El
Gobierno español carece de un plan de gasto,
inversión y reconstrucción. Lo mejor que ha hecho Sánchez ha sido
callarse porque nada tenía que decir
La Unión Europea no se fía del actual Gobierno español.
Precisamente, durante la reciente negociación para repartir fondos de
reconstrucción tras la covid-19, en la UE han advertido los estereotipos que ya
se conocían. Han comprobado cómo la cigarra seguía dormitando y la hormiga
trabajando, como en la adaptación de la fábula de Jean de La Fontaine. Eso a
simple vista, porque si acudimos a la fiscalidad diferencial se acrecienta la desigualdad.
No quiero imaginar si eso se compara en un país como España donde,
sin salir del territorio patrio y sólo con mirar hacia País Vasco y Navarra,
comprobamos que tenemos otra asignatura pendiente mucho más grave: la
armonización fiscal; esa diferencia es indefendible en Europa, por eso chirría
el dinero que le asignan (a Pedro Sánchez no le han permitido negociar nada) a
España y en la Unión Europea nos miran de reojo con una alta carga de
desconfianza, sobre todo los llamados países “frugales”.
De esto último tenemos un
ejemplo claro en el comentario de un tuitero: “Imagínense ustedes que prestan dinero a un amigo porque lo necesita
hasta para comer y, cuando menos esperan, se enteran de que se lo gasta en
furcias, burdeles, alcohol y coca”. ¿Entienden ustedes ahora a los países
del Benelux, Alemania, Francia, Dinamarca, Austria, Finlandia… ¡Señores, si
hasta Portugal desconfía del Gobierno ‘bichavista’
español!
Esta vez España no ha salido muy mal parada porque otros han
defendido sus intereses. Carecía de plan de gasto e inversión. Lo mejor que ha
hecho Sánchez ha sido callarse porque nada tenía que decir. Al final, como dice
un buen amigo francés, reportero financiero, el silencio es la mejor arma
cuando supones que no te van a escuchar: “Otros
países han defendido los intereses de España, pero subordinados a lo que a
ellos interesaba”. Hasta Italia ha presentado un exhaustivo plan de gasto,
inversión, fiscalidad y reconstrucción, llevándose 37.000 millones más que
España.
Cerca de 73.000 millones llegarán a España a fondo perdido, de los
140.000 millones que recibirá para acometer reformas. ¡Pobres funcionarios,
pensionistas, autónomos y trabajadores dependientes, ya se pueden atar bien los
machos cual maestros del toreo a pie! Y
dónde está el fracaso de Pedro Sánchez, me
preguntaba ayer un medio.
Ese fracaso está en estos dos razonamientos: el primero, es que no
han dejado meter baza a Pedro Sánchez y le han achacado su ineficacia en la
gestión de la crisis sanitaria y, el segundo, está en que el presidente
presumía --hace un par de semanas.-- de
que iba a conseguir un billón y medio en fondos sin condiciones y ha regresado
con un programa de rescate en toda regla; es decir, casi un tercio de su alocado sueño.
Y así, fracasado y acosado, cambiando el destrozo por éxito, le
han recibido sus palmeros en la puerta del Consejo de Ministros haciéndole el
pasillo de la vergüenza. Sin duda, nos ha perjudicado seriamente tener al
comunismo metido en la sacristía y eso para la Unión Europea…
… Sí, eso la Unión Europea no lo perdona aunque los votantes
comunistas se lo perdonan todo a sus líderes: si hay caja B, si hay estafas, si
viven de las mentiras, si se hacen casta, si se mezclan en terrorismo,
narcotráfico, asesinatos… Todo lo justifican por la necesidad de la revolución
y porque el comunismo –dicen-- es más que una religión: “Es una unidad de
destino en lo universal”. ¡Tela marinera, casi como el concepto de España para
la Falange Auténtica!