Cualquiera que sea la religión que se
profese, la idea de un Ser Superior a nosotros, que nos conforta, nos asiste,
nos ilumina, es necesaria para vivir de una manera más esperanzadora. Decía
Ghandi que las religiones en el mundo eran como un árbol. El tronco, que es
único, es Dios y las ramas son los distintos nombres que el hombre le ha
dado a las religiones.
Los católicos y cristianos el nacimiento
de Jesús representa la presencia humana y transformante de Dios
mismo en la tierra, que vino a traernos su mensaje de paz, perdón,
reconciliación y amor. Sobre estos fundamentos giran también las principales
religiones del mundo. En entrevista el Teólogo brasileño Leonardo Boff le
preguntaba al Dalay Lama que cuál era la mejor religión del mundo ,
esperando que le contestara que era el budismo tibetano o las religiones
orientales.
Para sorpresa de Boff, la respuesta fue
una breve pausa acompañada de su peculiar sonrisa a lo que después dijo:
“La mejor religión es la que te acerca a Dios, al infinito. Es la que te hace
más compasivo, más sensible, más amoroso, más humanitario, más responsable y
más ético. La que consigna todo eso de ti, esa es la mejor religión. La
que mejora tu conducta delante de tus semejantes, de tu familia, de tu
comunidad y del mundo”.
Otro gran ejemplo de tolerancia religiosa
nos lo dio Juan Pablo II quien lograra reunir a los principales líderes de
diversas religiones del mundo para orar juntos por la paz. Más aún, Jesús
mismo vino por los más incrédulos, los más necesitados de misericordia,
los pecadores, los marginados. Por consiguiente, el amor al prójimo, a
Dios y a sí mismo es una máxima de nuestra religión y de muchas otras.
En esta época de inicio de año que
significa renovación y esperanza, pocas veces nos preparamos para hacerle un
lugar a Dios, a nuestro Ser Superior, o como cada quien guste llamarle. En la
temporada navideña que acabamos de vivir, nos preparamos para los festejos, la
celebración y las compras. Todo eso es bello, pues forma parte de nuestra
condición humana, sin embargo, es importante preparar también nuestro corazón para
acondicionar un lugar especial para Dios, en el caso de los católicos, para al
nacimiento de Jesús.
A mis hijos y a mis jóvenes alumnos de
secundaria les digo que es como preparar un espacio especial para recibir a
alguien especial. Tenemos que quitar toda la basura y telebrejos que no
nos sirven de nada, como la indiferencia, la envidia, el resentimiento,
la injusticia, la venganza y la irresponsabilidad y en su lugar, dar
cabida al amor, al perdón , a la alegría, a la verdad, a la paz y a la gratitud.
Les comparto que ponernos en contacto con
Dios diariamente, es como sintonizar una bella estación de radio que se
transmite las 24 horas del día, pero a la que poco atendemos, pues Dios siempre
está presente en nuestras vidas y en nuestros corazones. En uno de sus
cuentos Antoni de Mello decía que en una ocasión Dios le preguntaba a un ángel
que en dónde se le podría esconder a los humanos por un pequeño tiempo para ver
que hacían éstos sin Él. El ángel le contestaba que era una pregunta muy difícil.
”Si es en la montaña más alta, te van a encontrar, ya han ido allí. En el
océano más profundo, también, ellos saben llegar a donde quiera, al
espacio, a los mares, a las montañas…”Pensativo Dios remató: “Ya sé donde me
les voy a esconder: En sus corazones, ahí nunca se asoman”.
Te deseo mucha paz en su corazón,
salud en tu persona y amor de tus seres queridos. Que mi Divinidad bendiga a tu
Divinidad.
Jesús Javier Díaz Rico, Divulgación e Investigación
¡Hola Atod@s!, el Sr. Ghandi como el Sr. Dalay Lama, son humanos y parten de una etiología del pensamiento, acondicionado por sus antecedentes étnicos y culturales y sobre todo por la influencia del pensamiento filosófico, el cual no tiene nada que ver pero absolutamente nada que ver con lo que Piensa, siente y desea, el Creador Soberano del Universo. La pregunta que surge es, ¿Que piensa el Verdadero Dios, el Creador?, ¿Cómo ve Él este asunto del árbol y las ramas?. Saludos...