Con
toda seguridad, Hora Zero es el movimiento poético más importante delos
últimos años en el Perú. Su fundador y principal teórico en la década del
setenta es el poeta Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo, 1946 – Virú, 2007), junto
con los poetas Jorge Pimentel y Enrique Verástegui. Hora Zero representa la
ruptura con el pasado, con los viejos moldes de enfocar la literatura, mediante
la teoría y praxis del “poema integral” y por su proyecto estético de
“democratizar”, si cabe el término, la poesía.
Un par de vueltas por la realidad, Juan Ramírez Ruiz (1971), En los extramuros del mundo, de Enrique Verástegui y Kenacort y Valium 10 de Jorge Pimentel
son tres libros fundamentales para abordar no solamente el fenómeno literario
contemporáneo, sino también es representación del nuevo escenario del país, con
la migración, los asentamientos humanos que son los distritos emergentes que
configuran la nueva Lima, entre el virreinato y la cultura chicha, entre las
viejas mansiones solariegas y conventos, hasta el caos de La Parada, el motor
del comercio informal en el Perú.
De
todos aquellos escritores, Juan Ramírez Ruiz ya se ha convertido en un ícono de
la poesía peruana. Llevó su idea del poema integral y sus “palabras urgentes”
hasta las últimas consecuencias, pues su discurso rebelde en el arte también lo
llevó a renunciar a todo tipo de carreras (“incluso las carreras
literarias”, tal y como escribió alguna vez en su manifiesto “Palabras Urgentes
2”), abandonando las comodidades de una vida sedentaria, viviendo los últimos
meses de su vida en las calles, en la indigencia total.
Como
se sabe, JRR publicó tres libros fundamentales para la poesía contemporánea del
Perú y que son –es el juicio unánime de la crítica–, vitales para entender el
proceso literario nacional: Un par de
vueltas por la realidad (1971), Vida
perpetua (1978) y Las armas molidas
(1996), dos de ellos disponibles en Internet (https://tinyurl.com/y9a978pk y https://tinyurl.com/y8bfmpzl).
Continuador
del legado existencial y estético de César Vallejo, con Ramírez Ruiz nos
encontramos ante una verdad contundente: los poetas auténticos, están más allá
de los premios y las medallas, de las ceremonias altisonantes y los homenajes
que halagan la vanidad de los diletantes. Aunque trascendental, el poeta es un
vidente que desnuda el caos social y trata de sensibilizar al ser humano. Como
dijo el filósofo Aristóteles, la poesía es más verdadera que la historia.