Reseña realizada por Begoña Curiel.Tras cuatro años sin leer a María Oruña –me he saltado dos libros de la saga– queda claro que mantiene su marca. Ha sido como volver a entrar en su casa. Sigue en la salsa del misterio siete años después de conocerla. Tira la caña en esta ocasión con muerto en incendio, Escocia, literatura del XIX y dos tramas paralelas para captar al lector. En julio piqué a gusto en esta historia amena y evocadora. No tan intensa e intrigante como otras anteriores pero me hizo pasar muy buenos ratos.La inspectora Valentina Redondo va de consorte de su compañero Oliver Gordon a la Escocia natal de este último. Las vacaciones no podían ser tranquilas, lógicamente. El suegro ha comprado el castillo de Huntly en las Highlands, las Tierras Altas escocesas. Es fácil dejarse cazar si trae al lector recuerdos “verdes” de una tierra como la escocesa. Este es el color ambiente “typical Oruña” con el que se me lleva de calle aunque la Cantabria de sus anteriores novelas tampoco esté nada mal.Después de sus tres primeras novelas de la saga (Puerto Escondido, Un lugar a donde ir, Donde fuimos invencibles) decidí descansar pero el momento me pedía regresar a lo conocido. Compré convencida El camino del fuego por la autora, el escenario y el anzuelo principal: los documentos aparecidos en un habitáculo del castillo que confirmarían que las memorias de Lord Byron aún existen. Para relamerse de gusto.Da igual la mentirijilla. Además, ¿por qué no?, me chifla imaginar lo supuestamente imposible. Soy del club que no puede o no quiere creer en la desaparición definitiva de determinadas maravillas. ¿Nadie iba a haber hecho una copia antes de que las memorias se quemasen? En fin, esta quiniela no viene a cuento. Sigo con la reseña.Cuando el hallazgo atrae a curiosos y expertos, ¡pum!, llega el muerto, en el castillo y por supuesto Valentina Redondo se olvida de que está de vacaciones y activa el chip investigador. Los consiguientes roces con sus homólogos policiales en la zona se esperaban porque nadie le ha llamado al entierro. Pocos son para su actitud meticona...Tiene tirón la trama paralela introducida por María Oruña. De hecho, aunque tampoco sea totalmente necesaria para el desarrollo y final de la historia, me ha gustado muchísimo. El romance en 1836 de la joven Mary MacLeod con Jules Berlioz tiene encanto. Que los personajes sean reales le da puntos a la aventura. Una chica de familia bien y un humilde librero. Dónde se ha visto... Oh my God. Su amor por las letras los atrae aunque por diferentes motivos es difícil que la relación pueda cuajar. Sin embargo los sueños a veces se cumplen aunque no discurran por las veredas previstas. Servirá la aventura para desplegar la ambientación de época; un trabajo bien realizado por María Oruña que me ha deleitado por su halo romántico y trágico que pedía el contexto para que fructifique este amor imposible y la posterior evolución de esta segunda trama en dirección a la primera. Ambas irán yendo y viniendo para conformar el armazón de la novela.De la historia principal me han encantado los tradicionales enfrentamientos entre los clanes familiares de una tierra tan mágica como Escocia, donde la constancia del paisaje verde parece contar con la misma eternidad de disputas históricas de apellidos de largo pasado y exceso de prejuicios y etiquetado para el contrario. Es tan novelesco y sin embargo tan fascinante...Que este argumento guste o no es cuestión del lector. Que la dosis de intriga no alcance la de anteriores novelas no me ha importado. Sólo puedo decir que El camino de fuego me ha entretenido muchísimo y además, Oruña facilita esta senda con su habitual narrativa sencilla y amena, algo que siempre me gustó de esta autora, ofreciendo un producto similar que funciona.Publicado el 12 de septiembre de 2022Entrada relacionada con Begoña Curiel, María Oruña