.iea.org/reports/world-energy-outlook-2020">baja en
la demanda proyectada de energía y electricidad de cerca del 5 y 2 %,
respectivamente y el redireccionamiento de gran parte de los
presupuestos a atender la emergencia ocasionada por el COVID-19, el 2020
pareció ser un año de importantes logros para el sector renovable.
El 25 de
enero del presente año fue publicado el informe The
European Power Sector in 2020 llevado a cabo por las think tank
Ember y Agora Energiewende. Este informe reúne y analiza el estado de la
transición eléctrica en el viejo continente y evidencia que, por primera vez en
la historia, la generación de electricidad proveniente de fuentes renovables ha
superado a aquella que proviene de fuentes fósiles. Concretamente, el informe
muestra que las fuentes fósiles presentaron un descenso en la generación
eléctrica que las llevó a situarse con el 37 % de la cuota. En cambio, el
comportamiento de las renovables fue positivo al posicionarse con cerca del 38
% de la generación eléctrica europea, presentado un ascenso aproximado de 3.4 %
frente a los valores del 2019, donde su representación fue del 34.6 %. Un hito
que resalta el compromiso y la tendencia hacia matrices generadoras limpias e
incentiva la inversión por parte de empresas y gobiernos en acciones que
aceleren la descarbonización de diversos sectores intensivos en emisiones. Ahora,
hablar de descarbonización ha pasado de ser un tema exótico que despertaba
suspicacias, incertidumbre y cierta desconfianza en un mundo dominado por los
combustibles fósiles para ser el eje central de las agendas de gobierno y un
tópico de foco mundial. De hecho, la inversión global en la transición
energética tuvo un gran año, pues se evidenció un creciente flujo de capital.
Como se indica en el informe Energy
Transitions Investment Trends, publicado por BloombergNEF, la
inversión en transición energética para el año 2019 fue de $458.6 Bn, mientras
que en el año 2020 alcanzó los $501.3 Bn, mostrando un crecimiento aproximado
del 9.31 % y teniendo como líder la generación eléctrica renovable con $303.5
Bn, seguida de la electrificación del transporte con $139 Bn, calefacción
eléctrica con $50.8 Bn e Hidrógeno y CCS con $1.5 Bn y $3 Bn, respectivamente.
Incluso se observa que el comportamiento en bolsa fue favorable al comparar el
índice NEX vs Arca Oil, donde el primero tuvo un alza de 142 % mientras que el
segundo se desplomó un 38 %. Además, el presidente Joe Biden hizo énfasis
en una revolución de energías limpias y justicia ambiental a través de un Plan Climático que
contempla inversiones de $1.7 Tn en un lapso de diez años, buscando asegurar
que EE.UU. tenga una economía cero emisiones netas en 2050. Este es quizá el
plan de gobierno más ambicioso en materia ambiental de la historia
estadounidense y tal parece que su administración actuará rápidamente para
aplicar esas políticas. Una muestra de ello es la
reincorporación de EE.UU. al acuerdo de París, decisión
que pone de nuevo en el mapa de la sostenibilidad al país norteamericano y
vislumbra una recuperación económica verde, baja en carbono, con enormes
beneficios para las empresas y creando miles de puestos de trabajo. Si bien la generación por parte de las renovables ha crecido y continúa
en una dirección ascendente, mayores esfuerzos en materia climática son necesarios.
Según el Global Energy Perspective 2021 de la consultora McKinsey & Company, las emisiones de GEI
necesitan reducirse un 50 % para 2030 con el fin de alinear esta tendencia con
las ambiciones estipuladas en el Artículo
2-a del Acuerdo de París, en el que se busca limitar el
aumento de la temperatura media mundial a 1.5 °C con respecto a los niveles
preindustriales. Por su parte, el escenario Net Zero Emissions by 2050
propuesto por la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en
inglés), sugiere que las acciones para mitigar el aumento de las temperaturas
deben ser dramáticas, situándose en que cerca del
75 % de la generación eléctrica debe ser low-emissions en 2030. Sin
embargo, la verdadera influencia de las
renovables florecerá en 2021 cuando entren en funcionamiento la mayoría de los
proyectos retrasados, mientras tanto, ¿son estos eventos el preludio de
una conversión inevitable? Yo creo que sí y soy optimista frente a lo que
podemos lograr como especie, como sociedad y como individuos. Aún queda mucho
por recorrer e innumerables tecnologías por desarrollar, no obstante, es
innegable que nos acercamos cada vez más a un mundo impulsado por energías
limpias y una economía baja en emisiones. Creo en nuestra capacidad de
transformación y creo que es tiempo de empezar a ser buenos ancestros."Cuando todo cambia, el que cambia casi siempre gana y el que no cambia, siempre pierde"- Marc Vidal