El presente escrito tiene como propósito
entender las relaciones bilaterales entre México y Brasil, los cuales son los
dos países más importantes en América Latina tanto en materia de actores
internacionales destacados y economías en desarrollo más importantes. Para
poder tener un análisis más completo sobre el caso, se explorará la situación
de ambos países por separado, para continuar con un acercamiento a su interacción
tanto en la política, economía y comercio, para continuar con los aspectos de
la actualidad principalmente enfocados hacia el Covid- 19, para así concluir
con una reflexión hacia su dinámica en cuanto a relación bilateral.
México y Brasil pueden ser
consideradas las dos grandes potencias de América Latina gracias a su gran desempeño
en las relaciones internas y sus economías que proyectan un crecimiento mayor a
comparación de los otros países dentro del continente latinoamericano. Las
relaciones bilaterales que llevan son amistosas, sin embargo, existe esta
notoria competencia entre estos dos, ya que, solo uno puede ser considerado
líder de lo que se podría decir países en desarrollo.
Por un lado, México, con una población
de 125 millones de personas de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 2018). Con una gran
diversidad cultural, extenso terreno, variados recursos naturales y
encontrándose entre las quince economías más grandes del mundo y segunda en América
Latina.
Por
el otro lado Brasil, con una población de 212 millones de personas siendo el país
más poblado en América Latina y uno de los más poblados en el mundo (Pasquali,
2019). Con una gran cantidad de extensión territorial que lo convierte en el país
más grande de Latinoamérica y siendo también la economía más grande del
territorio.
Si
bien las relaciones entre Estados democráticos se dice que no tienden a escalar
en conflictos, en este caso la personalidad de ambos líderes jefes de Estado
tan dispares ideológicos, pondría a prueba dicha máxima. Bolsonaro que pasó más
de 2 décadas como legislador federal y transitó por ocho institutos políticos,
ha dicho que el pueblo lo eligió porque quiere menos Estado y más mercado. En
México, la crítica lopezobradorista al neoliberalismo pareciera que busca lo
contrario confirmando, al menos en su narrativa, un regreso a las políticas que
antecedieron a 1982 cuando la ola tecnocrática invadió los espacios públicos de
México (Calderón, 2019). Aunque los dos países tienen gobiernos con ideales
bastante contradictorios entre sí, se ha llevado la política sin ningún conflicto
de mayor importancia que afecte sus relaciones.
Enfocando un poco más hacia la economía,
mientras México se a dirigido y apoyado más de Estados Unidos como aliado
principal, Brasil se ha dirigido más diverso con China como uno de sus aliados estratégicos
más importantes, ambos países a su vez luchan por la atención de estas dos
potencias, las cuales son las más relevantes en poder y materia comercial.
Mientras que Brasil es el gigante de
Sudamérica en términos económicos y uno de los miembros más importantes del
Foro BRICS1, México extiende su área de influencia solo de manera parcial en
Centroamérica, y su eje de acción se ubica en la región de Norteamérica,
particularmente a través del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN).
Aunque ha aumentado, en años recientes, su relación comercial con Sudamérica,
el comercio con la región es moderado en comparación con el que Brasil tiene
con sus vecinos (Gachuz, 2015).
En el área de inversiones, inauguramos el comité intergubernamental
del Acuerdo de Cooperación y Facilitación de Inversiones, que apoyará la
actuación de las empresas en los dos países. De las empresas brasileñas en
México, y de las empresas mexicanas en Brasil.
Las inversiones mexicanas en Brasil alcanzan la impresionante marca
de 30 mil millones de dólares. Y las empresas brasileñas tienen aquí en México
similar monto de inversiones (Carvalho,
2020).
Los
intentos de acercamiento comercial entre Brasil y México no son nuevos. En 2002
los países firmaron el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) No. 53. El
Acuerdo busca regular la relación comercial México-Brasil; actualmente
contempla alrededor de 800 productos y ha tenido siete rondas de negociaciones
de cara a su actualización. Los dos países decidieron buscar un Acuerdo de esta
naturaleza dado que Brasil, al ser miembro del Mercosur, no puede firmar
tratados comerciales de forma bilateral. Para complementar el ACE 53, México
negoció ese mismo año el ACE No. 55 con los países del Mercosur de entonces
—Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay— con el fin principal de liberalizar el
sector automotriz (El financiero, 2017). Para México y Brasil el sector
automotriz ha sido la partida de una relación constante y de un apoyo
simultáneo entre los dos países. Lo que claramente ha ayudado a su relación.
