Hablamos de
ministros que han faltado al respeto a todo lo que se les ha puesto por
delante, incluida la libertad.
Hay veces que el
silencio tiene una gran ‘sonoridad’ y se ‘escucha’, más por el daño que hace a
los más desfavorecidos y por la cobardía de quien debería romperlo cuanto
antes, que por una sonoridad que lógicamente y en sentido literal no tiene. Ni
la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ni el ministro de la
Seguridad Social, José Luis Escrivá, han salido a dar la cara. Sorprende del
segundo, pero no así de la primera a quien ya le ‘partieron’ la cara en aquel
zarandeo del coche oficial; desde entonces anda con tantos pies de plomo que
estos hunden su ya demostrada ineficacia y desidia ministerial: ¿Recuerdan
cuando pretendió explicar qué era un ERTE y se vio que su capacidad didáctica
era cero patatero?
Es evidente que en
este Gobierno hay una brutal falta de respeto hacia la ciudadanía. Precisamente
la misma falta de respeto que también muestra hacia los funcionarios, a quienes
deberían explicar qué es lo que pasa en el SEPE y por qué ha sucedido. Hablamos de ministros que han faltado al respeto a todo lo
que se les ha puesto por delante, incluida la libertad. Su demostrada
torpeza los ha llevado a no ser capaces de entender que “Si la libertad
significa algo, será sobre todo el derecho a decirle a la gente aquello que no
quiere oír”, en palabras de George Orwell.
Y como siempre es
más valioso tener el respeto que la admiración de las personas (Jean J. Rousseau)
tanto Escrivá como Yolanda Díaz tienen que salir a los medios y contar la
verdad porque su silencio hace días que se ‘escucha’ con tremendo estruendo.
Miles de trabajadores en ERTE y de recién jubilados están necesitados de
respuestas. Sus nóminas no llegan. Hay una sensación muy molesta que debería tranquilizar
el presidente Sánchez: Escrivá y Díaz deben de pensar que el problema no es de
ellos. Pero ya verán cómo, cuando la
cuestión se solucione o la solución se encauce, se lo van a querer comunicar hasta
al lucero del alba.
La gestión en las
oficinas del SEPE está paralizada desde hace casi una semana. Ni subsidios ni
prestaciones de ningún tipo se pueden tramitar. Sufren el problema los más
desfavorecidos. Pasa el tiempo, pero sigue actualizado lo de “A perro flaco
todo son pulgas” o el famoso “Vuelva usted mañana”. La informática ha ‘petao’ y
no se dispone de datos.
Los funcionarios
‘echan humo’ porque no pueden verificar datos. Ahora veremos si no se pierden esos,
o los hace desaparecer el Gobierno, para justificar su nefasta gestión y la imposibilidad
de cobro del IMV por parte de 800.000 familias, dado que se agotó la partida. Miedo
me da lo sucedido porque me huele a vulgar Administración bolivariana, preludio
de la creación de fábricas de pobres y expropiación descontrolada al más vulgar
estilo de Baleares.
Si durante meses
han estado colapsados la Seguridad Social y el SEPE, no quiero pensar la que se
les viene encima a los trabajadores de esos órganos, a los de nuevos subsidios,
a quienes acceden ahora a la jubilación, a quienes esperan sin cobrar por estar
en ERTE… Al menos sabemos que la tramitación de los diferentes subsidios y
prestaciones de desempleo serán de forma automática en su tramitación. Pero… ¿Y
quienes precisen ser dados de alta por fin de contrato o por despido?
Muchas son las
personas afectadas. Algunas empiezan a notarlo en lo sicológico y en lo
familiar. Intolerable silencio ministerial. ¿Entienden ahora esa falta de
respeto a la que aludía al principio? Tenemos
un Gobierno que en el pecado lleva la penitencia con casi 100.000 muertos por
negligencia con el resultado conocido; una economía despedazada; una sociedad
angustiada por la pandemia; miles de ‘vacunajetas’ riéndose del prójimo; la
niñera de nivel 30 convertida en “alta carga” de Igual-Da…