"Poetas y Poesías" Gabriela Mistral

Fragmento del poema “Dame la Mano” de Gabriela Mistral, incluido en su segundo poemario TERNURA, en 1924.

 

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“Dame la mano y danzaremos,

dame la mano y me amarás.

Como una sola flor seremos,

como una flor, y nada más…”

Hoy quería hablaros de una poetisa muy especial: Lucila Godoy Alcayaga (Vicuña, Chile 1889 –Nueva York, EE.UU 1957), más conocida por el seudónimo de Gabriela Mistral.  Y, valga la redundancia, se me antoja tan especial porque con ella comparto profesión (pedagoga), causas (el bienestar de la infancia y la lucha por la mejora social a través del fomento cultural) y aficiones (la enseñanza y la poesía).

Gabriela fue una mujer polivalente, con un gran espíritu didáctico desde edades muy tempranas con el que revolucionó la pedagogía llevando a cabo un movimiento orientado a la protección de los menores y al desarrollo del, tan en boga, aprendizaje significativo o el “aprender haciendo”. La autora también despuntó desde joven por su gusto escribano, haciendo diferentes colaboraciones en diarios y periódicos de la época.

Con 21 años se trasladó a Santiago de Chile, la capital de su país, para entrar en la Escuela Normal de Preceptores y fue a partir de aprobar los exámenes de este prestigioso centro, cuando comenzó su periplo docente por toda su patria. Justo también empezaba a descubrirse a sí misma en su segundo oficio, el de poetisa, iniciando la creación de sus conocidos “Sonetos de la muerte”. Para Gabriela, por este flechazo con la poesía, empezaba realmente la fiesta de la vida (según manifestó en alguna ocasión). Pocos años después, en 1914, la autora obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía de su país por los citados sonetos.

A partir de este momento, la explosión intelectual de Gabriela Mistral la llevó en pocos años a trabajar en varios Liceos (en el de la ciudad de Temuco conoce a Pablo Neruda, con quien forja una gran amistad) y a ser una destacada educadora, invitada en diferentes universidades. De esta forma, en 1922 se traslada a México para colaborar en los planes de reforma educativos del país y llega a ser embajadora de su método y sus letras por Europa y Estados Unidos. Por esta época, respecto a su producción literaria, destacan: “Desolación” (Nueva York-1922), “Lecturas para Mujeres” (México-1923) y “Ternura” (Madrid-1924).

Como buena embajadora de la cultura y representante de su país, Gabriela se convierte en 1933 en cónsul de Chile en Madrid y un año después la nombran hija adoptiva de Puerto Rico. Durante este periodo la autora viaja por diferentes países y gesta uno de sus libros de poesía más destacados: “Tala”, publicado en Buenos Aires (1938) y dedicado a los menores españoles víctimas de la Guerra Civil.

El broche de oro a su obra literaria y a su potente influencia le llega en 1945 cuando recibe el Nobel de Literatura. Posteriormente, en 1951, fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura de Chile.

Gabriela Mistral se convirtió, de manera muy justa, en una de las poetisas más importantes del siglo XX y actualmente es una de las referentes de la poesía universal.

A continuación, les deleito con un pequeño fragmento de su reconocido poema “BESOS”:

“Yo te enseñé a besar con besos míos,

inventados por mí para tu boca…”

Y, como no, concluyo con una magnífica frase que dedicó a la infancia:

“El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde.”

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UNETE



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