. Que Dios reparta
suerte para todos y a ustedes les dé mucha paciencia.
Si a finales del mes de julio, en España, el panorama
político, sanitario, económico y laboral; era desolador, hoy en día,
lamentablemente, creo que las cosas están peor.
Estamos en plena crisis sanitaria, la epidemia sigue
presente entre nosotros por mucho que los social comunistas pretendan
ignorarla. Parece que el hecho de que la situación epidemiológica sea muy mala
en algunas regiones y más soportable en otras, les ha permitido ceder la
responsabilidad de su control a las CCAA.
Que la ley diga que la responsabilidad de la lucha contra
las epidemias le corresponde al gobierno, no parece que les preocupe, ni mucho,
ni poco. Huyeron de su responsabilidad en los meses de febrero y marzo y
dejaron que cada comunidad autónoma se las apañara como pudiera. Y solo, cuando
el contagio había alcanzado unos cifras insoportables, montaron aquello de la
“autoridad única”. Pero en cuanto se acabó el Estado de Alarma, que tan jugosos
dividendos les permitió cosechar, políticamente hablando, decidieron que la epidemia
había terminado. Ahora, con la segunda oleada del covid-19 presente en nuestro
país; Sánchez se ha sacado de la manga lo de la cogobernanza y “el estado cuasi
federal” para huir de su responsabilidad.
Están volviendo de sus vacaciones, no tuvieron ningún
problema para disfrutar de ellas. No voy a hablar de las de Pedro Sánchez, más
allá de señalar que han sido una exhibición repugnante, de un tipo que ha
decidido vivir como un sátrapa oriental. Eso sí, siempre y cuando, los paganos
seamos nosotros.
Sánchez, debe hacer frente a un problema muy importante: La
aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, que le preocupa, porque si
no lograra su aprobación, probablemente debiera dar por finiquitada la
legislatura. Tiene muy poco tiempo para ello, antes debería aprobar el techo de
gasto y no parece que eso vaya a suceder pronto.
Antes de que volviera al trabajo, sus socios de gobierno,
los comunistas de Podemos, hablando por boca de portavoces de segunda fila
vetaban la presencia de Ciudadanos en el pacto para los Presupuestos. Decían
con exactitud lo que piensa realmente Podemos y con ello demostraban, una vez
más, la vigencia de la grave enfermedad que sufre nuestra clase política y
también los ciudadanos.
En España no es importante lo que se diga, lo que importa es
quién lo diga. Así que la izquierda política y también la social, han decidido
al alimón, que nada que venga de la derecha puede ser bueno. Por eso, las no
expresadas propuestas de Ciudadanos se podían vetar sin problema alguno.
De las del PP, no les digo nada, porque todos sabemos que
Sánchez le pone todos los días una vela a los santos laicos del socialismo
español, para que Casado diga, que no está de acuerdo con sus planteamientos.
Pero estaba claro que lo de vetar a los naranjitos, antes de
que siquiera hubieran abierto la boca, era una torpeza política tan evidente,
que Pablo Iglesias se ha visto obligado a salir de su retiro para mantener una
reunión con Pedro Sánchez para hablar de los presupuestos. Seguramente le habrá
visto las orejas al lobo, lo de volver a la actividad, tras haber permanecido
totalmente oculto a la opinión pública, acuciado por los problemas judiciales
que le persiguen a él y a su partido, evidencia la importancia del problema que
debe afrontar.
Así que, a la fuerza ahorcan, vuelve Pablo Iglesias al
primer plano de la actualidad política para proponer que las dos fuerzas
presentes en el gobierno lleguen a un acuerdo, que será el marco ofrecido al
resto de partidos para pactar los Presupuestos. Me preguntaba en el título si
Podemos podría ponerse flamenco con el PSOE. Parece ser que no, con la amenaza
de que la Fiscalía General del Estado les apriete, no pueden poner en un brete
a Sánchez, al menos en lo del veto, que parece ha pasado oficialmente al
olvido.
El apoyo de los centristas, o lo que sean ahora mismo tras
las vacaciones - que ya se sabe cómo se las gastan los naranjitos con los
cambios ideológicos - resulta muy importante para Pedro Sánchez de cara a
Europa. En la UE están muy preocupados con la presencia comunista en el
gobierno de España, y Sánchez tiene puesta su esperanza en los chicos de
Arrimadas, por aquello de poder presumir que los liberales, o lo que les toque
ser ahora, apoyan su política.
El problema para Cs radica en que ese apoyo, muy
probablemente, tenga que darse gratis et amore. Por mucho, que en Cs pretendan
que les sirva para hacerse con el gobierno de Madrid, con el apoyo del PSOE,
naturalmente. La situación de Arrimadas, le obliga a estar presente en
cualquier amaño que se cocine. Debe estar en primera fila, por ver de conseguir
algo de protagonismo electoral.
Es por lo que me temo que asistiremos a una timba muy
celebrada y ensalzada por la opinión publicada, en la que tres tahúres
profesionales, PSOE, UP y Cs, puestos de acuerdo, desplumarán al cuarto
jugador, que desgraciadamente será el pueblo español, que va a ver, indefenso,
como se lo comen con papas esos sinvergüenzas.
¿Y el PP?, pues el PP ya ha dicho lo que le cabe decir.
Nadie en su sano juicio, puede pensar, y mucho menos exigir que el Partido
Popular apoye unos presupuestos de Podemos. Ahora tendrá que soportar el ataque
por su derecha, acusándole de cobarde, socialdemócrata y lo que sea que se les
ocurra a los de esa moción de censura, que planea por el espacio sideral.
Así que, no puedo decir que las cosas vayan mejor que cuando
lo dejamos en julio. Modestamente opino, que esto no ha hecho más que empeorar
en cualquiera de los ámbitos, político, sanitario, laboral, o económico, que
nos preocupan.
Ahí tienen ustedes la promesa sanchista al PNV de apoyar al
“Estatuto de la Nación Vasca” que nos anticipa la nauseabunda liquidación por
finalización de existencias, en la que se va a convertir la aplicación de la
geometría variable sanchista, en la búsqueda de apoyos para esos presupuestos.
De mal en peor y, como no podía ser de otra manera,
gobernando el PSOE: Marcha atrás y sin frenos.
Más vale que nos preparemos para lo peor.