Ovidio en su poema De vetula, se lamenta, con razón, de esta tendencia: “Todos se aferran en aquello que puede reportar algún beneficio; muy pocos se afanan por saber y muchos por enriquecerse. ¡Así te prostituyen, ciencia virgen! ¡Así te esclavizan a ti, a quien deberían estrechar en castos abrazos; no te buscan por ti, sino por los beneficios que puedes procurarles; en una palabra: prefieren enriquecerse que filosofar...”