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Ya es más que conocido que los avances
tecnológicos van a una escala de desarrollo exponencial: smartphones, internet
de las cosas (IoT), automóviles eléctricos autoconducidos, redes sociales,
educación híbrida (presencial y a distancia), entre otros factores, han
avanzado en el campo de la realidad que conocemos. Sin embargo es de
apreciar que en los aspectos sociales y económicos, los países de América
Latina, en especial Venezuela, sufren embates con los modelos que enmarcan su
desarrollo.
Tomando como cierta la proyección del
crecimiento de las ciudades en un 13% hasta el 2050, y ya siendo esta cifra de
un elevado 55% (Naciones Unidas, 2018), es posible percibir que las crisis en
la organización de las ciudades y los problemas de los servicios públicos irán
en aumento: el desempleo, las políticas sanitarias, educativas, los planes de
alimentación, la logística y la sostenibilidad de esas ciudades se observa muy
vulnerable ante el aumento previsto.
Es por lo anterior, que las ciudades inteligentes
no solo serán una vitrina para mostrar amplios niveles de desarrollo
tecnológico de algunas ciudades del mundo (Nueva York, Tokio, Londres, París,
entre otras), sino que viene asociada a una profunda necesidad de brindar
bienestar a la población en medio de serios problemas que se avecinan en lo que
hoy en día conocemos como la ciudad y las urbanizaciones.
Conceptos de ciberseguridad, análisis de
big data, en un hipotético contexto social, político, económico y
comunicacional hiperconectado a través de redes de alta velocidad (5G como
tecnología pionera), y la posibilidad de generar modelos que se acerquen a los
comportamientos complejos de las sociedades (Mahmood, 2018) fomenta el respaldo
suficiente para creer que en los próximos años nos vemos forzados a cruzar esa
barrera de lo que habitualmente se desarrolla analógicamente, a formar parte de
lo que será una data digital.
Aspectos como: tasas de desocupación
altas, inestabilidad en la seguridad alimentaria, necesidades de servicios públicos
eficientes, sumada al aumento de la población en las ciudades, hace del
internet de las cosas, y la tecnología de comunicación un aspecto vital para el
desarrollo de políticas públicas que partan del conocimiento de las realidades
exactas, además de un nivel superior en las relaciones humanas.
Perspectiva
en Venezuela: necesidad de descentralización
A lo largo de los años transcurridos de
Venezuela como República, el esquema de ejercicio del poder de estado enfocado
en el centralismo ejecutado desde la ciudad capital Caracas, ha sido la
característica predominante de los gobiernos autocráticos, pero también de los
llamados períodos democráticos. En la constitución del 1999, se desarrolla con
énfasis la descentralización como eje del estado venezolano, pero no ha sido
profundizado ese concepto de desarrollo autóctono (Rachadell, 2006).
Lo planteado anteriormente, no solo
sumerge a los gobernantes de turno en profundas contradicciones entre dominar
el poder en la capital o dominar el poder a escala nacional, sino que también
imposibilita la resolución local y la conformación del criterio comunitario que
ha de existir en pro del desarrollo humano, siendo por lo general infructuosos
tanto los esfuerzos de dominio a gran escala como las soluciones a pequeña
escala, disociando las soluciones políticas de su núcleo (la comunidad, el
poder popular, alcaldías, gobernaciones) y responsabilizando a quien
eventualmente ejerce el poder ejecutivo. El saldo político e institucional de
esto recae en grandes frustraciones colectivas, robustecidas a través del
descontento popular frente a las instituciones de la República y el máximo
representante, en este caso la figura Presidencial.
Luego de la promulgación de la
constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el año 1999, la
democracia participativa y protagónica ha sido un avance en la ruptura de las
ataduras representativas, con énfasis en la descentralización, pero con un
poder popular que aún no es concreto en términos organizativos y de acción, se
pierde la iniciativa en dilaciones que en nada aportan al desarrollo nacional.
