¿Cómo puedes conseguir que un leopardo cambie sus manchas?
Regresamos de un curso sobre gestión de reuniones, y estamos llenos de entusiasmo por cambiar la forma en que trabajamos.
Nos proponemos y cumplimos con llegar a las reuniones a tiempo, y, cuando nos toca presidirlas, comenzamos a horario, incluso si todos los invitados aún no están allí.
Sin embargo, después de un par de semanas, está claro que esto no está funcionando realmente.
Las reuniones se prolongan y, aunque nos esforzamos por llegar a tiempo a todas, nuestros colegas no parecen estar haciendo ningún esfuerzo.
Cuando las organizamos nosotros y las personas clave no asisten o llegan tarde, no podemos hacer ningún progreso y nos encontramos perdiendo el tiempo dando vueltas.
Frustrados y desanimados, vamos regresando gradualmente a nuestra antigua forma de hacer las cosas.
Esta es una historia muy común... Demasiado común.
Incluso cuando estamos muy entusiasmado por cambiar nuestros propios hábitos y comportamientos, no siempre es fácil hacerlo y mucho menos alentar a otros a cambiar los suyos, algo aún más difícil.
El tema es que la forma en que las personas se comportan en el trabajo no depende solo de su personalidad y habilidades particulares.
Existen numerosos factores que contribuyen al comportamiento, incluida la estructura, los procesos organizativos, y la cultura empresarial en general.
Julio Escobar, administrador de empresas
buenas noches, buen aporte, lo que se busca es básicamente realizar seguimiento al personal buscando sacar un diagnostico.