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No obstante, el agro es quizá el sector con menos adopción de herramientas
tecnológicas y no se vislumbra mayor crecimiento en ese sentido.
Actualmente,
la agricultura enfrenta nuevos desafíos que requieren la mayor productividad
posible para satisfacer la demanda alimenticia de una población mundial
creciente. Estimaciones sugieren que la producción de alimentos debe aumentar
en un 70 % para 2050, con la dificultad de que la tierra arable per cápita
disminuye cada día. Además, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura prevé que el 90 % del crecimiento en la
producción agrícola a nivel mundial (80 % en los países en desarrollo) estará
ligada a rendimientos más altos, es decir, volver más eficiente las áreas cultivadas
ya existentes, dejando el resto (10 – 20 %) a la ampliación de la superficie de
las tierras. Por tanto, con el ánimo de confrontar estos retos, surge el sector
de la Agricultura Tecnológica (AgTech, por su abreviación en inglés), cuyo
fundamento es el desarrollo de una estrategia de gestión que recoge, procesa y
analiza datos temporales, espaciales e individuales y los combina con otras
informaciones para respaldar las decisiones de manejo de acuerdo con la
variabilidad estimada del cultivo y mejorar la eficiencia en el uso de
recursos, la calidad, rentabilidad y sostenibilidad de la producción agrícola.
En pocas palabras, permite analizar la heterogeneidad de los cultivos y
administrar de forma eficiente cada zona del campo.
"La
producción de alimentos debe aumentar en un 70 % para 2050 y el 90 % del
crecimiento en la producción agrícola (80 % en los países en desarrollo) estará
ligado a rendimientos más altos, es decir, volver más eficientes las áreas
cultivadas ya existentes"Las
tecnologías/prácticas involucradas en AgTech son diversas y su utilización
depende de las necesidades del cultivo junto con los objetivos que se pretendan
lograr. Como se mencionó anteriormente, la ventaja de adoptar estos sistemas es
que se hace posible analizar la heterogeneidad de los lotes mediante
herramientas como el posicionamiento global, imágenes satelitales, sistemas de
información geográfica (GIS), sensores de humedad que optimizan el diseño de
los dispositivos de riego, la aplicación de diferentes tipos de insumos, fertilizantes,
herbicidas/plaguicidas en tasa fija y variada (VRT) con drones, control de
malezas, entre otros. Toda esta información obtenida se plasma en informes
digitales que sirven como apoyo para una mejor toma de decisiones. Por ejemplo,
hoy en día la mayoría de aplicaciones de insumos se realiza de forma homogénea
sin tener en cuenta las particularidades del campo, lo que acarrea derroches
tanto económicos como en cantidad de producto utilizado, en cambio, con la
utilización de tecnologías VRT, cada segmento del cultivo recibe lo necesario
para su correcto desarrollo.
Ahora, si
bien el país tiene desafíos de fondo, el escenario más preocupante al que se
enfrenta la agricultura es el estancamiento o decrecimiento de la
productividad, pues no permite generar más ingresos y competir en el exterior.
Encima, de acuerdo con el boletín técnico de indicadores TIC 2018 del DANE,
solo el 16,2 % de la población rural tiene acceso a una conexión de internet,
por lo que la ausencia de conectividad eficiente en las zonas rurales continúa
siendo un freno considerable en la incursión digital que mantiene escépticos a
los agricultores y no viabiliza el desarrollo de proyectos de base tecnológica
en el sector. De ahí que sea tan relevante ahondar en estas tecnologías con el
fin de hacer más productiva la labor agrícola y posicionar la región y el país
en altos eslabones de competitividad. Ya se demostró la capacidad del sector en
el comportamiento de las exportaciones del año pasado, pues los productos
agropecuarios, alimentos y bebidas presentaron un crecimiento de 6,9 %, frente
al 2019, mostrando resiliencia y potencial pues el sector no se mantuvo estable
sino que creció a pesar de la crisis sanitaria mundial. Además, de acuerdo con
el Banco Mundial, el crecimiento de la agricultura puede resultar hasta cuatro
veces más eficaz que el de otros sectores para elevar los ingresos de
poblaciones vulnerables, por lo que su desarrollo contribuye a los Objetivos de
Desarrollo Sostenible 1, 2 y 3 y nutre el entramado económico-social del país.
En ese
sentido, Colombia necesita incrementar la productividad de los cultivos
apalancándose en la innovación y tecnología de punta para hacer frente al
desafío de transformación que vive la agricultura global. Es urgente integrar
adelantos genéticos junto con instrumentos de agricultura de precisión y
modelos económicos que respondan a las necesidades de los agricultores y
garanticen la modernización del campo colombiano. Se debe traer el futuro al
sector e impulsar los desarrollos sostenibles para ser competitivos en un mundo
que sin duda está en un camino imparable hacia la digitalización."El
crecimiento de la agricultura puede resultar hasta cuatro veces más eficaz que
el de otros sectores para elevar los ingresos de poblaciones vulnerables"