Un quiebre, una ruptura es la que sufre Miles Heller, el protagonista
de esta novela del escritor Paul Auster. Abandona la Universidad, deja a su
familia, deja todo lo que conocía hasta ese minuto en su vida. Por siente años
recorre ciudades y pueblos de Estados Unidos, trabajando en oficios menores,
haciendo de todo, buscando lo que alguna vez perdió, o nunca tuvo. El
protagonista de esta novela vive como en subterráneo, ocultando su pasado. Su
único cable a tierra, son los libros, y así, los compra, los lee. Y leyendo en
un parque, conoce a Pilar Sánchez, quién lee, frente a él, el mismo libro. Es
así como se inicia una relación que lo vuelve a la vida, pero un hecho
inesperado, lo obliga a dejar Florida y volver a Nueva York y establecerse en
el barrio de SUNSET PARK, en una casa abandonada. Es acá donde se desarrolla la mayor parte del
libro, tanto los personajes como en la historia en sí.
SUNSET PARK es un largo viaje por las vidas de personajes diversos (tradición en
Paul Auster) pero a la vez, un explorar por la ciudad. El autor se ha
especializado en una mirada casi antropológica de los barrios de Nueva York.
Conoce las dinámicas internas, las devela y centra el lente de la cámara en
detalles que otros autores norteamericanos no abordan. Lo podemos ver en La trilogía de Nueva York, El Palacio de la
Luna, Brooklyn Follies y ahora en SUNSET PARK.
Sin duda que Paul Auster logra contarnos una
historia; sin duda que el oficio se nota, que la imaginación y la habilidad
para construir personajes, detallados, complejos impresionan. Y para quienes
conocen a Paul Auster, han leído otros libros, disfrutarán de un buen libro.
Pero, algo falla. Veamos.
El título, SUNSET
PARK, si bien hace referencia al lugar donde se desarrollan gran parte de
los hechos de la novela, no tiene mayor importancia, pues, el libro se divide
en las historias de cada personaje, se centra en la construcción de estos, uno
a uno el autor los presenta, la novela podría haber hecho referencia a la forma
profundidad que esta toma.
Luego, el tono del narrador, en la mitad de la
novela se vuelve monótono, porque deja muy poco espacio a la voz de los
personajes, no son estos los que hablan, es el narrador omnisciente quien lo
hace. Con esto, se pierden los matices e inflexiones en el ritmo de la
historia. Y por último, el final, este es facilista, no termina de resolver las
historias que abre, tampoco las cierra.
Con todo, podemos disfrutar de un libro que
entretiene y no deja de sorprender. Paulo Auster, hace lo que sabe en SUNSET PARK, contar e imaginar
historia.