Parece ser que algunos de mis lectores percibieron un exceso
de optimismo en mi comentario de ayer, quizás fuera así. Afirmaba entre otras
cosas que la izquierda mostraba su temor ante lo que pudiera llegarles,
montando la comisión de investigación contra el PP. Decía que Pedro Sánchez
utilizaba la mentira como principal herramienta para gobernar y que le
resultaría imposible engañar a todos durante mucho tiempo.
Sobre el uso de la mentira y los riesgos que ello conlleva,
no puedo hacer otra cosa que abundar en lo que dije, y ahí están las
oportunísimas declaraciones de la Comisión Europea, que está hasta los pelos de
Pedro Sánchez y sus cuates podemitas, que se ha tomado el trabajo de destapar
el ultimo cuento de Pedro Sánchez. Dicen desde Bruselas que no es cierto lo que
afirmó el narciso socialista cuando sostenía que la ausencia de Presupuestos
comprometería la llegada de los fondos para combatir los daños del Covid-19.
Que la Comisión Europea salga a los medios para desmentir al presidente de un
país miembro de la UE es muy grave y demuestra la mala imagen de la que
disfruta Sánchez en Bruselas.
Cuando hablaba ayer de las bolas que debía mantener el
malabarista Sánchez en el aire y que al menor fallo caerían al suelo, no es que
yo sea profeta, pero hoy en el Congreso de los Diputados se le han caído todas
de manera estruendosa, sus socios de la moción de censura le han dicho que
hasta aquí llegó la riada del catorce y le han echado para atrás la
convalidación del Decreto Ley con el que pretendía expoliar el remanente habido
en las arcas municipales. Ha sido derrotado estrepitosamente, han votado a favor.
los diputados del PSOE, los de UP y el de Teruel Existe, que como no se entera
- porque si Teruel existe, desde luego su diputado no da señales de vida - votó
a favor creyendo que existía un acuerdo. Un asunto grave, conste que en la
historia de nuestra democracia solamente han sido rechazado cuatro Decretos
Ley, dos de los cuales ha presentado Sánchez, que desde hoy ostenta el récord
de la prueba.
Hablaba ayer del nerviosismo en el gobierno a cuenta de los
problemas judiciales de Pablo Iglesias y de su partido. Hoy declaraba Calvente,
el ex abogado de Podemos. Hay que ser muy tonto para pelearte con tu abogado,
dueño de tus secretos y no contento con ello, ponerle una querella que lo
libera del secreto profesional, torpes hasta decir basta. Pues hoy ha hablado
ante el juez de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional, don Manuel García
Castellón. Calvente ha señalado a los instigadores del "montaje"
sobre el supuesto robo del teléfono de Dina Bouselhamm. Por resumir, ha tirado
de la manta y el juez planea ponerle protección. Conviene no olvidar que a esta
investigación, le sigue la que se lleva en el juzgado nº 42 de Madrid sobre la
financiación irregular de Unidas Podemos. Así que si ayer afirmaba que Pablo
Iglesias estaba muy nervioso por sus problemas judiciales, hoy había medios que
titulaban. “Pánico en Podemos”. Por lo tanto en todo caso creo que debiera
excusarme por haberme quedado corto.
Así que estamos ante un gobierno que pierde la convalidación
de un Decreto Ley a manos de sus socios, los que apoyaron a Pedro Sánchez en la
moción de censura y le concedieron la investidura, lo que es malo, porque
parece que lo de la geometría variable esta vez no ha tenido el efecto
taumatúrgico que otras veces ha funcionado, pero es que además el líder del grupo
podemita, socio del gobierno, está liado a base de bien ante los tribunales. No
puedo saber lo que sucederá, pero no puedo por menos que recordar aquello de
“Tengas pleitos y los ganes”
Así que me reitero en mi afirmación Pedro Sánchez y Pablo
Iglesias están muy nerviosos y por eso organizaron la comisión de investigación
del caso Kitchen. El gobierno que ha tenido un estruendoso revolcón en el
Congreso de los Diputados, habrá quien diga y no le faltaría razón, que esas
cosas se olvidan, pero el problema radica en que este gobierno derrotado, cuyo
presidente ha sido desmentido por la Comisión Europea y su vicepresidente está
muy cerca de que lo empapelen, ha demostrado de manera fehaciente que es
incapaz de hacer frente a los rebrotes de la epidemia, al crecimiento
exponencial del paro, a la contracción del consumo, a la caída del PIB…
etcétera. Y todo eso considerado en su conjunto, resulta muy difícil de
sobrellevar.
Además de todo esos desastres, el Consejo de Ministros está
profundamente dividido. ¿Entre socialistas y podemitas? También, pero existen
profundos desencuentros entre los ministros socialistas que insensiblemente
parece que han ido conformando dos grupos.
Para muestra bien vale un botón y ese botón nos lo da la
discusión entre las dos vicepresidentas socialistas del gobierno de Pedro
Sánchez sobre un asunto delicado. Me refiero a las posiciones absolutamente
contrapuestas que mantienen Carmen Calvo y Nadia Calviño sobre la probable
congelación de las pensiones y del sueldo de los funcionarios. Son de la cuota
socialista, vicepresidentas y andan a la greña en un asunto muy delicado que va
a hacer mucho daño a la imagen del gobierno. Dicen desde el gobierno que
"No sería descabellado que se congelara el sueldo de los funcionarios o se
subiera muy poco".
Si hablamos de la división entre podemitas y sanchistas, las
cosas están mucho peor. Se filtra interesadamente que Pedro Sánchez ha decidido
vetar a Pablo Iglesias en las reuniones para la reconstrucción de España.
Calviño no lo quiere en el grupo que prepara el plan que se remitirá a
Bruselas. ¿Motivo? Las continuas filtraciones sobre las medidas de ese plan
llevadas a cabo por Iglesias resultan inaceptables.
Las declaraciones en la SER de Pablo Iglesias sentaron muy
mal en Presidencia, de hecho les faltó tiempo para filtrar el enfado que habían
producido las palabras del podemita, que afirmó haber tenido una bronca muy
dura con Sánchez el cuál se tuvo que excusar.
Calviño se ha apresurado a explicar cuál fue el motivo por el que la
fusión de Caixa Bank y Bankia se le había ocultado al vicepresidente:
"Para evitar filtraciones”, afirmación, que le habrá sentado como una
patada en el hígado al sensible Iglesias.
Parece que se ha abierto la veda del podemita, el ministro
de la Seguridad Social, harto de las salidas de tono de Iglesias, lo ha
ridiculizado por hablar de la calle sin pisarla. Por lo visto Escribá está muy
cansado de soportar que Iglesias vaya mandándole mensajes por los medios de
comunicación, cuando hacer, lo que se dice hacer, hace bien poco.
Me parece que puedo reiterarme en lo que afirmé, hay
nervios, fracturas, malentendidos, problemas de comunicación y además justo
ahora, se demuestra que la geometría variable, a veces no funciona.
Si me pasara a mí, estaría profundamente preocupado. Supongo
que a ellos les pasa lo mismo. Ya han hecho lo que hacen siempre en estos
casos, montarle un tinglado al PP y buscar a los culpables de lo que sucede y
va tan mal. Ellos no pueden ser los responsables, ellos no se equivocan nunca,
son de izquierdas y progresistas, por lo tanto tienen bula.