. Lo que era
impensable hace dos décadas, es ahora una realidad, más aun con el desarrollo
vertiginoso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Sin
embargo, este rápido avance y la promesa de una “aldea global”, donde el
intercambio económico, comercial y cultural es posible incluso arrasado con las
“identidades regionales”, requiere de un análisis profundo.
¿Qué
riesgos tiene la globalización? ¿Hasta qué punto la comunicación global es sólo
un espejismo? ¿Cómo lidiar con los temas de las culturas minoritarias, de la
exclusión social y el desarraigo local?
Por
cierto, la pandemia del Covid-19, ahora con la mutación del virus y su
expansión mundial, también demuestra que las “plagas de la humanidad” son
globales.
Otros
problemas de la “aldea global” es la pérdida de autonomía y la identidad
locales, a costa de una acelerada internacionalización de los procesos
económicos y la conversión de la cultura en un producto y un factor de
producción.
La
globalización nos impone el reto de afrontarla y sobrellevarla con inteligencia
y creatividad, sin renegar de nuestra identidad. Nuestros Estados y gobiernos
tienen la obligación de no dejarse avasallar, pero tampoco esconderse en una
“cápsula de cristal”, porque no podemos ser ajenos a lo que pasa en el resto
del mundo:
- La
economía se intensifica a través de bloques comerciales y mercados de bienes y
capitales, así como tratados regionales.
-
Hay una tendencia a la privatización de los servicios de salud y educación, que
antaño eran obligación del “Estado”.
-
Los derechos laborales se relativizan a favor de “contratos privados”.
- La
competencia entre empresas multinacionales favorece a la depredación del medio
ambiente en plena crisis climática global.
- La
justicia social y el bien común tienen que defenderse, a pesar de lo que digan
los “mercados internacionales”.
-
Hay que profundizar en el “multiculturalismo”, es decir el intercambio cultural
respetuoso versus la mundialización cultural occidental, para que no se pierda
la integridad de las culturas o identidades locales.
- Un
aspecto positivo de la globalización es el reforzamiento de una conciencia de
"comunidad humana".
- La
globalización impone estilos de vida donde prima el materialismo, el consumismo
y la búsqueda de placer instantáneo (hedonismo).
-
Crisis del nacionalismo frente al internacionalismo.
La
globalización está apostando por la democracia y el estado de derecho como
formas de gobierno predominantes a nivel mundial. Sin embargo, es preocupante
la aparición de dictaduras regionales y regímenes totalitarios. Un tema para
seguir analizando.
EXPRESO, 11.01.2021