Conclusiones del estudio ¿Se necesitan represas en La Patagonia?
Actualmente
Chile se encuentra desarrollando proyectos de generación basados en energías
renovables y plantas convencionales, las que proveerían más energía que el
incremento de la demanda proyectada por la Comisión Nacional de Energía para el
año 2025. Desde que este escenario fue publicado en abril de 2008, la demanda
energética se ha contraído a consecuencia de la recesión económica mundial. En este
nuevo escenario, -basado en proyecciones realizadas por los mismos autores de este estudio- no solamente Hidroaysén se torna innecesario, sino que también
Chile podría prescindir en al menos un 40% de las nuevas plantas de carbón.
Con respecto al
análisis realizado deseamos destacar:
- Existen 3.041
MW y 19.817 GWh/año identificados de eficiencia energética que son
económicamente factibles, pero su implementación va a depender de políticas y
programas que permitan corregir las actuales imperfecciones del mercado.
- El desarrollo
de proyectos de energías renovables aportaría 4.383 MW y 18.913 GWh/año,
considerando los proyectos aprobados, en calificación y anticipados más el
crecimiento
proyectado de
geotermia y energía solar.
- La implementación de políticas
de eficiencia energética, junto con el desarrollo de las energías renovables,
permitiría elevar la meta obligatoria establecida en la Ley 20.257 de un 10% a
un 25% en el año 2025.
- Chile posee gran cantidad de
recursos geotérmicos y solares, los cuales son de calidad mundial. Creemos que
nuestras estimaciones de desarrollo anticipado son bastante conservadoras. La
reducción de brechas tecnológicas y de mercado van a permitir expandir y
acelerar significativamente el desarrollo de estos recursos.
En un análisis
del ciclo de vida, la eficiencia energética y las energías renovables son más
competitivas en términos de costos que las centrales de generación de energía
convencional. Sin embargo, en el caso chileno no hay un equilibrio entre la
destrucción ambiental que generaría el proyecto Hidroaysén y los impactos de
las centrales a carbón. La opción por unas u otras es un dilema errado, por lo
que las prácticas de eficiencia energética viables económicamente y los
proyectos de energías renovables debieran ser puestos en marcha antes que las
centrales convencionales.
Luego de la
realización de este trabajo entre noviembre 2008 y marzo de 2009, el panorama
sigue cambiando, pero todo indica que nuestras hipótesis son correctas. Solo
para citar algunos hechos nuevos:
- Con fecha 18 de marzo de 2009
se publicó el nuevo plan de obras referencial de la CNE. El mismo considera un
retraso de 9 a 14 meses en la eventual puesta en marcha de Hidroaysén.
Además se
reconoce un escenario energético mucho menos dinámico.
- Están ya
apareciendo señales claras de que existirán al menos una a dos centrales CSP de
unos 10 MW de aquí a no más de 5 años. Además es posible prever que las
instalaciones fotovoltaicas serán una fuente significativa de generación
distribuida, con proyectos de varios cientos de kW en los próximos años.
- Con fecha 14
de mayo de 2009 se anunció un acuerdo entre ENEL (holding dueño de Endesa) y
SoWiTec (de Alemania) para instalar nuevos proyectos eólicos de hasta 850 MWe
en el
mediano plazo.
Estos hechos
muestran una situación muy dinámica que refuerzan las conclusiones de este
estudio.
En resumen, el
sistema eléctrico chileno ha llegado a un punto histórico. Debido a la recesión
económica mundial y la caída en la demanda de energía eléctrica, hay una
ventana de oportunidad durante los próximos tres años, para reorientar de
manera estructural el sistema eléctrico hacia uno que sea técnicamente más
flexible, económicamente eficiente y ecológicamente sustentable.
El primer paso
es suspender el desarrollo del proyecto Hidroaysén y al mismo tiempo posicionar
la eficiencia energética y las energías renovables como las primeras y segundas
prioridades de la política energética chilena y adoptar medidas concretas que
creen mercados estables en el largo plazo para estos recursos y sus fuentes.