Reseña "Cervantes para cabras, Marx para las ovejas" de Pablo Santiago Chiquero

Hermoso homenaje a la lectura como instrumento potencial de metamorfosis en personas y en general, de la sociedad. Es una fábula novelada divertida, inteligente y entrañable con un toque berlanguiano y rocambolesco como su título. Un libro diferente que sorprende de cuidada prosa para adaptarse al escenario y el contexto.

 

Es una fábula novelada divertida, inteligente y entrañable con un toque berlanguiano y rocambolesco como su título. Un libro diferente que sorprende de cuidada prosa para adaptarse al escenario y el contexto.
  Mateo es pastor de cabras y ovejas en un pequeño pueblo de Córdoba; un joven listo y con inquietudes que sin embargo cae en el desánimo y en la cama que lo deja postrado. Su novia Conchita no consigue sacarlo de ahí pero la llegada de Lázaro, el nuevo maestro a la ciudad, será providencial prácticamente recién estrenada la Segunda República. Pablo Santiago Chiquero lo convierte en su medicamento, más bien el médico que le extiende la receta.

 El invento de la lectura no sólo ocupa y entretiene las horas sino que remueve al deprimido pastor. Cómo no, con material de la entidad de El Quijote y El capital. Mateo “se despierta”, también a sus animales en calidad de orador en el escenario rural y tampoco quiere que se lo pierdan sus vecinos. El enredo lector se irá extendiendo de tal manera que la “terapia” del profesor alcanzará cotas inimaginables. Resulta tan hermoso...

 Pablo Santiago Chiquero da un toque quijotesco a su narrativa, sin complejidades, pero es que además, los diálogos hablan de sus propietarios, gentes sencillas que pareces estar viendo mientras lees. Escritura y ambientación te sitúan perfectamente en el lugar donde se gesta esta pequeña gran revolución de Mateo. Qué preciosa aventura.

No faltarán dificultades como es lógico pero las letras hacen magia, algo que sabemos sus humildes creyentes.

 Y Mateo la hace realidad. El autor nos eleva con la emoción y autenticidad del pastor que no cejará en su empeño de conseguir... ¿la utopía? Los sueños están para cumplirlos; si no se alcanza la meta, ¿habrá merecido la pena? Mateo lo tiene claro como esta lectora que se deja seducir sin dificultad por la fuerza del tesón, la perseverancia, la fe personal sea cual sea el objetivo si esta empuja fuerte, la importancia del aprendizaje y la evolución.

 En este libro se escarba en las posibilidades de transformar y transformarse, en la belleza que el proceso conlleva cuando cabeza y corazón confluyen. Esta fábula es poderosa, contundente pese a su aparente sencillez.

  Eso dice mucho del autor, que ha sabido compaginar lo elevado de los sueños con el toque humorístico, el amor tierno con la determinación, la amistad y respeto sinceros frente a las inevitables diferencias y disensiones que con el otro puedan existir. Y además, se gana mi aplauso porque sostiene esta red con los cimientos de la lectura como si un oráculo de vida se tratase. Cervantes para cabras, Marx para las ovejas es una preciosidad.

Reseña realizada por Begoña Curiel.

UNETE



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