A algunos de los que peinan canas
como yo, les sonará el título, así se llamaba una canción de los años cincuenta
del siglo pasado que cantaban Los Xey, un conjunto donostiarra que tuvo en
aquellos tiempos mucho éxito. La canción de marras relata la historia de una
baronesa que llama a su mayordomo para que le informe de cómo van las cosas en
su mansión. El mayordomo que por lo visto tenía muy buena mano para dar malas
noticias decía cosas como las que siguen:
No hay novedad
Señora baronesa;
No hay novedad.
Sólo pasó
Que un rayo cayó
anoche
Y del palacio hizo un
solar,
Y que después
Lo que quedaba,
Se lo ha llevado el
huracán.
Por lo demás, esto es
un paraíso.
No hay novedad, no
hay novedad.
Ya sé que soy un poco raro pero
se me vino a la mente la canción, cuando nuestro inefable presidente se sacó de
la chistera la campaña #Salimos más fuertes, que por lo visto es la última
ocurrencia de Pedro Sánchez que nos dice bien a las claras que el narciso
socialista está convencido que los españoles somos una pandilla de panolis a
los que resulta muy sencillo engañar, tiene que ser eso o que de tanto leer
encuestas adversas y escuchar hasta las tantas a Iván Redondo le está pasando
lo que al hidalgo manchego, que del poco
dormir y del mucho leer se le secó el cerebro de manera, que vino a perder el
juicio.
Decía Sánchez el pasado sábado
que estábamos a un paso de la victoria, ¿de qué victoria hablaba? Cómo se puede
pensar en esos términos cuando España ha tenido más de 30.000 muertos y 240.000
enfermos graves, que muy probablemente sufran secuelas de la enfermedad
contraída a lo largo de su vida. De las muertes y la enfermedad es responsable
el gobierno social comunista por su nefasta gestión de la crisis sanitaria y el
Presidente se atreve a anunciar que estamos a un paso de la victoria.
Cómo se puede hablar de victoria,
cuando el pueblo español todavía se estremece ante lo que sucedió en las
Residencias para Mayores durante la epidemia, sin que el vicepresidente Iglesias,
que las tenía a su cargo, se molestara en poner orden y atender a los allí
internados, que fueron condenados a morir porque se les negaba el traslado a
los hospitales.
Dice el orate de La Moncloa que
estamos a un paso de la victoria y vamos a salir más fuertes de la crisis
sociosanitaria a la que no ha sabido poner coto ni remedio. Me indigna que la
soberbia y la psicopatía que sufre Sánchez le haga creer que puede anunciarnos
que vamos a salir de esta catástrofe siendo más fuertes. ¿Más fuertes en qué?,
acaso el sistema sanitario español ha demostrado que, tal y como se nos decía,
era el mejor de mundo; pues no, la epidemia se ha encargado de cargarse la
demagogia rampante de los que eso sostenían.
¿La sociedad española saldrá más
fuerte de la crisis? Pues no, porque desde el gobierno la han dividido,
amordazando a los críticos y acusándoles de fascistas; los social comunistas
con el dinero de todos se han encargado de crear la idea de que los españoles
nos dividimos en dos clases, los buenos que aplauden encantados y los malos que
critican al gobierno.
¿La sociedad española es más
democrática ahora? Pues no, la libertad de expresión ha sufrido un quebranto
difícil de imaginar. La “monitorización” de las Redes Sociales, el control de
los desafectos, reconocido por el propio gobierno, la utilización de los
cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado como policía política, no se
compadece con esa idea de que saldremos reforzados del desastre que predica
Pedro Sánchez, desde los medios convenientemente subvencionados.
¿La torticera utilización del
Estado de Alarma ha conseguido que nuestro estado de derecho se haya visto
reforzado?, pues no. Hemos visto cómo se ha utilizado una medida de carácter
excepcional para finalidades distintas a las que en teoría debía servir. Ahí
están las reformas en Educación, la liquidación de la Educación Especial, la
minimización del control parlamentario por parte de un gobierno que ha perdido
el norte desde hace meses y la utilización de las prórrogas del Estado de
Alarma con fines políticos que nada tienen que ver con la desescalada.
¿Y el Gobierno sale reforzado de
esta crisis?, creo que no, desgastado, dividido, sin una mano que marque el
rumbo, con muchos ministros que empiezan a querer abandonar el barco. Salvador
Illa ha pretendido dimitir en unas cuantas ocasiones, Nadia Calviño sabe que se
está jugando su prestigio y también lo ha pretendido, Carmen Calvo insinuó una
dimisión con el lío de la Ley de Libertad Sexual, es público y notorio que el
gobierno sale absolutamente debilitado de la crisis.
¿El mercado laboral sale
reforzado de la crisis? Pues francamente no, en lo laboral nos hemos visto
inmersos en un desastre descomunal, en el mes de abril teníamos 8,4 millones de
parados y eso sin contar con los trabajadores que estando por ahora acogidos a
los ERTES cuando esa figura decaiga se van a ir de cabeza al paro, porque
Sánchez y los suyos, con el innecesario confinamiento, se han cargado la
economía del país.
¿Ha funcionado el Sistema de
Alerta Sanitaria?, pues no. La verdad es que ha fallado más que una escopeta de
feria, todos hemos sufrido los mensajes tranquilizadores con los que
consiguieron que los contagios aumentaran exponencialmente.
¿España ha reforzado su papel en
Europa?, no me hagan reír que tengo el labio partido. Hemos perdido todo el
crédito que teníamos, ya van unas cuantas veces que desde Europa se quejan de
falsedades en las cifras de informes muy importantes y nos han lavado la cara
en varias ocasiones, en relación con la gestión de la pandemia y las medidas
fiscales y económicas adoptadas para combatir la crisis que se nos viene
encima.
Así que, todavía no sabemos el
número real de muertos por el Covid-19, desconocemos en qué se ha gastado el
Gobierno más de mil millones de euros en compras opacas con resultados
desastrosos, no se han establecido las reservas estratégicas para hacer frente
a otra pandemia o a una nueva ola del coronavirus. No sabemos que sucedió
realmente en las residencias de mayores. Nuestro sistema sanitario está
exhausto tras la prueba que sufrió y los 48.000 sanitarios infectados; la
Asistencia Primaria está intentando hacer frente a la creciente demanda de
servicios, con menos recursos de los que tenía antes de la epidemia. La
sociedad está fracturada entre afectos y desafectos, la libertad de expresión
anda por las esquinas lamiéndose las heridas causadas por este gobierno con
vocación totalitaria, los Bancos de Alimentos tienen que repartir comida
gratuita a cientos de miles de españoles. Nuestro Estado de Derecho ha sufrido los
embates de la utilización del Estado de Alarma con fines políticos. En Europa
no nos quieren ni ver. Las empresas cierran por miles, han machacado a los
autónomos y las ayudas del Gobierno brillan por su ausencia.
Y mientras todo esto sucede y me
dejo en el tintero muchas cosas más, el orate de La Moncloa anuncia urbi et
orbi que estamos a un paso de la victoria y que saldremos más fuertes de la
crisis, dos afirmaciones que lo inhabilitan para presidir el gobierno.
Lo que les decía, lo que quedaba
se lo llevó el huracán, pero sin novedad señora baronesa.