Repsol no existe

Es conocido que el 15 de enero de este año una erupción volcánica en las proximidades de la ciudad de Tonga provocó un oleaje inusual en las costas del Pacífico, lo cual afectó al Perú pues tuvo como saldo dos muertos en Lambayeque y el terrible desastre ecológico poco esperado: el desborde del crudo en el mar en las proximidades de la refinería La Pampilla. Esta refinería es administrada por una empresa española poderosa: Repsol, y en los inicios de la jornada del desborde del crudo se notificó que apenas se habían vaciado 7 barriles de petróleo.

 

. Esta refinería es administrada por una empresa española poderosa: Repsol, y en los inicios de la jornada del desborde del crudo se notificó que apenas se habían vaciado 7 barriles de petróleo.
En los días siguientes la cantidad de barriletes en el mar fue más colosal: llegó a cuantificarse 6000 barriles inicialmente, y en los días posteriores la OEFA notificó que serían más de 11 mil barriles en el mar.

Esta tragedia ecológica, que ha cobrado la vida de las diez últimas especies de nutrias marítimas en el mundo en las costas peruanas, ha causado la indignación de la población directamente afectada: los pescadores artesanales, cuyas economías dependen de la pesca diaria de la playa el Cavero, la playa más afectada del norte de Lima.

Los medios de comunicación han actuado como si la tragedia ecológica no nos afectaría directamente, como si no existiera en la vida cotidiana de un pescador, es más, estos medios de comunicación continúan con la agenda de la vacancia presidencial. Para estos medios de comunicación la tragedia ecológica por la refinería La Pampilla simplemente no existe.

No es la primera vez que ocurre este tipo de tragedia, en el año 2013 también ocurrió un desborde del crudo en las costas de las playas de Ventanilla por la empresa Repsol.

No obstante, la tragedia ecológica de Ventanilla de este año ha sido mucho más devastadora que la del año 2013, por su magnitud, por los grupos económicamente afectados, por la extensión de la expansión del crudo hacia las costas de las ciudades menores como Huaral o Barranca.

Incluso la empresa Repsol no ha tenido un plan de contingencia para poder detener esta expansión del crudo. La empresa Repsol en ese sentido ha logrado, tal vez, por la enorme influencia que tiene en los medios de comunicación, acallar esta tragedia y ha logrado bajar la voz de la prensa que se hace llamar defensora de la soberanía nacional. Cuando ocurren este tipo de tragedias la prensa limeña lo que hace es lo de siempre: orientar la opinión pública hacia otros temas que considera importante. Esta forma de poner la agenda y acallar un problema que a largo plazo podría ser perjudicial incluso para la salud de la población, ha sido una forma de manipulación de la opinión pública por la prensa limeña, es la estrategia de normalizar las crisis y concentrarse en un solo punto y en un solo enemigo: el Estado, que debe ser gobernado por alguien capaz, por tanto, para la prensa, es más imperativo conseguir la vacancia presidencial de un hombre incapaz de gobernar.

La estrategia de apuntar hacia un enemigo ya había sido señalada por Goebbels en la época nazi en la cual el enemigo era el judío, hoy ,para la prensa el enemigo es Castillo y el grupo de izquierdistas que gobiernan, y no Repsol, pues, mientras no se mencione a Repsol, mientras no se considere la tragedia ecológica como  tal sino como crisis y oportunidad, entonces habría posibilidad que las operaciones de esta refinería continúen.

En este sentido la prensa limeña juega un papel vital para Repsol, mientras no lo mencione, mientras no lo señale como un enemigo, mientras el capital extranjero siga siendo bienvenido a pesar de las tragedias ecológicas que dejan en el territorio, como Pluspetrol en Loreto, como Doe Run en La Oroya, entonces tendremos que continuar con esta "normalidad."

La prensa limeña, como siempre, juega a favor de los grandes intereses capitalistas mediante un principio ya señalado por Goebbels y que lo hemos mencionado tangencialmente: el silenciamiento, acallar las noticias que desfavorecen a la empresa pues ella es el mesías que nos llevará al desarrollo, y exagerar y desfigurar cualquier noticia por pequeña que sea, pero que no tenga que ver con Repsol.

UNETE



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