Madrid, territorio impune

De Madrid al cielo perfectamente puede transformarse en la impunidad sin pasar por el arrepentimiento.

 

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Venimos de hechos que ahora pueden considerarse travesuras, como hurtos de cremas en un supermercado, Máster que nunca se cursaron, etc. Todos estos deslices que ni tan siquiera consiguieron poner la cara colorada a sus protagonistas fueron considerados como mera anécdota por los ciudadanos y ciudadanas de la capital. A buen seguro, más de uno y una fantaseaban con la oportunidad de repetir estas hazañas, claro está sin ser descubiertos.

Atrás quedaron los papeles de Bárcenas y la financiación ilegal del PP, la memoria es demasiado frágil. Pero esta vez, no sólo está siendo frágil entre la lideresa de la Comunidad y el líder del Ayuntamiento. Son tan castizos que pretenden hacernos comulgar con ruedas de molino. Una dice que no hay nada ilegal ni amoral, total el dinero es de los ciudadanos y ciudadanas. El otro nos confiesa que como suele suceder en algunas familias no hay demasiada comunicación entre primos, una verdadera pena saber que un modelo de familia tan perfecto para ellos este roto y tan siquiera sin guardar las apariencias. ¡Donde vamos a ir a parar!

Qué más da los rolex, los lamborghini, porsches o los ingresos ya no tan clandestinos con tantos ceros que consiguen marear al común de los mortales. Qué más da si médicos y enfermeras veían el horror convertido en el peor protagonista de días en los que las muertes se convertían en la peor de las pesadillas cotidianas. Qué más da si había familias que no tenían dinero para afrontar ya no el día siguiente sino esa misma tarde. Que más da si total los madrileños y las madrileñas son los mejores instrumentos para convertir a tanto Cayetano sin piedad en el mejor ejemplo de impunidad.

Es fácil imaginarse a tanto Cayetano bailando y cantando a plena pulmón, en plena fiesta privada, una de las canciones más populares de Alaska y que en esta ocasión les viene al pelo, “a quien le importa”. Pues claro que no, está demostrado que, a los comunes de los mortales habitantes y votantes de Madrid, no les importa nada, si suben o si bajan, si ganan o si deslizan dinero a otros menesteres que no son los públicos. Y esta es la parte más peligrosa en cualquier democracia, cuando a pesar de las penurias, esfuerzos por salir adelante, problemas y demás quebraderos de cabeza diarios, eso si tienes suerte y puedes tener un techo para vivir o poner en la mesa lo que está de oferta en el super, los ciudadanos deciden mirar a otro lado convirtiendo la pillería en invisible. Total, qué más da.

Capítulo aparte es para los socios de gobierno que esta claro son expertos en lejía, tragar sapos y culebras para blanquear tanta impunidad y desatino. ¿Aunque nadie se a parado a pensar en la figura de cómplice? Por su silencios los conoceréis y está claro que estos están siendo muy esclarecedores.

¿Será hora de despertar o bien en Madrid los votantes y habitantes preferirán seguir durmiendo en un sueño profundo?

UNETE



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