La singular planta achocolatada o frijol
de cacao, es una leguminosa de hoja color verde claro, angosta, ovalada y de
textura afiligranada, de grano blanco, negro y grande, de aproximadamente 2 cm
de largo. La simiente viene dentro de una especie de vaina con una proporción
de 40 cm de largo, y nace de un párvulo arbusto que llega a tener una altura de
1.5 metros. Esta leguminosa es un tipo de haba, que por su elevada especialidad
resulta arduo conseguirla en los mercados populares de la periferia.
La
planta achocolatada del género mucuna, es una planta perenne, leguminosa con
grandes semillas o frijoles. El nombre del género principalmente se deriva de
mucuna, una palabra tupí-guaraní para estas típicas especies. Esta es una
planta trepadora, por lo que no se cultiva ampliamente, aunque se cultivaba en
toda Venezuela. Puede ser cosechada fresca, para agregar a sopas o acompañar
ensaladas. Además, una vez la simiente seca puede ser cosechada y cocida como
cualquier otro grano. El grano tostado tiene un codiciado sabor similar al
cacao. En tiempos pasados se consumía principalmente en las zonas rurales. Sin embargo,
históricamente, la utilización y su uso principal era como bebida (se preparada
tostando las habas y moliéndolas). Con este polvo, uno podría hacer una bebida
con sabor a chocolate, pero hoy esta tradición se ha perdido. Su uso como
leguminosa ampliamente cultivada ha sido desplazada y minimizada por otras
variedades más comerciales, con consecuencias negativas para la maximización y recuperación
de la siembra de esta fenomenal planta achocolatada. Como bebida, la tradición
también se ha perdido quizás por razones más diversas y complejas. Hoy en día,
sólo se cultiva en pequeñas cantidades para uso personal. En algunas partes de
la República Bolivariana de Venezuela como en el estado Trujillo el consumo de
planta achocolatada fue desvanecido por el ritmo de vida acelerado, por la emigración
acelerada de campesinos de las zonas rurales a las ciudades más cosmopolitas
del país, además del auge de la explotación petrolera. Todas estas
desavenencias fueron socavando la cultura agrícola y campesina del venezolano y
se tuvo en su momento que perder o hacer a un lado nuestra cultura autóctona
para permitir de una manera abrupta la imposición de una cultura dominante que establecía
en ese momento, patrones de conducta y de consumo, la división social del
trabajo y las relaciones capitalistas de producción.
Desde una perspectiva de maximización de
ganancias, este frijol o planta achocolatada no se considera de alto valor
económico por su usanza y características fenotípicas que dificultan el
tratamiento mecanizado y el procedimiento de la cosecha. Sin embargo, como un
recurso para la economía social y local - la creación de redes de productores y
consumidores conscientes, - es un producto con gran potencial alimenticio. Por
eso es fundamental el rescate, la preservación y la conservación de esta
especie de semilla, para garantizar la siembra y en un futuro contar con
reservas que nos ayuden a seguir sustentando la existencia de esta planta en
nuestras comunidades y patios productivos.