Conforme una persona va conociendo un tema, el que sea, cuando se va
adentrando en los síntomas para conocer las causas y ubicar los efectos, va
encontrando situaciones que, por inesperadas, no se suponían parte del problema
pero que, ya con conocimiento mayor y más amplio, se pueden inferir como
lógicas. Así se han venido dando los conocimientos respecto al tema de
educación que he encontrado y que, muchos de ellos, antes bien, parecían parte
de la respuesta lógica y no del
problema.
Hoy veo, con gran tristeza, que en el México actual, --- el que apuesta por que tenga más el que
más humille y sobaje las leyes, el que desdeña al estudioso y aparta al
científico--- tratar de superarse en lo
intelectual es un error.
Veo la nota que El Porvenir reproduce de El Universal en la sección Nacional
en la que se refiere a que “Congelan plazas para investigadores” (El Universal, 2011), que indica que han
pasado, los egresados de Conacyt, de 850 nuevos ingresos al Sistema Nacional de
Investigadores en 2000 a 109 en 2007. Obvio, ya no existen datos de 2010.
¿Habrá habido al menos, un nuevo investigador egresado de Conacyt en 2010? Por
México, ojalá sí.
Indica también, la nota de referencia, que cada año egresan cerca de
tres mil nuevos doctores del sistema educativo mexicano, de los cuales
aproximadamente mil ingresan al SIN, es decir, a la investigación o formación
de recursos, cátedra, de alto nivel. Los demás, se dedican a labores
profesionales muy buenas, pero no a preparar a los nuevos mexicanos ni a
investigar las nuevas tecnologías que se requieren.
Claro, a uno siempre se le dijo: prepárate para que puedas optar por
mejores puestos. Y uno, obediente, a estudiar. Que la preparatoria, la carrera
profesional, dos o tres diplomados, maestría, cursos y muchas obras publicadas.
En mi caso, falta el doctorado.
Pero a la hora de solicitar empleo, de catedrático o de investigador, la
respuesta es: De momento no, pues Usted está demasiado calificado y es muy
caro.
O la otra: nuestros alumnos no requieren personal así de preparado pues
no le entienden.
Claro, para ingresar al Sistema Nacional de Investigadores exigen un
posgrado y ser titular de materia en universidad con tiempo completo. Ya tiene
usted un posgrado. Le falta un tiempo completo, que no se lo pueden dar, pues
usted ya tiene muchos estudios y es muy caro. Así que, con todo y sus estudios,
puede usted dedicarse a otra cosa, ya que las universidades no lo contratan por
su alto costo. Y así, volvemos al círculo vicioso del que no podemos salir.
De pronto observo, aterrado, que en México, las leyes que obligan a las
escuelas a preparar recursos humanos de calidad son sólo letra muerta.
Que las escuelas buscan profesores que simulen que llenan el perfil pero
que en realidad no les interesa la preparación. Y obvio, la institución
educativa, generalmente de tipo privado, va en pos de ganancia, no de nivel
educativo. El resultado está a la vista: egresados de Maestría y Doctorado que
apenas son capaces de balbucear su nombre, que no pueden deletrear una palabra
de más de tres sílabas y que aceptan, por su propia preparación, los salarios
que les paguen. Y a veces, las instituciones los presumen como sus mayores
logros, como si de verdad fueran competentes, palabra tan en boga entre lo más
snob de nuestra educación pero que en la práctica, ha demostrado su ineficacia
en México.
Y así tenemos que en nuestro México, la parte que debería ser pilar de
la solución --- la mejor preparación de los académicos, mejores salarios a los
catedráticos, como consecuencia de su mejor preparación y la posibilidad de
ingresar al Sistema Nacional de Investigadores, con todo lo que ello implica,
resulta ser un problema sin solución.
Que en nuestro México, buscar crecer como persona, preparándose cada día
es un estigma que lo deja sin futuro. Que mientras más títulos y diplomas se
obtengan, más difícil es que lo contraten. Es una verdadera tristeza.