¿Es nuestro bolsillo derecho el resultado de
nuestras decisiones pasadas?
Sabemos que el mundo
atraviesa el peor congelamiento económico como resultado de la pandemia
mundial.
¿Tenemos los latinoamericanos una cultura de ahorro? América
Latina ahorra poco y mal, según determina la nueva publicación elaborada por el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La solución sería potenciar la
educación financiera y crear una cultura basada en mejorar los hábitos de
ahorro de los latinoamericanos.
¿Es el
ahorro un hábito cultivado en nuestro desarrollo? Lo cierto, es que pocas
son los núcleos familiares que abonan a este estilo de vida y a la comprensión
de nuestras prioridades, ingresos, egresos de tal forma que podamos llevar una
vida, económicamente estable, aún con los grandes impactos del sector
financiero.
“América Latina, se enfrenta a un fuerte
problema con el ahorro. Por ejemplo, menos de un 50% de los trabajadores
latinoamericanos contribuyen económicamente para la jubilación, aumentando el
riesgo de un mayor porcentaje de personas mayores en situación de pobreza”,
explicó Tomas Serebrisky, economista principal del BID y coautor del
informe.
¿Se debe incorporar la inteligencia financiera
y el ahorro a la cultura latina?
El
endeudamiento, el crédito y el desconocimiento administrativo nos limita,
convirtiéndonos en subordinados del sector bancario, de trabajos indeseados y
una vida quimera.
Parece que hemos sido habituados a la idea de
ser empleados y no emprendedores, a gastar sin reservas, a vivir preocupados,
en cómo pagar la hipoteca y resistir a fin de mes. Un año
lleno de retos, escasez económica, desempleo, angustia y hambre, en donde tenemos
la obligación de rehabilitarnos como seres humanos.
Es hora de crear una conciencia de inversión y
organizar nuestras financias, habituarnos a reservar para preservar, que la
base en la formación de las nuevas generaciones sea la transformación y
razonamiento financiero.
Un ejemplo de cultura de ahorro es china, la
clave se basa en
la conformación de grupos de ahorro comunitarios
dentro del país, a los que se les conoce con el término ‘huí’. En algunos
casos, las personas destinan hasta cinco años de su vida en ahorrar cada
centavo que ganan. Aunque parezca casi imposible, todos tenemos la
capacidad de establecer metas que nos permita potenciar nuestra economía, y de
esta manera poder solventar nuestras necesidades en momentos de posible
recesión económica.
El camino hacia la riqueza, depende
fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro. Benjamín Franklin.
Serás lo que te propones.
El éxito empieza por la paz mental.
La estabilidad económica comienza por la organización