaba dicho evento, era que la
pasión debe de estar fundada sobre la educación.
¿Por qué era tan importante este encuentro?
Porque de las conclusiones a las que se arribara, se abriría una forma de
colaboración efectiva de hacer que los emprendedores puedan implementar sus
ambiciones, ideas innovadoras y espíritu de riesgo, dentro de una “carrera
profesional”, con un plan perfectamente diseñado, lo que ayuda de manera
importante a crear puestos de trabajo, de lo que tan necesitada está la
economía norteamericana después de la crisis.
Mitt Romney
(Republicano que disputa interna de su partido para desafiar a OBAMA en las
presidenciales) asegura que el Estado del Bienestar (al estilo europeo)
creará una cultura de la dependencia que terminará con el "espíritu del
riesgo" nacional y, como en el Viejo Continente, "la ambición"
será sustituida por "la envidia".
El espíritu
emprendedor no está emparentado con un estado protector y benefactor, ya que
uno se impone desafíos para superarse y lograr objetivos. Es deseable la situación que se presenta cuando
esos fines no están asegurados por nadie, siendo pocas y razonables las regulaciones
que permitan competir sanamente. Lo negativo es no querer asumir riesgo alguno
en base a nuestras habilidades y conocimientos, ya sea por falta de estímulos, o
al tener garantizado un piso o un nivel mínimo de subsistencia y de porción de
la tarta.
Para Doug Mellinger , uno de los
emprendedores que apoyó el relanzamiento de la Universidad Politécnica
Cogswell, del Silicon Valley, le gusta decir: “ que los aspirantes a
empresarios deben aprender a abrazar el fracaso”.
Vaya coincidencia con nuestras citas
anteriores. Mellinger dice que
“muchos emprendedores exitosos no tuvieron
éxito desde el primer intento y la empresa que finalmente puede superar la adversidad,
seguramente lo ha intentado 5 ó 6 veces. La llave es continuar intentándolo,
ser flexible y aprender de los fracasos”.
En la España actual, hay que congratularse de aquellos
empresarios que han logrado mantener la empresa abierta y la fuente de trabajo
incólume, pese a la crisis.
El gobierno del presidente Rajoy debe atender
el fenómeno emprendedor, como una de las herramientas fundamentales para romper
esta inercia económica negativa que nos viene afectando en los últimos dos
años, que ha llevado a una tasa de paro insoportable para una sociedad moderna
y avanzada como España.
Debe fomentar y propiciar encuentros como el
que se celebrara en Washington y escuchar a la potencial sociedad emprendedora.
La educación de un emprendedor tiene que estar canalizada desde el gobierno,
instando a las instituciones educativas, caso de las Escuelas de Negocio y
Universidades, que incorporen en sus programas, temáticas que estén dirigidas a
que los nuevos futuros graduados puedan crear su propio puesto de trabajo y de
otras personas que se incorporen a estas nuevas iniciativas, para lo cual tiene
que darle prioridad, incluso legislativa si fuera necesario, para que la puesta
en marcha de nuevas start-ups nos devuelva cuanto antes a la senda de expansión
de la economía española.