¿Somos demasiados? ¿podemos sobrevivir en condiciones
humanas adecuadas y de dignidad? ¿Podemos hacerlo compartimentados en
'Naciones-Estados' que se enfrentan entre si por los recursos y dirigidos por
unas castas sociales privilegiadas que defienden sus intereses personales y de
grupo por encima de los generales que dicen representar? ¿Podemos sobrevivir
dignamente en un mundo regido y pensado para la obtención de Poder/Beneficio
Politico y Economico? ¿Hay sitio para todos en un mundo como este que malgasta
a los propios seres humanos, sus capacidades, inteligencia y los recursos en la
producción de cacharros y cachivaches perecederos, absurdos e inutiles al albur
de la generación del deseo de poseer fomentado por los monopolios de la cultura
y la comunicación? Bueno, hoy lo dejo aquí.
Salud, de mientras.
Mikel Orrantia -Tar
DEMOGRAFÍA
En sólo 50 años la población humana ha crecido al doble (link)
Mosaico nocturno de la superficie terrestre en el que destacan las luces
artificiales, señal de la presencia humana.
Imagen: Marc Imhoff (NASA
GSFC), Christopher Elvidge (NOAA NGDC), Craig Mayhew y Robert Simmon (NASA
GSFC)
La población
humana ha llegado en 2011 a los 7.000 millones de habitantes, habiéndose
duplicado en las últimas cinco décadas.
Este crecimiento
demográfico tan acelerado es ciertamente un motivo de alarma, y tiene a
científicos, economistas, y sociólogos apurados por encontrar una solución para
combatir los problemas inherentes a un planeta superpoblado.
De entre todos esos científicos, cabe seleccionar, a modo de ejemplo, las
opiniones y reflexiones de tres de ellos.
Shigehiro Oishi, profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad
de Virginia, le presta mucha atención al impacto social y cultural que el
crecimiento poblacional podría tener en los próximos años sobre el bienestar de
las personas. Aparte del reto evidente de tener que alimentar a tanta gente
cuando las fuentes de comida y otros recursos son limitadas, hay otros efectos
que deterioran la calidad de vida en un mundo superpoblado. Oishi argumenta
que, en general, la literatura científica sobre el bienestar subjetivo y el
comportamiento prosocial sugiere que la densidad de población está
asociada negativamente con el bienestar y la calidad de vida. Y se remite,
entre otros, a un estudio reciente conducido por Richard Lucas, de la
Universidad Estatal de Michigan, en el que se constató que los residentes en
los condados más densamente poblados de Estados Unidos están menos satisfechos
con sus vidas que quienes residen en condados poco poblados.
Por su parte, Stephen
Loughnan, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Kent, en el Reino
Unido, está preocupado por el hecho de que el crecimiento
poblacional está principalmente determinado por las elevadas tasas de natalidad
en las naciones en vías de desarrollo. “A medida que las personas
en estas naciones comienzan a demandar, y con razón, un estándar de vida
similar al que disfrutan las personas en las naciones desarrolladas, surgen dos
posibilidades distintas. Por una parte, podría serles denegada la posibilidad
de disfrutar nuestro nivel de salud, riqueza, y bienestar, lo que es injusto.
Por la otra, podrían adoptar las prácticas de consumo de las naciones
desarrolladas, las cuales es muy probable que sean insostenibles”, explica
Loughnan.
Daniel Stokols, profesor de ecología social en la Universidad de California
en Irvine, está preocupado por los efectos que siete mil millones
de personas ejercerán a partir de ahora en los recursos del planeta, y hace
hincapié en la necesidad de encontrar formas mejores de conservar los
recursos para las generaciones futuras.