El mes de enero del año 2020 tuvo
cabida una nueva publicación de la renombrada encuesta CEP (Centro de estudios
públicos) frente a la opinión pública esta encuesta expresa fielmente los
resultados expuestos y obtenidos. Respecto del estallido social los resultados
de la encuesta CEP muestran o validan con datos e información relevante de
aquél proceso social del año 2019. Pues bien, dicho anteriormente la encuesta
se encuentra altamente validada por la sociedad chilena en general esto por su
metodología y manera de recoger los datos cara a cara con el encuestado pero sobre todo el
tiempo y la relevancia que reviste el sondeo.
Un aspecto importante para analizar es
lo siguiente: Los medios de comunicación en Chile, a partir de los resultados,
y ésta es mi percepción, hicieron oficial o validaron lo que los ciudadanos
expresaron en las calles y en las diversas
manifestaciones durante el estallido (dejar de lo el tema de los saqueos, solo
remitirse al ámbito ciudadano, ya que se puede realizar análisis sociológico de
los saqueos y se puede comentar y argumentar largamente).
En esta columna no realizo una crítica
a la encuesta CEP, sino que a la opinión pública y en particular a los medios
de comunicación. El proceso de situación social desde octubre de 2019 no se
visibiliza y dimensiona hasta que lo formaliza una encuesta (dicha ya su
validación social). Lo cual es complejo, los procesos acontecidos fueron contundentes,
pero se acredita con los resultados de una encuesta (expreso que esto es mi
percepción respecto de la actuación de los medios) en enero cuando estaba a la
vista todo.
Y el poco crédito ciudadano hacia clase política en general (esto
sucede en Chile y Latinoamérica así como en otras partes del mundo) la calle ya
lo había dicho. Las personas expresaron en términos político-ciudadano su
descontento con el modelo chileno. Lo expresaron en las distintas marchas
pacíficas dejando de lado, como comenté antes el tema de los saqueos.
De alguna manera, gracias a la
encuesta CEP, los resultados son categóricos y suficientes para remarcar a
nuestra sociedad y a también los medios de comunicación lo sucedido en octubre
de 2019. En lo referente a la evaluación de los políticos y el gobierno los
resultados son complejos, preocupantes y también de alguna u otra forma
esperables. El Presidente de la República presentaba un 6% de aprobación de su
mandato (en enero de 2020), lo cual dicen los analistas que puede ser un número
que se presenta cuando hay crisis de la magnitud del estallido, pero muestra el
descontento general de la sociedad.
El gobierno presenta una ideología
neoliberal, en la cual la competencia y la libertad económica son pilares
esenciales. Y desde éste pensamiento se han tomado las decisiones de gobierno.
Lo cual hace que sea este un Gobierno inflexible y que no ayuda a generar los
cambios y transformaciones de nuestra sociedad chilena. Es importante decir que
el 6% es real, desde la óptica de los medios. Por otra parte, otras personas
dedicadas a la política presentaban un 37% de aprobación, que reflejaba el
mejor evaluado del mundo político chileno. Hoy los números han cambiado, existe
un alza por ejemplo en la aprobación del mandato del presidente.
Pero aunque
los números cambien, existen múltiples situaciones que deben cambiar. El
aspecto problemático es que la aprobación a los políticos es baja, y la
pregunta es: tomarán esto la clase política como una oportunidad, o seguirán
actuando como lo han hecho regularmente para seguir obteniendo bajos
porcentajes de aprobación?
Es decir que la encuesta muestra, lo
que hace algunos años se viene evidenciando: una clase política mal evaluada,
dado esto por su actuar. Actuar que la ciudadanía ya no tolera y de esta manera expresó su descontento. Y
además la clase política se sorprendió con el estallido, pero el malestar es ya
en 2020 generalizado.
El tema que se trata aquí
problematizar es que hoy ya no cabe duda que la clase política Chilena está en
crisis ya que desde el análisis de la ciudadanía y canales de información
oficial como lo es la encuesta CEP, el diagnóstico está elaborado, construido y
terminado. Desde los números y porcentajes se formaliza una problemática:
“falta de representación, baja participación en elecciones y devaluación de los
políticos, conglomerados, gobierno, congresistas (Diputados y Senadores).
Lo que existe hoy es una baja
evaluación. Las causas son diversas y pueden ser abordados en alguna próxima
columna de opinión. El hecho a resaltar aquí es que la crisis es profunda y no
sólo de la clase política, sino que de las instituciones (y sabemos la
importancia y relevancia que está presente incluso en el inconsciente colectivo
de cada chileno) La crisis social, en sus bases, y expresado por la ciudadanía
busca mayor equidad en educación, salud y distribución. Y este es el gran
reclamo, queja y anhelo. Mayores garantías, mayor eficiencia y mayor dignidad.
Para avanzar se deben dejar de lado las ideologías, o lo que es mucho mejor
transparentarlas ¿Será posible que existan acuerdos transversales y de Estado?
Este es el momento de definiciones, pero quiénes tienen en sus manos decisiones
importantes realizan acuerdos que se sabe tendrán poco tiempo de duración.
Lo complejo, como plantea Manuel
Antonio Garretón en el libro Proceso político Chileno, los partidos políticos
nunca en su historia representaron realmente las demandas de la sociedad,
sindicatos, etc. ¿Por qué sería hoy distinto? El camino será por tanto, la
incorporación de movimientos sociales.
El tema es amplio. Es el momento de
decidir. La encuesta CEP habló y mostró resultados categóricos para la clase
política. Y se culminó un subproceso de este gran proceso llamado estallido
social.
Hoy estamos en julio de 2020,la
situación social y económica se ha visto erosionada por la pandemia del Covid
19 o coronavirus. La pregunta que se debe generar es que si después de la
crisis sanitaria ¡se volverá a retomar por ejemplo el proceso de plebiscito
para una nueva Constitución? ¿Establecerán distintas estrategias los Políticos
para legislar para los intereses ciudadanos? Hoy el panorama se muestra un poco
incierto.