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Aún ahora puedo recordar tu mirada al decirme esas palabras, entre otras muchas, que me sirven hoy, para ir modificando no solo mi actuar, sino mi manera de ver la vida, recordando siempre que hay personas que llegan a tu vida y aún en su ausencia, permanecen en ella con el propósito de recordarnos lo que debemos ser o lo que somos capaces de lograr. Verlos o recordarlos siempre será un empuje para ser mejores, son seres de luz cuya sonrisa nos muestra el camino.
Nuestra historia comienza aun antes de nacer, donde existimos como un espíritu con Dios de la mano. Dios nos envió a todos a la tierra a recibir un cuerpo físico, a enfrentar desafíos y a aprender a ser más como Él. El plan de Dios no es casualidad. Está diseñado cuidadosamente para darte las experiencias que necesitas para regresar con Él otra vez como una mejor persona y con más experiencia, aun cuando el camino cometas errores difíciles de comprender. Cuando le escribimos a Dios y le pedimos detalladamente lo que queremos, ten por seguro que Él no te dará en físico lo que buscas de primera intención. Si le pides paciencia, crees que dios te dará paciencia o le dará la oportunidad de ser paciente. Si lo que le pides es valor, crees que Dios te dará valor o le dará la oportunidad de ser valeroso. Si alguien ora para que su familia sea más unida, crees que dios los llenará con sentimientos amorosos, o les dará la oportunidad de amarse entre sí. Si pides por esa persona que te acompañe y con la cual puedas compartir tu felicidad, ¿Crees que Dios te la mandará, o te permitirá conocer a alguien con potencial, un diamante en bruto para que tú lo puedas pulir según su palabra? En la Biblia está escrito: Romanos 11:33-36 "¡Qué profundas son las riquezas de Dios, y su sabiduría y entendimiento! Nadie puede explicar sus decisiones, ni llegar a comprender sus caminos" Los designios de Dios son casi en todos los casos, muy difíciles de entender, pero al final, su mano es probablemente lo más conveniente para nosotros, como en las historias de Job que siendo un personaje bíblico que representa a un ser ficticio, fue creado para enseñar el sentido de las penas y el papel de Dios ante ellas. “Perder para Ganar”, como el juego de dominó, fue otra de las grandes enseñanzas que me dejaste y que minuto a minuto, marca el camino de mi vida, aceptando de buena manera lo que Dios nos quita y que a la vez nos muestra que por ahí no es el camino. Hoy, aun cuando no estas a mi lado, te agradezco porque, en algún momento de mi vida, fuiste todo lo que yo quise. Perdóname por no acercarme siquiera al detalle de tu pedido o en el camino por no dejarme tallar como siempre quisimos y soñamos. ¡No sé si Dios dé segundas oportunidades, pero si las tuviera, de seguro sería todo lo que alguna vez escribiste en ese papel, no solo por recompensarte, sino porque así lo desea mi corazón… ya lo entendí…!
