La pandemia del coronavirus ha introducido nuevamente el concepto de control social, mediante intrincados sistemas de vigilancia, siempre con el objetivo de buscar el bienestar de los demás. En la búsqueda de una vacuna a mediano plazo, los gobiernos viven el día a día entre cuarentenas, toques de queda y confinamiento domiciliario. También el Estado decide qué empresas pueden operar, siempre bajo reglamentos y sistemas, que a la vez implican procedimientos burocráticos.