El avance tecnológico profundo que se ha
dado en los últimos decenios, abre la puerta de par en par, para el ejercicio
de la potestad individual y comunal ante la realidad política que pudiese ser
accionada en lo concreto con datos exactos, en tiempo real, y con el manejo de
una big data que pudiese no solo controlar de forma inteligente los semáforos, alumbrado
público, seguridad ciudadana, sino que pudiese caminar de la mano con nuevas
propuestas progresistas, en términos de inclusión, no discriminación y trabajo
con el sector económico para incidir directamente en el bienestar de todos,
bienestar que pudiese tener su eje fundamental en el desarrollo de la política
alimentaria, y su desarrollo endógeno y autosustentable.
Sistemas
de información alimentaria en Venezuela en hipotéticas ciudades inteligentes.
Los sistemas de información alimentarios
no son novedosos, la propuesta tiene más de 20 años de creación, su ente
generador ha sido la FAO, en un intento de brindar indicadores que permitan a
los generadores de políticas incidir de manera directa en los cuatro cánones
que rigen la seguridad alimentaria, los cuales son: disponibilidad de
alimentos, acceso a ellos, utilización de mismos y por último la estabilidad de
la producción y mercados alimentarios.
Todos y cada uno de los mencionados
conceptos, tienen amplia incidencia en sectores claves de la sociedad, en la
salud, en la educación, en el trabajo, en las cadenas logísticas, en los
sistemas de información logísticos, en el desarrollo económico, y en el
bienestar de los seres que cohabitan una región particular, por tanto, se puede
considerar como un eslabón esencial en la implementación de ciudades inteligentes,
aún cuando las plataformas tecnológicas no nos habiliten la incursión
inmediata. Dar pasos sostenidos hacia este sentido puede ser la senda de
inicio.
En un ejercicio de imaginación pudiésemos
pensar, en la organización de consejos comunales, que tengan a su disposición
la tecnología suficiente para establecer un sistema de información alimentaria
que le permitiese conocer la disponibilidad de los alimentos en su zona
geográfica (en producción y comercialización), pero también conocer los déficits
productivos para lograr incidir en ellos y lograr la estabilización de mercados
alimentarios, la concertación de precios con los productores, empresarios y
miembros de la economía popular (cooperativas, empresas de producción social u
otras) para generar acuerdos fructíferos que brinden bienestar y estabilidad.
Situación
Venezolana ante la alimentación.
Venezuela en los últimos tiempos ha sido
sujeto de una importante presión extranjera para romper el hilo constitucional,
que sumado a prácticas de corrupción, mala praxis en el ejercicio público y el
área alimentaria, además de la situación de pandemia ha colocado a 9.1 millones
de personas en situación de inseguridad alimentaria en los rangos desde
moderada a severa (WPF y FAO, 2021), lejos de verse como un problema de crisis
del partido de gobierno, o de la figura presidencial, lo que se pretende es
entender la marcada debilidad que se presenta en este sector primordial de la
vida del venezolano.
Lo anterior, debe movilizar las fuerzas y
las conciencias de todos los que cohabitamos en zonas comunes para sumar
esfuerzos y trabajar en la producción alimentaria, con poderosos sistemas
alimentarios que hagan posible incidir directamente en la formulación de
políticas locales, pertinentes, como eje transversal para reconstruir la
esperanza de una sociedad distinta, recobrar la estabilidad y fortalecer
nuestros sistemas de cara a un poder popular que debe emerger como gran
solución en medio de la crisis.
La sostenibilidad, y lo endógeno no ha quedado
en el pasado, las ciudades inteligentes son el futuro próximo, y el modelo de
desarrollo nos exige ser certeros en la aplicación de estos conceptos.
Referencias bibliográficas
Mahmood, Z. (2018). Smart Cities, Development and Governance Frameworks.
Recuperado
de: https://doi.org/10.1007/978-3-319-76669-0
Naciones
Unidas (2018). Las ciudades seguirán creciendo, sobre todo en los países en
desarrollo. Blog del departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Nueva York.
Recuperado de: https://www.un.org/development/desa/es/news/population/2018-world-urbanization-prospects.html
Rachadell,
M. (2006). La centralización del poder en Venezuela. Provincia,
(16),199-282.[fecha de Consulta 16 de Julio de 2021]. ISSN: 1317-9535.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55501608
WFP y
FAO. (2021). Hunger Hotspots. FAO-WFP early warnings on acute food
insecurity: March to July 2021 outlook. Rome.