. Cuando hay que decir algo que nadie quiere decir en Ferraz,
allá va Rafael Simancas a dar la cara para que se la partan. Tampoco es que
pueda aspirar a mucho más, sufre un déficit de ingenio preocupante y una falta
de oportunidad clamorosa.
Ahora hace pareja, política que
quede claro, con Adriana Lastra, otra que tal baila, que si está dónde está,
debe ser porque es la política socialista que más insultos puede proferir por
minuto, habilidad que por lo visto satisface mucho a su Secretario General que
la escucha encantado en el Congreso de los Diputados insultando al PP y a Vox.
Una pareja peligrosa … para el
PSOE, un resentido y una señora que no tiene la formación ni las habilidades
que se le suponen a una política de nivel, pueden ocasionar muchos problemas.
Ahí está Simancas que cada vez que abre la boca para atacar a Díaz Ayuso, ésta
crece en las encuestas; pero lo de ayer superó cualquier expectativa.
El PSOE tras montar un
pandemónium de mucho cuidado con el pacto que firmó Adriana Lastra en su
nombre, con la destacada presencia de Simancas que no sé exactamente que pintaba
allí, digo que tras firmar el pacto con Bildu y Unidas Podemos, ambos tuvieron
que tragarse la acusación de Pedro Sánchez, que puesto a traicionar, no le
tiembla el pulso para hacerlo con los suyos y en cuanto vio la que se le venía
encima, acusó a Lastra y he de suponer que al testigo, de haber firmado un
pacto con UP y Bildu sin su conocimiento.
No se lo iba a creer nadie,
porque Adriana Lastra tiene la misma libertad de movimientos que una estatua de
granito pero ante la bronca que le montó Nadia Calviño y el recado que le
transmitió de Europa, que cansados de las tonterías del narciso socialista, le
advirtieron por boca de la vicepresidenta que anduviera con mucho cuidado
porque el dinero para pagar a los parados españoles lo tenían ellos y no iban a
permitir que se cargaran el único proyecto que en el terreno de lo laboral
había sido visto con agrado tanto por la CE, como por el BCE o el FMI, para
convertir ahora a España en una fábrica de parados.
En esa cuadrilla que nos gobierna
no creo que haya ninguno que vaya sobrado de valor, pero si alguno destaca por
su cobardía personal y política es Pedro Sánchez, al que le entraron los
nervios tras el puyazo europeo de tal manera que en el texto que parece ser el
definitivo, aunque nadie lo haya firmado todavía, anunciaba que iba a derogar
el despido por absentismo debido a bajas por enfermedad que había sido ya
derogado el pasado 18 de febrero. Es cierto que en el PSOE tienen muchísimos
problemas pero son unos ineficaces de manual, fanáticos del corta y pega y así
les luce el pelo.
Quedaba por justificar lo
injustificable, el pacto con Bildu y la posterior rectificación que había
conseguido cabrear prácticamente a la totalidad del arco parlamentario, a la
CE, a la CEOE, a unos cuantos ministros socialistas e incluso a mucha gente de
Ferraz. Supongo que de manera especial a las ministras de Trabajo, Hacienda y a
Nadia Calviño ministra de Asuntos Económicos, a las que nadie comentó nada
sobre el pacto con Bildu y la derogación íntegra de la Reforma Laboral,
decisión que entraba de lleno en sus atribuciones.
He de suponer que a Carmen Calvo
- si ya había vuelto de su incursión sobre las líneas rectas y horizontales que
tienen que ver con la propagación del coronavirus - lo de pactar con Bildu le
tiene que haber sentado como una patada en el hígado, porque fue ella la que
afirmó, tampoco hace tanto tiempo que "No vamos a apoyar a Bildu. Para
nosotros eso son líneas rojas y los socialistas, con nuestros defectos y
virtudes, somos muy de fiar. Todo el mundo sabe a qué se puede atener con
nosotros, cuales son nuestros principios y las líneas que no pasamos"
y a nadie le gusta quedarse con el culo al aire y mucho menos a una talludita
vicepresidenta del gobierno.
Así que la cosa estaba chunga,
pero el PSOE exigía que alguien diera la cara, nadie esperaba que lo hiciera
Pedro Sánchez, supongo que Adriana Lastra diría que ella con haberse tragado en
silencio la bronca de Sánchez y de Ferraz ya había hecho suficiente y claro,
echaron un vistazo a sus posibilidades y todos estuvieron de acuerdo que un
muerto de esa categoría le tocaba a Simancas sí o sí, que al fin y al cabo ya
tiene costumbre que le rompan la cara y así fue como nuestro dilecto amigo
Rafael Simancas, a la fuerza ahorcan, se fue para Telecinco y como de ingenio
anda algo corto, se refugió en una excusa que da entre pena y asco.
Dijo el pobre Simancas que si
ellos habían pactado con Bildu había sido por culpa del PP, que los socialistas
habían intentado salvar vidas y de ahí el pacto con los filo etarras. Me
extraña que nadie le advirtiera que lo de echarle la culpa al PP está ya muy
visto y no cuela y que igual debía pensar en otra cosa, pero lo que no se
entiende es que el PSOE pretenda que los
españoles traguen con el concepto de que para salvar vidas hay que pactar con
Bildu, porque por mucho blanqueo que se le dé a los filo etarras, está claro
que Bildu es una organización política en la que militan muchos miembros de la
banda asesina y ese acuerdo y el argumento revuelven las tripas a cualquier
persona de bien.
Por otra parte habría que decirle
a Simancas que lo de prorrogar el Estado de Alarma y lo de salvar vidas son
cosas que nada tienen que ver. Las vidas que debieran haber salvado los del
Gobierno, son las 30.000 víctimas oficiales del covid 19 y no supieron hacerlo,
porque lo impidió su inepcia y su clamorosa falta de previsión. Este gobierno
por desgracia no ha salvado vidas, no puede presumir de ello, por el contrario
debiera reconocer su responsabilidad en tantas y tantas muertes que hemos
sufrido.
Así que según Simancas, a ellos
que los registren que son músicos y se acuestan a las ocho, la culpa es del PP
y bastante sacrificio hicieron los socialistas pactando con Bildu, empujados
por su deseo de salvar vidas.
En estas ocasiones me acuerdo de
D. Jesús, un jefe que tuve en La Legión, que cuando alguien metía la pata y
pretendía justificarse, decía tonante, aquí lo que sobran son las
explicaciones.
Pues eso