En otra entrada del blog, esta
exactamente, hablaba de las tonalidades y su relación con sentimientos
específicos en el pasado. Hoy en día esto se ha dejado un poco de lado
porque cualquier tonalidad si se sabe utilizar al componer puede
expresar lo que uno desee.
Pero
lo que no se puede negar es que hay canciones que nos hablan
directamente sin palabras, que nos demuestran de que pasta están hechas
con un extraño idioma que casi todos entendemos. A partir de esto ¿Y si
aplicamos un poco de física cuántica?
A partir de mi limitado
conocimiento sobre la materia llegué a la conclusión de que las
vibraciones nos hablan, no directamente, no de la manera literal, si no
más bien a base de frecuencias que recoge el agua de nuestro cuerpo.
Estamos hechos de un 60% de agua, así que, en algo tendrá que influir
¿no? Así que dejarme hablaros de estas cavilaciones musicales no
tan comunes (creo).
Cómo hemos visto en el vídeo, el
agua reacciona a las emociones, ¿el mayor conductor existente hasta en
nivel molecular? ¿el agua habla al agua? Pueden ir por ahí los tiros.
Al
nacer tenemos más agua en el cuerpo, ¿eso explica por qué los bebes son
tan sensibles a las emociones? ¿Explica también por que nos volvemos un
poco menos sensibles al crecer?
Tantas preguntas y tan poco tiempo, pero mejor nos centramos en lo que tratamos aquí: la música.
Como ya dije en el artículo
primeramente citado, en el pasado se creía que cada tonalidad
representaba unas clases de emociones o de conceptos. Estaban menos
avanzados, pero, ¿y si estaban más en lo cierto que actualmente? Sin
tener los medios y conocimientos para saber el poder del agua, supieron
encontrar las alteraciones que producía cada melodía en nosotros. Me
atrevo a decir que si mirásemos de manera microoscopica nuestra sangre
mientras escuchamos el La Mayor (Alegre, inocente, satisfacción...) se
modifica el líquido muy similar a cómo si hiciéramos el experimento del
vídeo.
De alguna forma con la música
hemos descubierto a modificar las vibraciones del aire de tal manera que
el agua de nuestro cuerpo reaccione. Me atrevería a decir que es un
descubrimiento de uno entre un millón, algo mágico e impensable para
aquellos arcaicos tiempos de descubrimiento primario. Me sorprende
incluso que no hayan inventado armas con la música, una frecuencia
sonora musical que pueda hacer daño como siempre quieren los de
investigación armamentística.
Otra
teoría que me surge es que una persona es más sensible o menos según la
cantidad de agua que tenga en el cuerpo, como ya he indicado, pero es
tan leve la diferencia que apenas nos percatamos. Que alguien sea
insensible no tiene porque venir de un problema mental, si no por que en
lugar de 60% de agua este posea un 58%, por citar cifras de alguna
forma, por lo que ese 2% marca la diferencia. Al revés ocurre con la
gente más sensible, la cual tiene más agua en su cuerpo.
Algo también me dice que toda el
agua no tiene porque recoger de las misma forma las emociones, también
depende mucho de cómo la tengamos actualmente en el cuerpo, si con más
tipo de un elemento u otro en ese momento, cómo si lo comparamos a que
el agua de un lago no recogerá igual que la del mar. Eso quizá explique
porque a una persona un tipo de canción le dice una cosa y a otra algo
diferente, pero también influirá el momento, y esa canción que no te
gustaba antes ahora puede sonar un tanto diferente...
La
sugestión también tiene su papel por aquí, dejando una emoción
impregnada que realice que el agua de nuestro cuerpo sea más receptiva,
esos previos que lo modifican todo.
Una última teoría surge, todo
posee agua, absolutamente casi todo lo que vemos y tocamos, incluso lo
solido tiene agua dentro aunque sea en cantidades ínfimas. Esto
demuestra que absolutamente todo el arte tiene agua ¿Por qué no van a
tenerlo también las ideas y conceptos abstractos cómo lo es la música?
Si somos agua, agua creamos, o al menos formamos y/o modificamos. Las
ideas que tenemos que surgen de la nada pueden significar nuestra agua
formando nuevas formas en esa creatividad de emociones y recepciones. En
ese sentido, el agua es cómo la masilla a formar, una forma de
ilimitadas formas y concepciones.
Así que quiero dedicar esta
entrada al agua, a ese bien que nos da la vida y del que probablemente
surgimos de alguna forma en mares primigenios. A esa sustancia vital que
recoge absolutamente todas las frecuencias que nos hacen disfrutar de
las maravillas de la música y que nos ayuda a comprender lo que otros
vieron mientras construían pasajes inexistentes a través de sólidas
notas invisibles.