“Veo con dolor la pobreza
de muchos, en contraste con la opulencia de algunos”. Juan Pablo II
Motivo de cumbres internacionales, lema de campaña de políticos, objetivo
de acuerdos y convenios mundiales, la pobreza es siempre tema presente en
discusiones, análisis, programas gubernamentales, propuestas
electorales y medios de comunicación. Sin embargo, la
pobreza dista mucho de pasar a ser historia y la realidad cotidiana
nos muestra estadísticas que apuntan a una cada vez más creciente cantidad
de personas que viven en extrema pobreza en el mundo. Sigue siendo
la gran asignatura pendiente de la humanidad.
El pasado 17 de octubre se conmemoró el Día Mundial
para la Erradicación de la Pobreza, teniendo como lema : “De la pobreza a la
sostenibilidad: las personas en el centro del desarrollo inclusivo” y que tiene
como objetivo reflexionar, concientizar, sensibilizar y
actuar sobre las necesidades para erradicar la pobreza en el mundo. Entre
las metas de Desarrollo del Milenio de la ONU para el 2015 está disminuir la
pobreza y la indigencia a la mitad de las cifras actuales.
Hoy en día más de mil millones de personas viven en
estado de pobreza extrema en el mundo, de esta cantidad el 70 por ciento son
mujeres. Más de 100 mil personas mueren diariamente de hambre en el
planeta, concentrándose el grosor de las estadísticas en los países de África
subsahariana. En México, el número de pobres va en aumento y los últimos datos
del INEGI arrojan la cantidad de 56 millones de personas, lo que representa el
46.2 % de la población total. Guanajuato está en los primeros lugares.
La pobreza está considerada una violación a los
derechos humanos, dado que la satisfacción de las necesidades básicas como la
alimentación, la salud, vivienda y seguridad son aspectos
contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como en
nuestra Carta Magna.
Amartya Sen, premio nobel de economía señala que
la pobreza no es únicamente la carencia de condiciones de unan vida digna (resultado), sino
que es “la imposibilidad en la población de obtener un mínimo
alcanzable de realización vital por no tener la posibilidad y los derechos
básicos para hacerlo” (causa). “Las hambrunas –señala- no son fruto
de la falta de alimentos, sino de la desigualdad y la injusticia que existen en
las sociedades.”. La erradicación de este mal implica la presencia de justicia
social, paz, democracia y conciencia solidaria, amor y libertad.
Aunada a la falta de condiciones de una vida digna,
los pobres enfrentan otros problemas, como el calentamiento global (causado por
el alto consumo de energía de los países ricos), degradación del
medio ambiente que conlleva a la falta de agua potable y enfermedades,
incremento en el precio de los alimentos, falta de protección
social, desempleo, apatía e inercia a nivel liderazgo de los gobiernos para
hacer frente al problema. Pero sobre todo a nuestra indiferencia para
implementar acciones en lo corto, a nuestro alcance y en nuestros
ámbitos.
Ser pobre implica marginación, discriminación,
exclusión, migración, desigualdad. El mapa de la pobreza se amplía y los
cinturones de marginación tanto urbanos como rurales crecen. Los retos y
desafíos son muchos, desde la toma de conciencia hasta la implementación de
acciones concretas que incluyan programas y presupuestos que permeen en las
condiciones de vida de los cientos de miles de pobres en el mundo, en su salud,
nutrición, vivienda, agua potable y seguridad social. Justicia
social, ética para el desarrollo, sostenibilidad, democracia, solidaridad,
equidad y paz son condiciones necesarias en nuestras sociedades para terminar
con la pobreza.
José Guillermo Castillo Castillo, Derecho
Muy bien Cecilia; la pregunta es: ¿que mas falta para probar que los sistemas económicos implementados por centurias han fracasado? y que los defensores de este sistema se den cuenta que es hora de buscar alternativas? no importa como se llamen, pero no podemos seguir siendo indoentes.