Es una insensatez organizar
manifestaciones el 8-M. Celebrar ahora el
Día Internacional de la Mujer con manifestaciones es una muestra de
irresponsabilidad sin precedentes. ¿Acaso el Día de la Mujer no es todos los
días del año, incluido el Día de San Valentín? ¿Cuándo se celebra el día del
hombre o por qué no se celebra? ¿Nos hemos vuelto locos? ¿O es que las neuronas
sólo han dejado de funcionar en las ‘femilocas’? Tenemos un Ministerio de
“Niñatas y Niñeras” que aún no sabemos para qué sirve; ese ministerio no sabe
escuchar, pero sí decir brutalidades a diario. “Sólo las obras dan fuerza a la
vida”, decía Jean Paul Richter.
El último 8-M fue
denominado como la fiesta de la infección, la irresponsabilidad y la indignidad.
¿Acaso pretendemos este año celebrar la
misma mezquindad? Nadie apoya tal despropósito, salvo insensibles adocenados:
ahí tienen a ‘Chinchenique’, a quien se suman organizaciones ‘femis’ que viven
de la mamandurria parasitaria. Ya decía Miguel de Cervantes que “sobre el
cimiento de la necedad no asienta edificio ningún cuerdo”.
La situación
sanitaria del coronavirus no da para inútiles y ociosas batucadas ni bailes
famélicos ni pijaditas propias del Ministerio de “Niñatas y Niñeras”. Hoy no
podemos caer en provocaciones que causan miles de muertos. Nos resignamos hace
un año, pero no debemos hacerlo ahora. Y si hay que correr a gorrazos, o a
‘yoyas’, al mundo feminista pues se hace y punto. Lo primero es la salud de la
ciudadanía. Y si llegara a autorizarse alguna manifestación de esas --como lo
ha hecho el tarugo e irresponsable delegado del Gobierno de Madrid-- al día
siguiente deberá abrir toda actividad echándose al hombro las restricciones y
prohibiciones.
En España tenemos
el nivel más bajo de políticos, pero el nivel más alto de populistas. Sólo la
Agenda 2030 es capaz de aventar tanta miseria en nombre de Soros y sus
acomplejados seguidores, así como otros ‘muertos vivientes’. Nunca habíamos
llegado a estos niveles de podredumbre humana. Lo peor que puede suceder a un
colectivo es que sus dirigentes sean inútiles, pero trabajadores sin método ni
orden, porque extenderán esa inutilidad hasta niveles insospechados, volviendo
locos a quienes están obligados a obedecer. “Si sólo los políticos y los
científicos fueran un poco más vagos, ¡cuánto más felices seríamos todos!” Eran
palabras de Evelyn Waugh.
Pero volvamos a la
insensatez de las ‘manifas’ reivindicativas. Ni es el momento de hacer
concentraciones ni es el momento de plantearlas. ¡Bastantes muertos lleva a sus
espaldas la despreciable manifestación del 8-M de 2020! Algún día se sabrá qué se escondía, aunque
hoy es sabido que el Gobierno ocultó informes y la advertencia de las resabidas
consecuencias. El Gobierno sólo habla de 74.000, pero los tribunales le han
dado el sopapo en los morros. Cuando abandonen el poder será el momento de
meterlos el dedo en el ojo. “¡El Gobierno esconde más de 30.000 muertos!”. Y
Europa ya ha propuesto una investigación a fondo sobre el abandono de los
ancianos en las residencias. El líder de ‘Hundidas’ Podemos puede verse en una
encrucijada, si antes no acaba en chirona por causas mil. Doy fe.
Hasta Revilla,
todavía presidente de Cantabria, ha sabido dar muestras de sensatez. “Se puede
hacer otro día. Porque no se haga en esa fecha no pasa nada”. Al menos esta vez
ha mostrado equilibrio, sensatez y dignidad. Bendita la gente que así actúa.
Malditos los personajes que anteponen las ideologías siniestras por encima de
la salud de la ciudadanía.
No sólo me
preocupan las féminas irresponsables de los bailes, las batucadas, la
mamandurria y las ayudas que esconden a costa del erario público. También me
preocupan las cofradías, los Ayuntamientos y las Diputaciones que muestran
ansias de celebraciones. Se ha suspendido la Feria de Abril, los Sanfermines,
La Semana Santa del 2020, las Fallas, la ‘Rapa Das Bestas’, San Isidro, la
Feria de Muestras de Valladolid, Moros y cristianos, Semana Grande de Bilbao,
los carnavales, la Feria Grande de Zamora, las ancestrales fiestas de Cuéllar y
Portillo… ¿Y vamos a consentir que las feministas atropellen la realidad y se
salgan con la suya? Ni de coña. ¿Acaso no ven que la cuarta ola está ya en estado
incipiente? No son capaces de asimilar que a quien mata un perro le llaman
“mataperros”. Estas irresponsables del inservible feminismo no saben que la
memoria es la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar. Ni
siquiera reconocen que, como decía Plinio el Joven: “Servid cien veces, negaos
una, y nadie se acordará más que de vuestra negativa”.
Si las ‘femiociosas’
persisten en poner el carro delante de los bueyes, encontrarán la horma de su
zapato, porque su disfraz no las disfraza, sino que las revela. Ya se han
convertido en un despreciable colectivo para la sociedad reformista y de
progreso.
¿En qué creen que
se convertirán si vuelven a dañar de muerte y condenar a la sociedad como en la
edición precedente?
*Ilustración de Linda Galmor. En "Cosas de una bailarina".