El ahorro por si constituye una instancia
relevante dentro de una saludable gestión financiera, permitiéndonos
enfrentar diversas situaciones en el futuro, no obstante, el sólo hecho de realizarlo,
no implica necesariamente que se esté alcanzando el mejor desempeño sobre el
dinero. De ahí, resulta valioso distinguir entre ahorro e inversión.
En fecha reciente el presidente del Banco
Central de Chile, Sr. Mario Marcel, compartió ante la Comisión de Hacienda del
Senado, algunas cifras relacionadas con la forma en que las personas han utilizado
los fondos previsionales que han sido pagados a enero de 2021. En este detalle,
que ha sido publicado en la sección Pulso del Diario La Tercera, se señala que de ese total pagado por
US$34.000 millones, un 62% se destinó a ahorro.
Asimismo, se indica que el instrumento de
ahorro más utilizado es la cuenta vista y corriente que representan un el 36,7%
del total. Le sigue el ahorro tradicional con un 16,7%. Luego, se ubican los productos de ahorro
previsional con 3,7% y el ahorro para la vivienda con un 1,8%.
Al respecto, a veces se suele utilizar de
manera similar los conceptos de ahorro e inversión, sin embargo, es conveniente
comprender que no involucran lo mismo.
Cuando ahorramos, estamos previamente lidiando
entre consumo presente y consumo futuro, implicando que estamos dejando de
consumir ahora para poder consumir en el futuro. Los motivos para ello pueden
ser distintos, desde poder disfrutar en el futuro de un antojo, hasta reunir el
dinero para destinarlo como parte del pie para la adquisición de una vivienda.
Sin embargo, este ejercicio de dejar de
consumir hoy, puede ser tan sencillo como dejar ese dinero en la casa, en un
bolsillo, en una chaqueta, entre las hojas de un libro, una alcancía u otro, y
en lo cual debemos reconocer que corremos el riesgo de que nos roben el dinero,
de que cedamos a nuestras tentaciones utilizando ese dinero, de que ese dinero
quede expuesto al deterioro que implica estar en una economía con trazos de
inflación, así como evitar que el dinero crezca debido a la no exposición a
mecanismos de rentabilidad, como podría ser por ejemplo recibir una tasa de
interés, o bien, quedar afecto a variaciones positivas de ganancias de capital
(variaciones de precio).
Así, cuando pensamos en invertir, en lo
básico estamos pensando en ahorrar, pero junto a ello se busca obtener algo
más, lo cual conforme a lo expresado anteriormente se conoce como rentabilidad
o rendimiento.
De este modo en un proceso acumulamos el
dinero, en tanto en el otro, intentamos que se acreciente, y para lo cual
deberemos elegir entre las distintas opciones de productos que existen
disponibles en nuestro mercado financiero, distinguiendo al mismo tiempo que el
funcionamiento de cada uno, de manera general se ubica entre productos que son
aversos al riesgo, proporcionando una menor rentabilidad, en tanto otros son
riesgosos, lo que otorga la posibilidad de obtener rentabilidades más altas.
¿Dónde poner las fichas? Pues eso dependerá
del perfil de riesgos de cada uno. No obstante, hay algunos consejos básicos de
considerar, los que probablemente se compartirán en otro artículo.
Por ahora, teniendo en mente lo mencionado
en los párrafos anteriores y rescatando parte de lo comentado por el presidente
del Banco Central, nos debe resultar llamativo es que del total pagado en enero
de 2021, se hayan ahorrado US$12.478 millones -haga el ejercicio de convertirlo
a moneda nacional- bajo la figura de cuentas vista y cuentas corrientes.
Lo señalado, no es que sea malo, pues se
cumple la idea del ahorro, sin embargo, no está del todo ideal, pues ambos
productos que se mencionan, en general no se caracterizan por brindar o
proporcionar una rentabilidad, lo cual hace presente desde las finanzas otro
concepto relevante: el hecho de que se está incurriendo en un costo de
oportunidad. Por decirlo de alguna forma sencilla, y a lo mejor algo exagerada,
le hemos facilitado dinero a una entidad, sin obtener nada a cambio, habiendo
tenido la oportunidad de recibir algo, si lo hubiéramos derivado a
otros productos que si proporcionan una rentabilidad.
Ante este escenario, ¿mantendría su dinero
bajo la figura de ahorro mencionada por la autoridad, o bien trataría de
realizar una mejor gestión de su dinero?