Ante la amenaza actual del Covid-19
se han visto afectadas las economías en todo el mundo, sin embargo, existen una
gran cantidad de pronósticos afirmando que dentro de estos dos países en
desarrollo esta crisis va a ser más dura de lo que será en otro como los países
europeos, por ejemplo.
Por parte de la política exterior
manejada por los gobiernos actuales, está claro que por el momento el
presidente Bolsonaro ha llevado una clara ventaja a comparación de López
Obrador quien votó por una política interna más fuerte y un menor manejo de su política
exterior.
Algunos datos que podemos destacar
entre estos dos países para entender su relación:
México forma parte de los países con los que Brasil
tiene mayor relación comercial en América Latina.
En 2017, las
exportaciones brasileñas hacia México de carne de pollo crecieron a 94,700
toneladas y las de maíz aumentaron a 583,207 toneladas, según datos del
Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de México.
Para 2018, Brasil espera
que se incremente el comercio con México. Pues el intercambio comercial en
2017 alcanzó los 8,700 mdd y este año alcanzaría los 10,400 mdd.
Brasil se propuso atraer
inversiones mexicanas durante 2018 por 30,000 millones de dólares.
A finales de 2017, los
gobiernos de las dos mayores economías de Latinoamérica revalidaron, hasta
diciembre de 2019, la actual cuota de importaciones fijada en un volumen
que está por encima de las 100,000 toneladas.
Un real brasileño
equivale a 5 pesos mexicanos actualmente.
México pertenece a la
Alianza del Pacífico, G20, FMI, TLCAN, OEA, OCDE y la ONU. En tanto que
Brasil forma parte del G20, FMI, Mercosur, OEA, ONU y UNASUR.
Brasil es el octavo
socio comercial mundial de México y el primero en Latinoamérica.
En 2017, Brasil y México
firmaron un acuerdo de eliminación de aranceles para una proporción
importante de productos automotrices.
El expresidente brasileño, Lula da Silva, reconoció a
través de Twitter que México es un equipo "duro y que parece que
contra los brasileños crece". El exfuncionario está encarcelado desde
el pasado 7 de abril.
(Expansión, 2018).
Pese a algunos desencuentros, México
y Brasil presentan semejanzas respecto de algunas estrategias de política
económica diseñadas para fortalecer sus economías. Ambos países se pueden
definir como Estados Puente vinculantes entre áreas de influencia e impacto
económico y político que abarcan niveles regionales (Gachuz, 2015).
México y Brasil claramente son países
que sobresalen en el contexto latinoamericano, conduciendo como líderes, sin
embargo al ser parte de esta región tanto hay oportunidades cómo mismos
desafíos que enfrentan, por ejemplo la desigualdad y déficit social, a través
de su historia se ha visto cómo han ido enfrentando los retos, pero ¿cómo
llevarán a cabo el levantar al país dentro de esta incertidumbre del Covid-19?
claramente el cómo se maneje en cada país será un motor para conceptualizar su
desarrollo en dirección a las grandes potencias.
Una mayor cooperación entre los dos
países puede traer beneficios económicos y políticos a ambos para lograr una
voz más fuerte y con mayor peso en foros internacionales y superar ese
distanciamiento y “falta de confianza”.
El poder que estos dos países concentrarían
si no hubiera cierta rivalidad de ser notados por la admiración de los países
más desarrollados podría resultaría en un gran impulsor contra los problemas
que estos conllevan, sin embargo, el decir que no buscarán la aprobación de
estos sería básicamente ir en contra de toda su historia de ambos lados, por lo
que se comprende que es una situación difícil, sin embargo, no imposible.
Juan Pablo Calderón Patiño. (2019). Brasil y
México en una encrucijada. Foreign Affairs Latino America. Sitio Web: http://revistafal.com/brasil-y-mexico-una-encrucijada/
Gachuz
Maya Juan Carlos. (2015). La relación política y económica Brasil-México:
encuentros, desencuentros y el nuevo papel de China en la región. Dialnet.
Sitio Web:
file:///C:/Users/Carolina/Downloads/Dialnet-LaRelacionPoliticaYEconomicaBrasilMexico-5365947.pdf