Sugiero que la convención constituyente comience con un gran campeonato de fútbol. Que los equipos se armen aleatoriamente, todos mezclados, sacando número. Serán dos campeonatos: hoy por hoy, las mujeres juegan tanto y más fútbol que los hombres. Los adversarios se transformarán en aliados; los enemigos, en jugadores por una causa común. Luego del evento, seguro sale una buena Constitución. link columna semanal