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Mamá odiaba la palabra amor. La decía con el mismo desprecio que la gente dice la palabra furcia. Odiaba a los niños. Una vez la fui a buscar a un aeropuerto cuando mis cuatro hijos eran pequeños, y chilló ¡Quítamelos de encima!, como si fueran una manada de dóberman.
(Relato titulado Mamá)“Literatura escrita por mujeres” por Mariángeles Salas.Lucia Brown Berlin, conocida como Lucia Berlin (Juneau, Alaska, 12 de noviembre de 1936 - Marina del Rey, Los Ángeles, 12 de noviembre de 2004) fue una escritora estadounidense.Escribió 77 cuentos cuyos temas estaban conectados con su personalidad y la propia experiencia de una vida compleja que la convirtió, según los críticos literarios, en un personaje maldito y de leyenda.Lucia era hija de un ingeniero de minas y de una mujer fría, racista y alcohólica (así la describe en muchos de sus relatos). Pasó su infancia de ciudad minera en ciudad minera en Idaho, Montana y Arizona. Luego, su padre se fue a la guerra y Lucia, su madre y su hermana se quedaron en El Paso (Texas), donde Lucia asistió, becada, a un colegio de monjas, en el que era la única protestante; además, como su madre prefería la botella a sus hijas, Lucia vivía prácticamente con la familia siria de al lado (lo narra en el cuento Silencio).Con la adolescencia vino una nueva mudanza, a Santiago de Chile, y con ella, una metamorfosis: de niña estadounidense de clase media sin más, Lucia se encontró convertida en una señorita de la clase alta chilena, alumna de un exclusivo colegio privado, que dividía su tiempo, los fines de semana, entre las fiestas de la alta sociedad, con baile y cenas de seis platos, y visitas a los vertederos y chabolas en compañía de una profesora norteamericana, medio misionera, medio revolucionaria. Quería ser escritora o periodista y en 1955, con un español fluido, empezó a estudiar en la Universidad de Nuevo Mexico donde fue alumna de Ramón J. Sender.Después de varios traslados, bodas y divorcios, Lucia termina en Nueva York y, viviendo con sus hijos, por falta de recursos económicos, en un edificio de oficinas, donde se apaga la calefacción de noche.A los treinta y dos años, Lucia Berlin tenía en su haber tres matrimonios deshechos, cuatro hijos a su cargo y un alcoholismo con el que lucharía toda la vida… Eso sin contar con problemas de salud graves y crónicos: doble escoliosis, que la había obligado a llevar un corsé ortopédico durante años, problemas respiratorios… Lo que no tenía era una profesión, ni ingresos regulares. De modo que tuvo que ponerse a trabajar en lo que pudo: recepcionista en la consulta de un ginecólogo, ayudante de enfermería en la sala de urgencias de un hospital, e incluso mujer de la limpieza (aunque le costaba encontrar empleo porque las señoras, explica, desconfían de las candidatas “instruidas”).Todo ello y más (su paso por centros de desintoxicación, sus frecuentes visitas a México, donde vivía su hermana…) lo refleja en sus relatos, cuyo valor radica en esa amplia gama de experiencias, muchas de ellas raramente abordadas en literatura –pocas escritoras o escritores han trabajado atendiendo a enfermos terminales o limpiando casas–, pero sobre todo en la voz de la autora.Una voz, como señala Lydia Davis en su prólogo, irresistiblemente cálida, cercana, hecha de espíritu de observación, empatía, alegría de vivir, humor: No me importa contarle a la gente cosas terribles si puedo hacerlas divertidas, apunta ella misma. Sus modelos eran Chéjov, por la humanidad, Katherine Mansfield, por la capacidad de encontrar belleza hasta en lo más vulgar, Paul Bowles, por su agudeza en percibir y entender las diferencias culturales…En 1994 por mediación de Edward Dorn logró una plaza en la Universidad de Colorado y pasó los siguientes seis años en Boulder como escritora visitante y profesora asociada. En su segundo año de estancia ganó el premio de la universidad a la excelencia en la enseñanza.Durante los años en Boulder se relacionó con una estrecha comunidad de amigos entre la que estaba Dorn y su esposa Jennie, Anselmo Hollo, y su viejo amigo Bobbie Louise Hawkins además del poeta Kenward Elmslie y el prosista Stephen Emerson.Los estudiantes la adoraban pero el clima no le sentaba bien y empeoraba sus problemas respiratorios cada vez más graves hasta el punto de no poder separarse de un tanque de oxígeno.En 2001 un cáncer de pulmón forzó su retiro. Se trasladó a California para estar cerca de sus hijos y se instaló en el garaje de la casa de uno de ellos. Falleció el 12 de noviembre de 2004 en Marina del Rey, el día que cumplía 68.En total publicó 77 cuentos durante su vida. La mayoría aunque no todos se recopilaron en tres volúmenes publicados por Black Sparrow Press: Homesick: New and Selected Stories (1991), So Long: Stories 1987-92 (1993) y Where I Live Now: Stories 1993-98 (1999). Sus primeros cuentos datan de 1977 y se publicaron en revistas. En 1981 publicó su primer libro Angels Laundromat (Lavandería de Ángeles).En 2015 una de las editoriales más importantes de EEUU, Farrar Straus and Giroux publicó Manual para mujeres de la limpieza, una selección de sus mejores cuentos y el libro se situó en pocas semanas entre los más vendidos y fue incluido entre los mejores libros del año de las principales revistas y suplementos literarios del país.Los críticos literarios han comparado la obra de Lucia Berlin con la de Carver. Su personalidad muestra todas las facetas de un personaje maldito y de leyenda, con una historia sentimental atormentada, alcoholismo, serios problemas económicos que solventó limpiando casas ajenas, problemas de salud... experiencias que quedaron reflejadas en sus escritos.FacebookPinterestWhatsAppDéjanos tu opinión