Creo que para nadie son agradables las termitas y mucho menos si las sufre.
Son capaces de dañar el suelo y la madera, incluso de generar alergia con sus
heces y saliva. Créanme que, conociendo su efecto, cada vez tengo más claro que
tenemos un Gobierno lleno de ministros, ministras, vicepresidentes y
vicepresidentas que actúan cual termitas, por lo que son sumamente dañinos y dañinas.
A las pruebas me remito. Y si a ese conjunto añadimos a nuestro presidente, que
regresa de Europa con un rescate en toda regla y le hacen video-homenaje,
entonces no tengo dudas sobre qué modelo de Gobierno tenemos. Dejo que ustedes
pongan el calificativo que estimen conveniente y procedente.
Cada termita actúa permanentemente, como cada
ministro y ministra lo hacen a su aire. Cada uno ha tenido su minuto o minutos
de “gloria” aunque tal vez debería decir momento de despendolamiento. Echen la
vista atrás y verán “historias para no dormir” o para soliviantarse. Pueden recorrer
ministerio por ministerio y en todos encontrarán fuegos de artificio como
muestra de que este tipo de Gobierno no nos sirve para afrontar una crisis de
calado porque carece de preparación y de transparencia. Ahí tienen los
comentarios de los primeros ministros europeos, durante la Cumbre reciente, poniendo
“en duda la preparación del presidente español para este tipo de urgencias y
negociaciones”.
Recuerden a Marlaska hablando del asesinato y “violencia
de género” acaecido en Valladolid, cuando la mujer había intentado suicidarse,
sin más; eso formaba parte de los bulos a los que tan acostumbrados nos tenía y
lo hacía en pleno confinamiento para distraer la atención de la incompetente e
ineficaz gestión del “desgobierno” del dúo frentepopulista y bichavista. No nos
extenderemos con el “Marquesado” de Galapagar, capaz de acumular escándalo tras
escándalo, negligencia tras negligencia e insensateces varias, incluso el mismo
día. Veremos si la “marquesa” sigue regresando “sola y borracha” y si el “marqués”,
ya reclamado para declarar en Bolivia, no acaba siendo llamado por el fiscal
General de USA, con lo que se daría por finalizada su carrera “artística”.
Podríamos seguir por otras “termitas” que siguen
destrozando la credibilidad del Gobierno y el alto grado de bienestar social
alcanzado. Recuerden a la “indigente intelectual” y vicepresidenta primera, Carmen
Calvo, con su profundidad dialéctica y de pensamiento muy parecido al de la
fiscal general del ya “establo” español y desconocido Estado. Sigan por la
señora ministra de “Desempleo” que en cinco meses ha subido el paro en algo más
de un millón de parados y sigue estudiando cómo explicar lo que es un ERTE.
No olviden al comunista, Alberto Garzón, capaz de
demostrar que había bajado el consumo de droga y el juego en las salas estando la
población confinada. Mejor no analizar “termita”
por “termita” porque se nos acaba el espacio del artículo y hay que entregarlo
por partes. Echen de comer aparte a la señora presidenta del Congreso de los ‘Dietados’.
¡Ah, no olviden a la ministra de Exteriores por su ridículo sobre Gibraltar y
su absurda reunión con Picardo: “Pichardo” para sus empleados!
Hasta en la segunda fila, y entre los expertos se
llega a ese nivel, por lo que cualquiera podría pasar a ministro. Sírvanos de
ejemplo otra “termita”, el doctor Fernando Simón, que, dicho sea de paso, NO es
doctor. No conforme con los memes de su viaje a Portugal para surfear, y su
ausencia de mascarilla, se echa al ruedo sin trastos de matar ni trastear. “Que
exijan una cuarentena nos favorece. Es un riesgo que nos quitan”, decía
refiriéndose a Bélgica y a Reino Unido. El experto en no sé qué, Simón, ha
destrozado las esperanza del turismo, la temporada del mismo, a cientos de
hoteles, hoteleros, empresarios en general y trabajadores.
¡Valiente
mentecato, como si no hubiese hecho suficiente daño desde que empezó con sus
apariciones televisivas! Muchos empezaron creyendo en él por aquello de “una
simple gripe” y han acabado jurando en Arameo porque les ha mandado al paro. A
ver cómo justifica que los operadores turísticos hayan cancelado todos los
vuelos hacia España, incluidas las tierras insulares. Por cierto, el
presidente, Pedro Sánchez, ha vuelto a fracasar
en su afán de intentar negociar con el Reino Unido. Espero que ahora
también le hagan un video para las televisiones.
¡Vaya con Fernandito! Se lo ha puesto a los
primeros ministros europeos como se las ponían a Fernando VII. Tras “ayudar”
durante este tiempo a Pedro Sánchez, al final le ha ahogado por echarle la mano
al cuello. El director del Centro de Coordinación de
Alertas y Emergencias Sanitarias ha demostrado que no sabe si mata, hiere o
espanta. Todos los esfuerzos que ha hecho la población, con sus sacrificios
añadidos, se los ha cargado Simón por “bocachanclas”.
¡Si la incompetencia volara, no nos daría el sol!
Tras la recomendación del Ejecutivo de Bélgica de evitar España en lo
posible, Fernando Simón volvió a actuar de termita: "Yo agradezco que los belgas decidan no recomendar venir a España,
es un problema que nos quitan. Menos riesgo de importación de casos".
Lo que él estaba reconociendo, no dejaba de mostrar otro fracaso del Gobierno
español: la permanente lucha de lo sanitario frente a lo económico y el triunfo
de esto último. No sé si el epidemiólogo pedirá perdón, pero no estaría de más
que Sánchez le diera un capón y él presentara la dimisión.