. La tierra
y el Mar constituyen un sistema indisoluble de relaciones sistémicas que en su
conjunto formalizan de manera concluyente sus potencialidades políticas,
económicas, y medio ambientales. El comportamiento normal y esperado de una
nación con proyección oceánica e insular debe ser integrado y
amparado en su carta fundamental como una visión trascendente, una latente
aspiración de desarrollo prospectivo y el pilar fundamental de lo que somos y
poseemos, lo que tenemos y lo que podemos lograr en base a su reconocimiento.
Los intereses marítimos de la nación, del pueblo del Chile no solo
representan actividades o recursos, son también herramientas y medios que
permiten concretar las proyecciones continentales, el mar para Chile es en toda
su dimensión el gran escenario futuro del desarrollo nacional y el principal
medio para dar sostén y fuerza a la problemática actual. El Mar y sus
costas nos ofrecen recursos hídricos, alimentarios, energéticos, un
indiscutible escenario de investigación y nuevos descubrimientos además de
significar la gran carretera que sostiene el transporte masivo mundial y tras
ello la conectividad, transferencia de carga y movimiento de la economía
mundial.
La política chilena y sus marcos jurídico-legales, deben considerar
poner en el sitial que corresponde la potencialidad y estructura de bienestar
que significa para un país el contar con los márgenes marítimos que nuestra
nación posee y crear las bases institucionales y orgánicas necesarias para
fomentar, mejorar, proteger y garantizar su uso sostenible, sustentable y la
relación directa que estas medidas poseen hoy más que nunca con el cambio
climático, los cambios demográficos, la inmigración y la alimentación. Debemos
saber reconocer la importancia estratégica y soberana del mar y nuestra
plataforma continental y sus extensiones submarinas para de esta manera velar y
reconocer sus importancias futuras al bien nacional, articular acciones que la
preserven, y fortalecer los efectos multidimensionales de esos mares para el
bienestar de la sociedad chilena y sus futuras generaciones. Aprovechar el
conjunto de ventajas comparativas que ofrece la cualidad marítima de Chile,
obligan a una comprensión acertada del mar en todas sus facetas, sus atributos,
ciclos, ecosistemas y del contexto internacional en el cual se desenvuelve.
Debemos comprender que las actividades, acciones y acuerdos del
escenario marítimo nacional se sustentan y formalizan en los cambios,
decisiones y convenios internacionales de las grandes naciones y organizaciones
y Chile debe estar al nivel de no solo ser parte importante sino también de
generar propuestas y políticas oceánicas asertivas de aceptación en la
comunidad internacional.