El tiempo corre inexorablemente y sin que nadie lo pudiera evitar llegaron el plástico, la Coca-Cola, los pantalones de vaquero, la lavadora, el frigorífico y la televisión (en blanco y negro), desde que en Aitana se montara un repetidor en 1962.
El tiempo corre inexorablemente y sin que nadie lo pudiera evitar llegaron el plástico, la Coca-Cola, los pantalones de vaquero, la lavadora, el frigorífico y la televisión (en blanco y negro), desde que en Aitana se montara un repetidor en 1962.
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Recuerdo que lo primero que vi en la tele fue el entierro de Kennedy. Y también llegaron los guiris (Ah, las suecas) con sus costumbres disolutas (que decían unos asustados curas) y la mirada de superioridad a la que la procedencia de una nación democrática les daba derecho. Alicante se había convertido en una ciudad turística, como lo estaba haciendo un pueblecito de pescadores llamado Benidorm.