El mundo
atraviesa una de las épocas más difíciles en los últimos tiempos, una pandemia
global ha venido para quedarse; Se desconoce la fecha de una posible vacuna que
nos devuelva la esperanza, aunque parezca trillado el tema, es casi imposible
no hablar de ello, debido al sin número de afectaciones psicológicas,
emocionales y económicas que atravesamos diariamente.
La
complejidad del confinamiento que vivimos y su problemática radica en coadyuvar
las diversas características naturales de los integrantes de la familia o
pareja de manera que se pueda convivir en armonía. Según Sigmund Freud y su
teoría de la personalidad, la psique está compuesta por 3 instancias, que rige
y dirige la energía interna en forma de impulsos y de la cual parten todas las
demás estructuras (el id o ello, el yo, el superyó).
El ello
es nuestra parte instintiva, el Yo sería el resultado de la confrontación de
los impulsos y pulsaciones con la realidad, siendo una estructura mediadora y
en continuo conflicto, el Superyó o la parte de la personalidad que viene dada
por la sociedad y que tiene como principal función juzgar y censurar las
conductas y deseos que no son socialmente aceptables.
Comprendiendo
un poco de nuestra personalidad, cada ser humano enfrenta esta crisis de manera
distinta. Algunos han distorsionado este proceso de crecimiento e invención por
la victimización.
En los
últimos días he escuchado tantas personas deprimidas hablar de sus
preocupaciones y es que este periodo remueve lo más profundo de cada ser
humano, aflorando esas emociones a la realidad actual, ellos le llaman dolor,
pero en el dolor se encuentra el entendimiento. Otros mencionan la economía;
Cuando la esperanza de nuestro bolsillo depende de terceros es imposible no
sentirse abatido, no todos pueden abrir un negocio propio, no todos pueden
ahorrar como quisieran, no todos han tenido la suerte de heredar un negocio
familiar, pero todos pueden ser más organizados, no tengo lo que no puedo pagar
y cuido lo poco que tengo.
Un año de
separaciones, el amor es resistencia, compromiso, compenetración y si termina
es porque tal vez el peso de las diferencias tenía que romper la balanza. En la
necesidad descubres quienes te acompañan amigos o familia, no hablo de ayuda
económica, hablo de compasión, empatía, calidez, respeto y entendimiento ante
la personalidad del otro, no critico tan solo entiendo. La verborrea
audiovisual que lo único que busca es crear agonía e incertidumbre, es hora de
apagar el televisor y olvidar las encuentras que alteran nuestro cerebro, para
crear conciencia.
Este
nuevo estilo de vida impuesto bruscamente ha venido para hacernos reflexionar,
para idear, mirar con otra perspectiva nuestro entorno, aprovechar, madurar,
sufrir y amar lo esencial para luego llegar a lo extraordinario.
Esta
Pandemia me enseñó lo siguiente:
1. Si no
hay necesidad, no hay evolución.
2. Si no
hay dolor, no existe el renacimiento.
3. Si no
estás solo, no aprendes a valorar la compañía.
4. El
amor es fluir, no forzar.
5. La
soledad e incertidumbre, te muestra quienes son amigos, quien es familia.
6. La
depresión, es parte del proceso para ayudar a conocerte.
7. La
economía, nace del ingenio de una mente con ideales.
8. Lo
superficial es solo un adorno de nuestros complejos, el amor propio es
libertad.
9.
Existen ángeles en la tierra que aparecen para ayudarte, no siempre será la
familia.
10. El
que no se conoce a sí mismo, nunca sabrá lo que quiere.
Art. Mg. LR. Titi Silv. Bibliográfia: Oscar Castillero Mimeza, las Principales Teorías de la Personalidad, Psicología y Mente.
Lisseth Silverio, Administración de empresas / Educación
Es importante mencionar la siguiente Referencia: Oscar Castillero Mimeza, las Principales Teorías de la Personalidad, Psicología y Mente https://psicologiaymente.com/personalidad/teorias-personalidad