. Se graduó en literatura japonesa en la universidad Otsuma Joshi de Tokio, pero volvió a su ciudad natal para trabajar en una agencia de publicidad. Decidió dejar su empleo y dedicarse a la escritura y un año después con su relato Cómo me até a mí misma ganó la VII edición del premio de Literatura R-18 de literatura erótica de mujeres para mujeres. Dicho relato se convirtió en la pieza central de un volumen de relatos eróticos y en 2013 fue llevado a la gran pantalla. Otros títulos de esta autora: Estrellas y distancias (2012), El licor de chocolate a temperatura humana, colección de relatos, y Domiciliar el amor (2013).
Como siempre alabar la traducción de este texto, salvo algunos laísmos, pero escasos, el trabajo ha sido excelente.
La autora nos va narrando la vida anodina de una mujer joven, treintañera, que en su vida no pasa nada, pero que nos va describiendo las tradiciones de su país, tan diferentes a las occidentales, con los trabajos que se le van presentando. Sobre todo destaca que muchas mujeres no están de acuerdo con su cuerpo y por este motivo, sin que lo sepan, llevan una vida sin altibajos.Pone de manifiesto lo importante que es ayudar a alguien para que se encuentre “bien” psicológicamente hablando, aunque no sea lo que tú, en determinados momentos, quieras hacer. La persona que recibe la ayuda se siente agradecida y al mismo tiempo quien realiza la acción, en el fondo, aunque no lo crea, también se siente en paz.En los diferentes capítulos, que no son muchos, nos presenta diversas situaciones de diferentes mujeres, cada una con su idiosincrasia, pero todas acabarán igual, haciendo que valoren una parte de su cuerpo, para que ellas se encuentres “estupendas”.Siempre ofrecerá ayuda a mujeres pero también se encontrará, por su trabajo, a un hombre que le gusta vestirse de mujer, hecho que ella aprovechará para su beneficio laboral, dejando de manifiesto que pueden haber secretos inconfesables de otras personas que tengas que utilizar como moneda de cambio.En definitiva es una pequeña comedia romántica que Satsuko, la protagonista, nos hará “viajar” por diferentes situaciones en las que nos daremos cuenta que todas versan en lo mismo, “no me gusto”, “no me siento bien con este cuerpo”.Con este libro, Asako, nos sitúa en su primer trabajo como ejecutiva de proyectos de una agencia de publicidad, no lleva una vida satisfactoria, pero un día sale de su casa con prisas y se da cuenta que no se ha puesto el sujetador, a partir de este simple hecho Satsuko hará de la tienda de lencería y su dependiente el motor de vida, de su trabajo y la solución a muchos de sus problemas. Si entendemos con esta lectura que lo más cerca de los pechos de una mujer, o de un hombre, es el corazón, entenderemos que, lo que ella hace, lo hace de corazón.