. No se permite la
menor disensión, el que se sale de la ortodoxia progresista, el que no acepta
la verdad que ha construido la izquierda, queda marcado para siempre.
Es un método que forma parte de
una táctica muy antigua y que siempre le ha dado resultados muy apreciables a
la zurda. Se trata de polarizar a la opinión pública, no se opina tanto porque
uno crea lo que defiende, sino que se opina en contra de los que no están de
acuerdo. Lo grave de este fenómeno es que lo protagonizan los que se
autoproclaman defensores de la libertad y la democracia. Yo los llamo
demócratas fijos discontinuos, porque lo son únicamente cuando serlo les
beneficia, creen que su libertad es infinita y como tal la reclaman, pero
ignoran que los “otros” también tenemos derecho a nuestro pedacito de libertad.
No se puede opinar con libertad
en un país en el que en cuanto tu opinión choca con la de los zurdos, recibes
una lluvia de descalificaciones, cuando lo normal sería - por mucho que le
extrañe a la pijo progresía - que quién no estuviera conforme con lo que tú
piensas, argumentara y aportara ideas al debate. No es así, aquí no hay debate
posible porque la mayoría de los ciudadanos que se autodefinen como
progresistas, se limitan a repetir como loros las ideas fuerza que les sirve la
agit prop de la zurda.
Esto empezó con aquello de la
lucha contra la “violencia de género”, concepto que impuso la izquierda aunque
no respondiera con precisión a lo que pretendía definir. Frente al concepto de
la derecha que sostenía, con razón, que definía mucho mejor la realidad de las
cosas el concepto de “violencia doméstica”, que en lugar de limitarse a
englobar a los dos “géneros”, daba acogida a una serie de violencias
específicas que se producen habitualmente en el ámbito del hogar y en lugar de
limitar la lucha contra la violencia del hombre contra la mujer y también la
olvidada, violencia de la mujer contra el hombre, la derecha ampliaba esas dos
posibilidades y cubría también la violencia contra los menores, que
habitualmente se desarrolla en el ambiente familiar y la violencia que sufren
las personas mayores en ambientes domésticos.
He de suponer que las
estadísticas de la violencia producida contra menores y ancianos, que nos
decían que mayoritariamente las originaban mujeres, hizo que no se aceptara un
concepto mucho más lógico que el propuesto por la izquierda. Pero es que a la
zurda le importa más bien poco lo de solucionar problemas, lo que busca es el
interés partidista que le produzca esa supuesta lucha contra el machismo que
protagonizan las organizaciones feministas, generosamente subvencionadas con
dinero público, a pesar del fracaso evidente de esa lucha y de las acciones de
las ONG, s.
La estadística nos dice que el
número de mujeres muertas a manos de hombres sube cada año pese a los millones
utilizados en evitarlas. Nadie debiera estar disconforme con esta reflexión:
Tenemos que haber diagnosticado mal la enfermedad, porque a pesar de los miles
de millones gastados en esas supuestas medicinas, el enfermo sigue cada día vez
peor.
Pero la verdad es que al PSOE y
al resto de organizaciones políticas de izquierda les ha ido muy bien esa
“lucha”. Han obtenido unos réditos políticos de primera magnitud, el hecho de
que los resultados sean desastrosos importa bien poco, han conseguido dividir
la sociedad entre mujeres y hombres que por lo visto para la zurda somos
enemigos irreconciliables. Y se han acuñado dos términos, feminismo, al que se
le ha dotado de una carga positiva y machismo que representa todo lo malo que
pueda exhibir la naturaleza humana.
Y si no está de acuerdo con lo
que afirma el feminismo radical, resulta que es usted un machista, así
empezamos y poquito a poco el PSOE, al que desde su fundación le ha ido muy
bien que “hubiera tensión”, ha ido sacando réditos electorales de la deliberada
polarización de la sociedad española. Por un lado están los progresistas que
son buenísimos y por otro lado estamos los de derechas que somos malos hasta
decir basta.
Usted no puede expresar
públicamente que según su opinión lo del Orgullo Gay es un escándalo que nada
tiene que ver con las justificadas reivindicaciones de los homosexuales, si
usted opina eso, es un homófobo. Si harto de leer tonterías, se le ocurre opinar
en las redes sociales el hartazgo que le produce la ineptitud del gobierno en
la lucha contra el coronavirus, nadie le va a discutir sus argumentos que serán
ignorados, porque nadie discute con un facha, así de sencillo lo tienen los
zurdos.
Como el procedimiento funciona la
mar de bien se utiliza a todo trapo. Hace unos días que a los que opinamos y lo
hacemos junto a la prensa internacional, las autoridades sanitarias de la CE,
el Parlamento Europeo y muchísimos científicos independientes, que Pedro
Sánchez y su gobierno social comunista han sido un auténtico desastre en la
lucha contra la pandemia, no hay que hacernos ni caso, se nos tilda de
golpistas y asunto solucionado.
Que la policía Judicial de la
Guardia Civil investiga las responsabilidades del Gobierno que se pudieran
derivar de las actuaciones que llevó a cabo en relación con la manifestación
del 8 M, tranquilos, se le mete mano a la cúpula de la Guardia Civil y para
justificar lo injustificable, desde el Gobierno se habla de la posibilidad de
que la Guardia Civil esté en un contubernio con algunos jueces para, auxiliados
por la derecha, llevar a cabo un golpe de Estado y asunto solucionado.
Ante el riesgo del imaginado
golpismo el Gobierno y sus seguidores se sienten justificados y como tienen la
suerte de disfrutar de una superioridad moral, que se han auto adjudicado y
como para la zurda el fin justifica los medios, se embarra la situación y se
justifica la mentira, la prevaricación, la inducción a la comisión de varios
delitos, simplemente porque los que así opinamos somos unos golpistas.
Y ya para que les cuento si se
les ocurre opinar, como yo opino, que con lo de los negros en Norteamérica
tienen un problema muy serio, porque el 70% de los delitos los comete esa
minoría y que, aunque nada pueda justificar la muerte de un ser humano, lo de
incendiar barrios enteros, asesinar blancos y negros y saquear tiendas,
supermercados y centros comerciales no se puede justificar con la brutalidad
policial.
Como les decía, si se les ocurre
expresar esas opiniones se han ganado la panoplia completa: Machistas,
homófobos, fascistas, golpistas y ahora, racistas.
Los animo a que huyan de las
etiquetas y a que no se dejen etiquetar, ya está bien de aguantar a un montón
de indocumentados que como único argumento utilizan la descalificación ad
hominem. No se dejen acogotar, hagan frente a las descalificaciones con ideas,
que de eso anda la izquierda bastante justita.
Ánimo y a por ellos, que ya está
bien.