"Bibliotecas del Mundo" Biblioteca Al-Qarawiyyin

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“Bibliotecas del mundo” por Mariángeles Salas.

La Universidad de Al Qarawiyyin (también conocida como Al-Karaouine o Al-Quaraouiyine) fue fundada en 859 y es considerada por la Unesco y el Libro Guinness de los Récords como la más antigua del mundo que sigue en funcionamiento.

Su creación fue 200 años antes del surgimiento la universidad de Bologna, Italia, la primera de Europa, en 1088. El complejo está compuesto por una mezquita, una universidad y una biblioteca

Paseando por Fez, en Marruecos, pocos adivinarían a simple vista que, tras una puerta de madera en la plaza es-Seffarin, se oculta una de las bibliotecas más extraordinarias que ha producido la civilización musulmana, la Biblioteca Qarawiyyin, una de las bibliotecas más antiguas del mundo, con más de 1000 años de historia. Alberga en torno a 30.000 volúmenes -de los cuales 4.000 son manuscritos u obras raras- que abarcan desde el siglo IX hasta el XX. Semejante tesoro sitúa al-Qarawiyyin entre las grandes bibliotecas históricas del Islam, junto a las de Córdoba y Bagdad, ya desaparecidas.

Antiguamente, cuatro cerrojos protegían la puerta de acero que conectaba la biblioteca con la inmediata mezquita de al-Qarawiyyin, el corazón espiritual de la ciudad. Cada llave estaba en posesión de una persona distinta. Para abrir la puerta, se requería la presencia simultánea de las cuatro.

Sólo en los años cuarenta del pasado siglo, durante el protectorado francés, la biblioteca se abrió a los no musulmanes.

La biblioteca Qarawiyyin forma parte del complejo educativo que fue creado en el año 859 d.C. y lo fundó Fátima Al-Fihri, una culta y acaudalada mujer que heredó una gran fortuna de su padre, Muhammad Al-Fihri, que era un rico mercader. Este complejo incluía la universidad, la biblioteca y una mezquita. El objetivo principal de este proyecto era ayudar a los jóvenes de Marruecos que querían formarse. Uno de sus alumnos más destacado fue el francés Gilberto de Auvernia, el posterior Papa Silvestre II, que introdujo en Europa los números arábigos y el concepto cero. La biblioteca como tal se sumaría al conjunto en el siglo XIV, con la dinastía meriní (siglos XIII a XV).

A pesar de que en el siglo XIX se perdió gran parte de su fondo, la biblioteca de al-Qarawiyyīn, que alberga manuscritos de hasta 12 siglos de antigüedad y que por sus salas pasaron ilustres alumnos como el filósofo Ibn’ Arabí en el siglo XII y el historiador Ibn Jaldún en el siglo XIV, sigue destacando a día de hoy por su colección: más de 2000 manuscritos que contienen unas 5600 obras, donde sin duda son mayoría los textos de derecho islámico así como coranes. Son textos fundamentales para reconstruir la historia del Al-Ándalus de los Omeya (siglos VIII a XI). Entre ellos destaca sin duda un fragmento del “Muqtabis” de Ibn Hayyan (Córdoba, 987-1075), que se creyó perdido hasta los años 70 del pasado siglo.

La biblioteca al-Qarawiyyin está profundamente vinculada a la memoria de España: “Por la conexión de Fez con Al-Ándalus, contiene manuscritos andalusíes de gran importancia”. Dichos manuscritos llegaron a Fez con los refugiados andalusíes que progresivamente abandonaban la península.

Al-Qarawiyyin se nutrió también de trece cargamentos de coranes y manuscritos árabes, botín de la reconquista cristiana en España, que el rey Sancho de Castilla entregó al sultán Ya’qub.

Algunos de los libros que custodian los muros de al-Qarawiyyin parecen tocados por la leyenda. Según el profesor de Historia de la universidad de Vanderbilt, David Wasserstein, allí se conserva el único volumen superviviente de la biblioteca de Córdoba (siglos IX a XII), que contenía 400.000 títulos y atraía a la capital Omeya a sabios de toda Europa. Todos se dispersaron con el tiempo. Todos menos este texto de derecho religioso identificado en 1934.

Otros tesoros son: un Corán del siglo IX escrito en caracteres cúficos (la caligrafía árabe más antigua) sobre piel de camello; los Prolegómenos de Ibn Jaldún, una de las obras pioneras de la historiografía mundial; el manuscrito de una obra sobre jurisprudencia islámica escrito por Averroes; y la colección más numerosa de hadiz islámicos, los dichos y las acciones del profeta Mahoma.

Este lugar llegó a ser uno de los centros académicos y culturales más importantes del mediterráneo, al grado de que con el tiempo se ganó el patrocinio de poderosos sultanes. Su decadencia comenzó hasta inicios del siglo XX, ya que las familias ricas del país preferían enviar a sus hijos a estudiar a París o Londres.

La biblioteca de al-Qarawiyyīn fue ampliada y resituada en su actual localización por el sultán sa‘dí Aḥmad al-Manṣūr (r. 1578-1603), quien además engrosó considerablemente el fondo de la misma con la incorporación de numerosos manuscritos que provenían de diversos lugares de la geografía marroquí. Hoy en día podemos trazar bien esta ampliación de la colección gracias a las notas que los propios manuscritos conservan sobre “su” historia. Ya en el siglo XX, Muḥammad V (r. 1927-1961) construiría una nueva sala de lectura y permitiría el acceso a los no musulmanes.

Tras la destrucción de muchos textos importantes e incluso bibliotecas enteras en otras naciones árabes, como la de la Universidad de Mosul en Irak, durante guerras en las últimas décadas, la biblioteca Al Qarawiyyin, que contiene algunos de los manuscritos conservados más antiguos de la historia islámica, es ahora una de las más importantes en el mundo islámico y árabe.

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