Religión Climática

 

. Sobre la “teoría del cambio climático” me surgen varias preguntas.

¿Por qué hay un interés desmedido por parte de los medios de comunicación de masas, determinadas empresas e instituciones políticas nacionales e internacionales, en poner en el foco de la discusión pública un debate que debería tener un carácter puramente científico? Resulta sorprendente que las mismas instituciones políticas que son incapaces de atajar problemas estructurales de nuestra sociedad que dependen estrictamente de su actuación y que no son resueltos por ser problemas de calado, en una sociedad marcada por el cortoplacismo, si sean capaces de atajar y poner en el foco mediático un problema científico que desborda el conocimiento de la mayoría de políticos y que requeriría según los propios defensores de la “lucha contra el cambio climático” medidas a corto plazo muy duras para la población, que ni siquiera asegurarían la “victoria” contra el “cambio climático”, por no decir que además requeriría de una fuerte cooperación internacional, y todo ello para evitar consecuencias visibles en un futuro todavía lejano, al menos desde una perspectiva política.

Vivimos en un país con un problema de paro estructural, la tasa de desempleo lleva 4 décadas oscilando entre el 10% en las épocas de bonanza y el 25% en las épocas de crisis, cifras a todas luces intolerables, un país con un sistema de pensiones quebrado, basado en un Sistema de Seguridad Social que dista poco de un esquema Ponzi, abocado inexorablemente al fracaso, a su desaparición, a subsistir mediante transferencias vía impuestos, a la pauperización de las pensiones, o a una combinación de las dos últimas, un grave problema migratorio que además de generar innumerables problemas sociales, amenaza a nuestra identidad nacional y todo ello regado de una creciente decadencia moral.

Sin embargo, en una España que adolece de estos problemas profundos y vinculados directamente a la actuación política, son sistemáticamente ignorados por nuestros gobernantes, y no es porque no preocupen a los ciudadanos, según el Centro de Investigaciones Sociológicas, el “Paro” es el principal problema de los españoles, considerado por más de la mitad de la población como uno de los tres problemas principales, las “Pensiones” y la “Inmigración” son uno de los tres principales problemas para entorno al 10% de los españoles, del segundo problema al octavo nos encontramos con problemas de índole económico asociados al primero , es decir al paro, así como a la política y a la corrupción moral, entre los que se encuentran: los políticos en general, problemas de índole económica, la corrupción, la sanidad, la calidad del empleo y los problemas de índole social. Curiosamente los problemas medioambientales solo son uno de los tres principales problemas para el 1,3% de los españoles, hecho me atrevería a denominar como milagroso, teniendo en cuenta el bombardeo mediático y propagandístico en esta materia.

Paro, pensiones, inmigración, problemas esquivados por los sucesivos Gobiernos, problemas que únicamente se parchean, pues una solución a los mismos requeriría la adopción de medidas impopulares a corto plazo para la obtención de beneficios futuros, que la inmediatez de la política actual no permite resolver, de otro lado la inmadurez de parte de la sociedad, que prima al político sin visión de futuro, a cambio de prebendas inmediatas, no está exenta de responsabilidad. Sin embargo, estos mismos políticos que viven al día, que únicamente se preocupan del aquí y ahora, de la próxima elección, de mantener el puesto mañana, ¿se preocupan y van a atajar el “cambio climático”? ¿Un problema que de ser real y de las dimensiones que ellos mismos auguran, es mucho más importante y difícil de atajar que el resto de los problemas aquí señalados? ¿Por qué aquellos que son incapaces de resolver problemas que están en su mano, intentarían resolver un problema que no depende en exclusiva de su actuación? ¿Será precisamente por eso, por su capacidad de lavarse las manos?

No sé si el cambio climático es real o no, no sé si está provocado por el hombre, no sé si es evitable, pero cuando veo a políticos arribistas subirse con entusiasmo al caballo de la lucha contra el cambio climático, cuando no solo son incapaces de resolver los problemas reales del pueblo al que representan, sino que, es más, muchas veces ellos mismos son quienes generan ya sea por acción o por omisión esos problemas, pienso que algo se nos escapa. Si políticos viles que únicamente miran por su interés, defienden a capa y espada esta teoría, creo que al menos deberíamos plantearnos la veracidad de los dogmas del cambio climático.

Están convirtiendo una teoría científica en una religión impartida en escuelas y universidades, cualquiera que disienta lo más mínimo de sus dogmas es un hereje. Yo me declaro agnóstico de esta religión, pues no tengo el conocimiento para reprobarla o aceptarla, pero lo que está claro es que el conocimiento científico que pudiese haber detrás de la teoría del cambio climático está transformándose en una ideología de carácter dogmático e intolerante más propio de una religión fundamentalista que de ciencia, ¿Estaremos ante un caballo de Troya, para que nuestra sociedad acepte recortes de libertades que sin una amenaza de magnitudes apocalípticas, jamás aceptaría?

EDQJ

UNETE



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