Este lunes 10 Agosto, la
policía de Hong Kong arrestó a Jimmy Lai, fundador del popular tabloide Apple Daily, acusado de coludir con un país
extranjero. El día posterior a su
arresto el señor Lai fue liberado, y mantuvo una sólida posición a favor de la
democracia en Hong Kong. De hecho, hizo un llamado a “continuar luchando”,
prometiendo así avivar las protestas en contra de Beijing. Este hecho
representa la expansión agresiva y coercitiva del gobierno Comunista Chino
sobre una sociedad que ha buscado mantener su autonomía y libertad a lo largo
de estos últimos años.Sin embargo, no sólo Hong
Kong es parte de este fenómeno geopolítico Chino. India ha atravesado un
particular cruce violento en una de sus fronteras del Himalaya con el ejército
del grande asiático. Recordemos que Pakistán también mantiene una frontera que
limita con estos dos países antes mencionados. Hace unas cuantas semanas se
presentó una pequeña disputa, exactamente en Galwan Valley, entre Kashmir y
Aksai Chin, dos provincias pertenecientes a Pakistán y Chinarespectivamente.En este sentido, el Ejército Indio reportó que al menos 20 solados
fallecieron en el nuevo conflicto mientras que China no reportó ninguna baja
hasta el martes 11. Estas muertes representan las primeras bajas desde hace más
de cuatro décadas de enemistad entre los dos gigantes asiáticos.
Por otro lado, es
necesario recordar desde cuándo se inicia el gran crecimiento económico chino.
Este fue impulsado por el expresidente de los Estados Unidos Richard Nixon en
1972, alrededor de 7 meses después de que su secretario de Estado, Henry Kissinger
hubiera visitado Pekín secretamente. En ese momento, China vivía una de sus
peores hambrunas producto de su fracaso en el manejo económico y social. Dicho
acercamiento significó un paso importante para formalmente normalizar las
relaciones entre EEUU y la República Popular China en plena guerra fría. De ese
modo, el encuentro de Nixon con el entonces gobernante chino Mao Zedong, sentó
las bases para la expansión de los mercados en el mundo globalizado tal y como
lo conocemos actualmente.
Henry Kissinger, en su libro On China sostiene:
“El aspecto destacable de la relación sino-americana fue que los aliados
intentaron coordinar sus acciones sin establecer una obligación formal. Mao establecería contacto con los Estados
Unidos, pero sin admitir que la fuerza de China no fuera adecuada para
cualquier desafío a afrontar. Ni tampoco aceptaría una obligación abstracta
para ofrecer ayuda más allá de los requerimientos de interés nacional, como se
hubiesen dado en cualquier otro momento. […] Fue una cuasi-alianza, que creció del
entendimiento producto de las conversaciones con Mao. […] De allí en adelante,
Beijing no intentó obstruir o verificar la proyección del poderío de América
–como sí lo hacía antes de la visita del presidente Nixon. […] De hecho, a lo
largo de los 70, Beijing estuvo más a favor de una fuerte actuación de los
Estados Unidos contra los desarrollos del Soviet que la mayor parte del público
norteamericano o el congreso”.
Cabe destacar que toda esta visión que tuvo Nixon
para incorporar a China al desarrollo económico en el concierto de las naciones
del mundo, fue dada por las divergencias de China con la URSS. Esta fue la idea
que el presidente americano tuvo para agudizar las contradicciones y así aprovechar
la relación con el gigante asiático para que se diese un proceso de
democratización política. Asimismo, estaba interesado en ver a largo plazo una
China amistosa que terminase siendo el mejor aliado de occidente en Asia. Sus
intenciones eran buenas y sus motivaciones ambiciosas; pero las cosas cambiaron
para mal. Esta estrategia geopolítica dio inicio a la China que conocemos hoy
día, un Estado depredador y violento que intenta hacerse con el mundo entero.
Si no fuese por las potencias occidentales de hoy día que contrarrestan la
actuación de la República Popular China, es muy probable que gran parte de
nuestro planeta tierra estuviese teñido de rojo.
Por
todo ello y más, es imperativo que Estados Unidos cambie su relación político-económica
con China considerando que este último no ha cumplido con el cambio esperado.
Muy por el contrario, el gobierno comunista ha aumentado su hegemonía y tiranía
tanto con el pueblo chino, como también en los territorios donde se ha
expandido y en los países en todo el mundo donde tiene influencia. De manera
que, USA junto con las otras naciones poderosas del mundo debe frenar el
expansionismo peligroso chino para que este se vea obligado a reformar su
régimen político tal como fue acordado al inicio.